Guayaquil frenó la Covid con la acción ciudadana: Santa Cruz se mira en ese espejo
La ciudad fue el primer puerto en el que atracó el coronavirus en Sudamérica dejando muertos en las calles, pero Guayaquil se levanta y Santa Cruz quiere saber lo que hizo y aplicarlo, para no ser hundida por la pandemia.PÁGINA SIETEmiércoles, 17 de junio de 2020 · 00:04Ivone Juárez / La Paz
“Ya pasamos lo peor, ya pasamos lo peor”, repite durante la conversación Guillermo Camacho, un abogado de 34 de Guayaquil, Ecuador, la primera ciudad donde el coronavirus desembarcó en América del Sur. El virus fue implacable. Las imágenes de personas que murieron en la calle, en sus casas; cadáveres en vía pública, arrojados al mar, morgues atestadas de cuerpos y versiones que decían que las funerarias se veían rebasadas; esas eran las noticias que llegaban de Guayquil en marzo de este año.
“Esa fue una nube oscura que se posó sobre Guayaquil, pero ya pasamos lo peor; el clima hoy es más positivo”, insiste el joven desde Guayaquil, a través de una llamada telefónica.
“El ambiente que vivimos en esos días fue tétrico. En los chats, en las llamadas, en las conversaciones, el boca boca, ese era el sentir y, en realidad, el 90% de lo que se veía en la televisión internacional era fiel a la realidad”, añade Camacho.
Mira hacia esos días y llega a una conclusión: “Si algo salió mal en Guayaquil, salió mal, lamentablemente, pero no busco culpables; fueron las circunstancias porque este virus sacó de control hasta a los gobiernos más poderosos del mundo”.
“Ahora se siente un ambiente más relajado, se tomaron y se toman las medidas, y tanto Guayaquil como otros municipios aledaños lograron salir de esta situación. Ya no se habla de muertos, de la necesidad de tanques de oxígeno, de cadáveres esperando en las casas, de unidades de cuidados intensivos colapsadas; eso ya se acabó. El ambiente hoy es bueno y esperamos que sea cual fuera la razón por la cual el ambiente es bueno, siga mejorando. Ya pasamos lo peor, creo que el virus se aplacó”, insiste el abogado, directivo de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios, de la que forman parte jóvenes empresarios del departamento de Santa Cruz de Bolivia.
Cuando se le pregunta por la fórmula que llevó a la ciudad a sobreponerse al virus, dice: “En Guayaquil se dieron acciones que nos llevaron a esta situación, pero yo creo que Guayaquil tocó fondo y ahora comienza a renacer”.
Sin embargo, añade que una buena y razonable relación entre el municipio y el Gobierno central fue fundamental, además del papel de las empresas privadas, sobre todo de la banca, y de los emprendedores, que durante la crisis se reinventaron y encontraron las soluciones más creativas, valiéndose de la tecnología para dar soluciones sobre todo a los problemas de bioseguridad, que eran y son urgentes de cubrir.
“Guayaquil es una ciudad de emprendedores”, afirma Guillermo Camacho, quien celebra que desde el 1 de junio su ciudad flexibilizó la cuarentena y se encuentra en la fase del semáforo amarillo, lo que implica que, con restricciones, pero ya se restableció el tráfico vehicular, mientras que los restaurantes atienden al 50% de su capacidad y el toque de queda se redujo de las 21:00 hasta las 5:00.
“La alcaldesa (Cynthia Viteri) tomará la decisión a finales de mes de si en julio pasamos o no a verde, lo que depende del comportamiento de la pandemia”, dice. En julio la ciudad celebra 485 años de su fundación.
Un espejo para Santa Cruz
Guayaquil es la ciudad portuaria de Ecuador, la segunda más poblada de ese país, después de Quito, donde se encuentra la sede del Gobierno ecuatoriano. Su cualidad es que se constituye en el centro económico del país, por ella pasa el 70% de las exportaciones y el 83% de las importaciones de Ecuador. Esa característica, además de su clima, siempre la hicieron parecida a Santa Cruz, la ciudad de Bolivia por el momento más golpeada por la pandemia de la Covid-19.
Carlos Dabdoub, vicerrector de la Universidad Franz Tamayo de Santa Cruz, añade que las dos ciudades tienen varias similitudes en cuanto a su población, instituciones e incluso en sus aspiraciones.
Dabdoub está preocupado por los estragos que la pandemia está provocando en Santa Cruz con más de 12.300 contagiados hasta ayer, con hospitales saturados y la desazón de la gente que cada día escucha que alguna persona conocida o un familiar tiene la en fer TVmedad o que infelizmente falleció.
