Comercios en Washington y Nueva York toman medidas ante posibles disturbios
Solo entre el 26 de mayo y el 12 de septiembre se registraron 637 disturbios en EEUU. BLM estuvo involucrado en 91 % de ellos
Vitrinas de establecimientos comerciales en Washington y Nueva York amanecieron este martes cubiertas con estructuras de metal y de madera. Los comerciantes tomaron esta decisión para proteger los locales ante posibles disturbios durante el día de la elección.
La polarización ha puesto en alerta a las autoridades. Los propietarios de tiendas, hoteles, restaurantes y oficinas temen manifestaciones violentas y saqueos, según publica Emol.com. La posible demora en la publicación de resultados incrementa este temor.
Desde el fin de semana, las autoridades federales desplegaron un operativo para resguardar la Casa Blanca y otros edificios gubernamentales. Alrededor del Palacio Presidencial estadounidense se instaló un cerco «no escalable» y se desplegó un contingente de unos 250 guardias nacionales.
El presidente Donald Trump advirtió a través de su cuenta en Twitter que una eventual demora en el escrutinio daría lugar al fraude, lo cual generaría violencia en las calles. Twitter aplicó un filtro a este mensaje, calificándolo de «potencialmente engañoso».
BLM ha estado involucrado en 91 % de los disturbios
Tras la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo a manos de un policía blanco en Minneapolis se reactivó un reclamo contra la presunta violencia racial que no tardó en tornarse violento. El movimiento Black Lives Matter (BLM) y el grupo anarquista Antifa han liderado el caos que ha dejado varios muertos, heridos y millones en perdidas materiales.
Según un estudio de US Crisis Monitor, solo entre el 26 de mayo y el 12 de septiembre se registraron 637 disturbios en Estados Unidos. BLM estuvo involucrado en 91 % de ellos. El pasado 28 de agosto, estos grupos llegaron hasta la Casa Blanca, cercando los alrededores y acosando a seguidores del presidente Donald Trump. Esto ocurrió al culminar la Convención Republicana en la que el mandatario aceptó la nominación como candidato oficial del Partido Republicano.
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