Monseñor Polito Rodríguez admite que en sus oraciones “pelea con Dios” por la situación en Venezuela
Monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de la diócesis de San Carlos en el estado de Cojedes, en los Llanos Centrales de Venezuela.
Monseñor Polito Rodríguez Méndez es obispo de la diócesis de San Carlos, en los Llanos Centrales de Venezuela. En una entrevista exclusiva con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada advierte que el país ha entrado en una etapa de hambruna, con la economía completamente paralizada. Una familia gana unos tres o cuatro dólares al mes, mientras un cartón de huevos cuesta dos, y un kilo de queso tres dólares. “Antes el pueblo era pobre, ahora es ya inviable”.
Según el obispo, la pandemia del coronavirus apenas está comenzando a hacer mella en el país, lo peor está por llegar. Otro grave problema es que muchos vivían de las remesas de los aproximadamente cinco millones de venezolanos que trabajan fuera del país, pero debido a la pandemia, muchos de ellos han perdido su trabajo y las remesas han disminuido un 25%. “Las plagas de Egipto, no son nada en comparación con lo que estamos sufriendo aquí”, comenta Monseñor Rodríguez, que reconoce que esta situación deprime mucho y el número de suicidios ha crecido.
Los templos llevan meses cerrados y los sacerdotes no tienen qué comer, así que el obispo va haciendo milagros, dice con algo de ironía. Vivimos de la providencia de Dios”, cuenta monseñor Rodríguez.Sin embargo el obispo no contempla echarse atrás, porque en este momento lo más urgente es sostener la esperanza: “tenemos la Misa los domingos por la emisora, y en las redes sociales seguimos con el trabajo pastoral. No podemos flaquear.”
Admite que en su oración “pelea con Dios”, sobre todo le pide misericordia, porque la fortaleza viene de Él. “Dios quiere a su gente, no nos va a dejar solos y la Iglesia tampoco va a dejar sola al pueblo”, insiste. La Iglesia ha podido ayudar mucho en los últimos años, y ahora, a pesar de las limitaciones crecientes, no va a dejar solo al pueblo en esta terrible situación que estamos pasando. Y no se refiere sólo al ámbito de la ayuda humanitaria, sino también “a fortalecer a la persona a nivel integral, a luchar contra la corrupción, la desidia, la falta de responsabilidad… porque todo eso empobrece también a la población”.
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha lanzado una nueva campaña para ayudar a que la Iglesia pueda proseguir su misión en medio de la pandemia y de la grave crisis económica y política que vive Venezuela.
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