El vicerrector de la Unifranz, médico y reconocido líder cívico, atribuye la situación al “distanciamiento” entre la sociedad civil cruceña y los tres niveles de gobierno. Sigue muy de cerca la experiencia de Guayaquil en Ecuador y por eso, junto a la universidad que dirige, decidió invitar a Jaime Nebot, exalcalde de esa ciudad, para que cuente a los cruceños y a los bolivianos cómo actuaron para domar a la Covid-19. El encuentro se realizará mañana, jueves 18 de junio, a través de un weibinar internacional, a las 18:00.
El nombre de Nebot, que fue alcalde de Guayaquil por 19 años, suena cuando se pregunta por quiénes lideraron la cruzada hasta ahora con resultados positivos en esa ciudad. La exautoridad encabezó el Comité Especial de Emergencias por el Coronavirus, que llevó a cabo una serie de acciones que unieron a la sociedad civil, instituciones y autoridades para enfrentar a la pandemia.
Entre los nombres de las personas que tomaron las riendas de la batalla contra la enfermedad está también el de la actual alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, quien incluso contrajo la enfermedad, según reportes oficiales.
“El objetivo es conocer la fórmula que utilizaron para poder replicarlas en Santa Cruz. Yo soy médico y veo que nos estamos acercando raudamente a una situación dantesca, que posiblemente llegará en las próximas semanas”, dice Dabdoub.
Considera que entre las dos ciudades existen muchas cosas en común que pueden facilitar la aplicación del mismo plan. Conoce Guayaquil, fue invitado a conocerla hace unos años por el comité cívico de esa ciudad.
“La gente en Guayaquil es parecida a la nuestra, muy hospitalaria; la ciudad tiene un alto sentido autonomista, es el principal centro económico del país, tiene una Cámara de Industria y Comercio como la nuestra y un comité cívico como el nuestro; por lo tanto, la similitud y las aspiraciones son las mismas”, sostiene Dabdoub.
Añade que a esto se suma la presencia de la empresa privada en Santa Cruz y su capacidad de sumarse a las iniciativas que surgen de la ciudadanía.
Guillermo Camacho cuenta que en Guayaquil el aporte de la empresa privada fue importante. Destaca, por ejemplo, que la banca, además de reprogramar deudas, creo fideicomisos para la donación de equipos e insumos médicos para enfrentar la pandemia.
Al respecto, Dabdoub dice: “El empresariado tiene que poner sus quintos. En Guayaquil, en 24 horas, juntaron un millón de dólares para comenzar; estoy seguro que en Santa Cruz también se lo puede conseguir”.
Desde Guayaquil, Camacho añade que los emprendedores, sobre todo jóvenes, sumaron su creatividad con soluciones, desde las más sencillas hasta las más sofisticadas, a través de la tecnología, para resolver los problemas que trajo la pandemia para el consumo de bienes y servicios.
Pone como ejemplo la idea de una mujer que tenía una panadería y que decidió vender masa preparada para pan, con las instrucciones de cómo hornear el producto; hasta los pagos por QR, pasando por jóvenes que dan capacitación online a la gente para aprender a manejar sus finanzas, o deportistas, que se volvieron instructores a través de medios digitales. “Todos se volcaron a la tecnología”, sostiene.
Carlos Dabdoub afirma que en Santa Cruz también se cuenta con esas capacidades porque en la región manda el emprendedurismo.
Algo fundamental en Guayaquil fue la participación de la ciudadanía en su esencia más pura a través de la solidaridad que, con una movida, a la que denominaron Dar la mano sin dar la mano, se recolectó alimentos para armar canastas familiares que fueron entregadas a las familias más necesitadas y que viven del trabajo informal.
“Así se redujo la posibilidad de que la gente que vive del día a día tuviera que salir de su casa. Ecuador es un país con un alto nivel de informalidad”, dice Guillermo Camacho.
Carlos Dabdoub también ve esa cualidad en los cruceños. Así, el cívicos ya tienen pensado hasta el nombre para esta nueva gran movilización ciudadana: “Santa Cruz, unidos venceremos”. Señala que en la ciudad ya se comenzaron a mover las aguas para sacar a flote la mayor fortaleza de la región: “la red social de sus organizaciones”.
“Es nuestra gran fortaleza, lo demostramos con la Revolución de la Pititas y conseguimos lo que se consiguió”, afirma.
En tiempos de cuarentena y restricciones usted necesita estar bien informado. Por eso, Página Siete pone temporalmente a su disposición de forma gratuita, nuestra edición de papel en versión digital. Para verla haga clic aquí.
