El mito de la Esfinge y su interpretación
El mito de la Esfinge es uno de los más bellos y significativos de la cultura griega. A este personaje tan especial se le ha considerado el símbolo del misterio y a la vez del enigma. Es también esta criatura la que hace posible que se cumpla el designio desafortunado de Edipo: matar a su padre y casarse con su madre. Por eso este mito tiene un lugar especial en el psicoanálisis.
El mito de la Esfinge nos cuenta que esta era una misteriosa criatura. Se le consideraba un demonio terrible, por la muerte y desolación que generaba. A la vez, era de la misma naturaleza que las musas, ya que sabía manejar las palabras con belleza. Cantaba sus enigmas, por lo cual el propio Sófocles la llamó “cruel cantora”.
Un aspecto interesante es que el mito de la Esfinge no solamente aparece en la cultura griega. También hay representaciones de esta criatura en la India y en varios lugares de Asia. De la misma manera, la representación más famosa es la de la Gran Pirámide de Guiza, en Egipto. Aunque el mito varía de un lugar a otro, la representación es básicamente la misma.
… “y con la tarde un hombre vino / que descifró aterrado en el espejo / de la monstruosa imagen, el reflejo / de su declinación y su destino”.-Jorge Luis Borges-
El mito de la Esfinge
El mito de la Esfinge no nos ofrece una versión clara sobre el origen de esta criatura. Aparentemente era hija de dos demonios, o de un demonio y una ninfa. Tenía, en todo caso, una apariencia híbrida. El rostro y el busto eran el de una mujer, con rostro pálido, los ojos como hogueras encendidas y la boca llena de
A su vez, tenía cuerpo de perro, patas de león, alas de águila y cola de dragón. Las esfinges de Egipto tienen rostro masculino y carecen de alas. El clásico mito de la Esfinge nos cuenta que llegó de los confines de Etiopía y se instaló en la ciudad griega de Tebas. Fue enviada, al parecer, por la diosa Hera para castigar a los tebanos.
Hera, que era una diosa vengativa, quiso cobrarle a todos los habitantes de la ciudad por los deslices del rey de Tebas, Layo. Este, a pesar de estar casado con Yocasta y haber tenido un hijo con ella (Edipo), raptó y sedujo a un joven llamado Crisipo. Esta es la primera alusión directa a la homosexualidad en las tragedias griegas.
La terrible criatura
La esfinge, como demonio y a la vez como musa que era, no sembró el terror y la desolación sin algo de estilo. No mataba a secas. Se escondía en lugares remotos de los caminos solitarios. Cuando pasaba por allí algún tebano se le presentaba con su horrible figura y le planteaba un acertijo. Si el viajero no era capaz de descifrarlo, ella le quitaba la vida.
Esta criatura mataba a sus víctimas estrangulándolas. De hecho, la palabra “esfinge” viene de una raíz griega que significa “estrangular”. De este modo, sembró el terror y la desolación en Tebas.
Ante esta situación tan angustiosa, se hizo una proclama según la cual quien fuera capaz de resolver el enigma de la esfinge, y se deshiciera de ella, sería nombrado rey de Tebas y tomaría a la bella reina, Yocasta, en matrimonio.
Edipo, que vagaba por la zona, se encontró con la esfinge en un recodo del camino. Esta le planteó su famoso enigma, expresándolo de esta manera: “¿Cuál es la única criatura que al amanecer anda a cuatro patas, al mediodía anda a dos y al caer la tarde anda a tres?”
Edipo respondió acertadamente: el hombre. Al nacer se arrastra gateando, en la vida adulta camina sobre sus dos pies y en la vejez necesita la ayuda de un bastón.
La muerte de la esfinge y su interpretación
No está muy claro lo que sucedió cuando Edipo dio la respuesta correcta. Según algunas versiones, la esfinge se lanzó al vacío por un abismo. Otras versiones señalan que Edipo mismo le dio muerte o que la criatura salió huyendo para refugiarse en Egipto, donde quedó petrificada.
Lo cierto es que Edipo fue nombrado rey de Tebas y, como se había prometido, se le concedió a Yocasta por esposa. Así se cumplió el vaticinio que profetizaba que él terminaría desposando a su madre. A su padre, Layo, ya lo había matado en el camino, tras una confusión.
Algunos psicoanalistas han interpretado a la esfinge como una representación del misterio de lo femenino, que siempre quiere ser descifrado. También se ha sugerido que simboliza el destino trágico del ser humano. Edipo vence a la esfinge, pero es eso mismo lo que lo precipita hacia su mayor tragedia: casarse con su madre sin saberlo y luego castigarse por ello, sacándose los ojos.
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