Foto: El Tribuno
El político opositor Alexei Navalny, enemigo del presidente de Rusia, Vladimir Putin,  internado y conectado a un respirador en una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Siberia, tras un presunto envenenamiento tóxico en su té, ya ha sufrido otros ataques en el pasado y todo parece apuntar que por causas políticas.
Nalvany, de 44 años de edad, tuvo que aterrizar de emergencia en un vuelo de regreso a Moscú desde Tomsk, una ciudad de Siberia, en el que su vocero comunicó que había sufrido un envenamiento.
“Creemos que Alexei fue envenenado con algo mezclado en su té. Eso fue lo único que bebió en la mañana”, precisó la portavoz. “Los médicos dicen que la toxina se absorbe más rápido con el líquido caliente”, agregó, y aclaró que el equipo de Navalny pidió a la policía que acudiese al hospital.
El jefe del hospital donde se encuentra el líder opositor  indicó que su estado de salud es bastante grave, a diferencia de los ataques que ha sufrido en el pasado.
Navalny hace un año fue trasladado a un hospital desde la cárcel donde cumplía una sentencia debido a un arresto administrativo, su equipo también indicó que se trataba de un presunto envenenamiento. Los médicos en ese entonces comunicaron que fue producto de una grave reacción alérgica, al sufrir una extraña hinchazón de los párpados y abscesos en el cuello, espalda, torso y codos. Sin embargo, regresó a prisión al día siguiente. Esta vez parece ser mucho más grave.
El abogado, conocido por sus campañas anticorrupción contra altos funcionarios y sus fuertes críticas al primer mandatario ruso, también sufrió quemaduras químicas en un ojo en 2017, cuando individuos le arrojaron en la cara un líquido verde usado como desinfectante.
Navalny no es el primer político opositor que sufre ataques que lo hacen terminar en la clínica. Pyotr Verzilov, miembro del grupo activista Pussy Riot, terminó en terapia intensiva y  tuvo que ser trasladado a Berlín para recibir tratamiento, víctima de un envenenamiento por ser parte de la banda de punk rusa que critica abiertamente al gobierno del presidente Putin.
Además, el activista Vladimir Kara-Murza fue hospitalizado con síntomas de intoxicación en 2015 y 2017. Ambos han asegurado que los ataques fueron por su actividad política.