Este servicio, con contenidos especiales y enfoques propios de las principales noticias del día, será parte de la App que lanzaremos próximamente.
Ivone Juárez / La Paz
“Ya pasamos lo peor, ya pasamos lo peor”, repite durante la conversación Guillermo Camacho, un abogado de 34 de Guayaquil, Ecuador, la primera ciudad donde el coronavirus desembarcó en América del Sur. El virus fue implacable. Las imágenes de personas que murieron en la calle, en sus casas; cadáveres en vía pública, arrojados al mar, morgues atestadas de cuerpos y versiones que decían que las funerarias se veían rebasadas; esas eran las noticias que llegaban de Guayquil en marzo de este año.
“Esa fue una nube oscura que se posó sobre Guayaquil, pero ya pasamos lo peor; el clima hoy es más positivo”, insiste el joven desde Guayaquil, a través de una llamada telefónica.
“El ambiente que vivimos en esos días fue tétrico. En los chats, en las llamadas, en las conversaciones, el boca boca, ese era el sentir y, en realidad, el 90% de lo que se veía en la televisión internacional era fiel a la realidad”, añade Camacho.
Mira hacia esos días y llega a una conclusión: “Si algo salió mal en Guayaquil, salió mal, lamentablemente, pero no busco culpables; fueron las circunstancias porque este virus sacó de control hasta a los gobiernos más poderosos del mundo”.
“Ahora se siente un ambiente más relajado, se tomaron y se toman las medidas, y tanto Guayaquil como otros municipios aledaños lograron salir de esta situación. Ya no se habla de muertos, de la necesidad de tanques de oxígeno, de cadáveres esperando en las casas, de unidades de cuidados intensivos colapsadas; eso ya se acabó. El ambiente hoy es bueno y esperamos que sea cual fuera la razón por la cual el ambiente es bueno, siga mejorando. Ya pasamos lo peor, creo que el virus se aplacó”, insiste el abogado, directivo de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios, de la que forman parte jóvenes empresarios del departamento de Santa Cruz de Bolivia.
Cuando se le pregunta por la fórmula que llevó a la ciudad a sobreponerse al virus, dice: “En Guayaquil se dieron acciones que nos llevaron a esta situación, pero yo creo que Guayaquil tocó fondo y ahora comienza a renacer”.
Sin embargo, añade que una buena y razonable relación entre el municipio y el Gobierno central fue fundamental, además del papel de las empresas privadas, sobre todo de la banca, y de los emprendedores, que durante la crisis se reinventaron y encontraron las soluciones más creativas, valiéndose de la tecnología para dar soluciones sobre todo a los problemas de bioseguridad, que eran y son urgentes de cubrir.
“Guayaquil es una ciudad de emprendedores”, afirma Guillermo Camacho, quien celebra que desde el 1 de junio su ciudad flexibilizó la cuarentena y se encuentra en la fase del semáforo amarillo, lo que implica que, con restricciones, pero ya se restableció el tráfico vehicular, mientras que los restaurantes atienden al 50% de su capacidad y el toque de queda se redujo de las 21:00 hasta las 5:00.
“La alcaldesa (Cynthia Viteri) tomará la decisión a finales de mes de si en julio pasamos o no a verde, lo que depende del comportamiento de la pandemia”, dice. En julio la ciudad celebra 485 años de su fundación.
Un espejo para Santa Cruz
Guayaquil es la ciudad portuaria de Ecuador, la segunda más poblada de ese país, después de Quito, donde se encuentra la sede del Gobierno ecuatoriano. Su cualidad es que se constituye en el centro económico del país, por ella pasa el 70% de las exportaciones y el 83% de las importaciones de Ecuador. Esa característica, además de su clima, siempre la hicieron parecida a Santa Cruz, la ciudad de Bolivia por el momento más golpeada por la pandemia de la Covid-19.
Carlos Dabdoub, vicerrector de la Universidad Franz Tamayo de Santa Cruz, añade que las dos ciudades tienen varias similitudes en cuanto a su población, instituciones e incluso en sus aspiraciones.
Dabdoub está preocupado por los estragos que la pandemia está provocando en Santa Cruz con más de 12.300 contagiados hasta ayer, con hospitales saturados y la desazón de la gente que cada día escucha que alguna persona conocida o un familiar tiene la en fer TVmedad o que infelizmente falleció.
