El macrismo pide una nueva oportunidad a los argentinos: ¿la merece?
María Eugenia Vidal reconoció sus intenciones de volver y dijo que quieren hacer «el mejor gobierno posible»
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La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fue noticia esta semana con dos manifestaciones políticas claras que indican que la socia de Mauricio Macri ya está en campaña. En un diálogo con referentes de la Unión Cívica Radical, socios en la coalición parlamentaria de Juntos por el Cambio, Vidal dijo que, además de preguntarse si pueden ganar las elecciones, lo que tienen que analizar es si están en condiciones de hacer «un buen gobierno».
Con la noticia rebotando en todos los portales del país, en el marco del descontento creciente con el peronismo, Vidal fue por más y metió otro título fuerte. Le pidió públicamente a los argentinos «otra oportunidad para hacer el mejor gobierno posible». La referente macrista aseguró que Cambiemos es «el espacio político que puede sacar adelante el país» y prometió que su equipo hizo «una autocrítica seria y profunda». Según las palabras de la dirigente macrista bonaerense, el PRO «aprendió de verdad», ya que escucharon a la gente y se encuentran unidos para «representar al 100 % de los argentinos».
Para empezar, lo primero que hay que destacar es que todo parece indicar que Argentina necesita un refresh importante en su dirigencia política. En el famoso «que se vayan todos» de 2001, lo único que se logró fue consolidara la vieja política con un nuevo discurso. Así llegó el kirchnerismo, que luego de una década de hegemonía se fue duramente cuestionado por la crisis económica y la corrupción desmedida. Ahí apareció el macrismo, que asumió sin programa, con la única promesa que serían distintos, pero sin cambiar demasiado. Como era de esperar, la falta de reformas hizo que el Gobierno de Cambiemos se fuera por la puerta de servicio, luego de un gran fracaso económico que desembocó en el retorno del kirchnerismo.
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La crisis de la pandemia y la cuarentena ahora desgastan al peronismo, que vendió soluciones mágicas que, como Macri, no pudo realizar. Entonces aparece el Gobierno anterior diciendo que «escucharon» y que serán mejores. Exactamente lo mismo que prometió el Frente de Todos el año pasado. ¿No aprendimos nada de este ciclo eterno de fracasos hasta ahora?
Las promesas de Vidal no son suficientes como para proponer un retorno. Lamentablemente, sus palabras son vacías y voluntaristas. Que diga que «escucharon» y que tratarán de hacer «el mejor gobierno posible para todos los argentinos» no hace otra cosa que adelantar un nuevo e inevitable fracaso.
La única dirigente del período 2015-2019 que admite el fracaso económico es la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Ella busca seducir a los economistas liberales para que jueguen por adentro en las elecciones del año próximo. Aunque Bullrich tuvo un perfil más claro y nada timorato en comparación con sus compañeros de Gabinete, lo cierto es que más allá de sus intenciones personales, Cambiemos parece no haber aprendido nada. El caso de Horacio Rodríguez Larreta (presidente del PRO en CABA), que parece más oficialista que opositor, es un ejemplo del macrismo fracasado y acabado que, conceptualmente, está más cerca del peronismo que otra cosa.
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Los referentes políticos que pretendan un espacio legislativo en 2021 y ser gobierno en 2023 necesitan tener un mandato claro, un diagnóstico y una hoja de ruta: recortar dramáticamente la presión impositiva y el tamaño del Estado, abrir el comercio al mundo, terminar con el fracasado modelo de sustitución de importaciones, renunciar a la falsificación de moneda como fuente de financiación y mostrar credibilidad y facilidades para el trabajo y la inversión. Sin ese programa como norte, el país seguirá condenado en este camino de decadencia permanente.
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