El vicerrector de la Unifranz, médico y reconocido líder cívico, atribuye la situación al “distanciamiento” entre la sociedad civil cruceña y los tres niveles de gobierno. Sigue muy de cerca la experiencia de Guayaquil en Ecuador y por eso, junto a la universidad que dirige, decidió invitar a Jaime Nebot, exalcalde de esa ciudad, para que cuente a los cruceños y a los bolivianos cómo actuaron para domar a la Covid-19. El encuentro se realizará mañana, jueves 18 de junio, a través de un weibinar internacional, a las 18:00.
El nombre de Nebot, que fue alcalde de Guayaquil por 19 años, suena cuando se pregunta por quiénes lideraron la cruzada hasta ahora con resultados positivos en esa ciudad. La exautoridad encabezó el Comité Especial de Emergencias por el Coronavirus, que llevó a cabo una serie de acciones que unieron a la sociedad civil, instituciones y autoridades para enfrentar a la pandemia.
Entre los nombres de las personas que tomaron las riendas de la batalla contra la enfermedad está también el de la actual alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, quien incluso contrajo la enfermedad, según reportes oficiales.
“El objetivo es conocer la fórmula que utilizaron para poder replicarlas en Santa Cruz. Yo soy médico y veo que nos estamos acercando raudamente a una situación dantesca, que posiblemente llegará en las próximas semanas”, dice Dabdoub.
Considera que entre las dos ciudades existen muchas cosas en común que pueden facilitar la aplicación del mismo plan. Conoce Guayaquil, fue invitado a conocerla hace unos años por el comité cívico de esa ciudad.
“La gente en Guayaquil es parecida a la nuestra, muy hospitalaria; la ciudad tiene un alto sentido autonomista, es el principal centro económico del país, tiene una Cámara de Industria y Comercio como la nuestra y un comité cívico como el nuestro; por lo tanto, la similitud y las aspiraciones son las mismas”, sostiene Dabdoub.
Añade que a esto se suma la presencia de la empresa privada en Santa Cruz y su capacidad de sumarse a las iniciativas que surgen de la ciudadanía.
Guillermo Camacho cuenta que en Guayaquil el aporte de la empresa privada fue importante. Destaca, por ejemplo, que la banca, además de reprogramar deudas, creo fideicomisos para la donación de equipos e insumos médicos para enfrentar la pandemia.
Al respecto, Dabdoub dice: “El empresariado tiene que poner sus quintos. En Guayaquil, en 24 horas, juntaron un millón de dólares para comenzar; estoy seguro que en Santa Cruz también se lo puede conseguir”.
Desde Guayaquil, Camacho añade que los emprendedores, sobre todo jóvenes, sumaron su creatividad con soluciones, desde las más sencillas hasta las más sofisticadas, a través de la tecnología, para resolver los problemas que trajo la pandemia para el consumo de bienes y servicios.
Pone como ejemplo la idea de una mujer que tenía una panadería y que decidió vender masa preparada para pan, con las instrucciones de cómo hornear el producto; hasta los pagos por QR, pasando por jóvenes que dan capacitación online a la gente para aprender a manejar sus finanzas, o deportistas, que se volvieron instructores a través de medios digitales. “Todos se volcaron a la tecnología”, sostiene.
Carlos Dabdoub afirma que en Santa Cruz también se cuenta con esas capacidades porque en la región manda el emprendedurismo.
Algo fundamental en Guayaquil fue la participación de la ciudadanía en su esencia más pura a través de la solidaridad que, con una movida, a la que denominaron Dar la mano sin dar la mano, se recolectó alimentos para armar canastas familiares que fueron entregadas a las familias más necesitadas y que viven del trabajo informal.
“Así se redujo la posibilidad de que la gente que vive del día a día tuviera que salir de su casa. Ecuador es un país con un alto nivel de informalidad”, dice Guillermo Camacho.
Carlos Dabdoub también ve esa cualidad en los cruceños. Así, el cívicos ya tienen pensado hasta el nombre para esta nueva gran movilización ciudadana: “Santa Cruz, unidos venceremos”. Señala que en la ciudad ya se comenzaron a mover las aguas para sacar a flote la mayor fortaleza de la región: “la red social de sus organizaciones”.
“Es nuestra gran fortaleza, lo demostramos con la Revolución de la Pititas y conseguimos lo que se consiguió”, afirma.
En tiempos de cuarentena y restricciones usted necesita estar bien informado. Por eso, Página Siete pone temporalmente a su disposición de forma gratuita, nuestra edición de papel en versión digital. Para verla haga clic aquí.
Este servicio, con contenidos especiales y enfoques propios de las principales noticias del día, será parte de la App que lanzaremos próximamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario