Georgia: una batalla crucial para frenar el avance del socialismo en EEUU
Demócratas y republicanos se enfrentan este martes en las urnas para definir en Georgia el control del Senado
El estado de Georgia se ha convertido en los últimos días en el epicentro del poder político en Estados Unidos. Los dos puestos al Senado que se disputan en la segunda vuelta que se celebra este martes 5 de enero definen mucho más que el control de la Cámara alta. Con Joe Biden en la Casa Blanca y la Cámara de Representantes en manos de los demócratas, solo una victoria republicana garantizaría el equilibrio de poder y un freno a las políticas de corte socialista. Lo contrario sería entregarle un cheque en blanco al Partido Demócrata.
Por tal motivo, Donald Trump y Joe Biden vuelven a enfrentarse. Tanto el presidente en funciones como el presidente electo se movilizaron este lunes a Georgia para tratar de inclinar la balanza a favor de su partido a último minuto en la carrera por el control del el Senado.
Hasta el momento, los resultados de los comicios del 3 de noviembre dan la ventaja a los republicanos con 50 escaños, mientras que los demócratas llegan a 48. Según las leyes estatales de Georgia, se requiere conseguir más de 50 % de los votos para obtener un puesto al Senado. En ninguno de los dos cargos disputados se logró pasar ese umbral el 3 de noviembre.
Para adjudicarse el control del Senado, el partido de Biden necesita ganar las dos curules en juego y sumar el voto de desempate que corresponde al cargo del vicepresidente, que en este caso sería el de Kamala Harris. Al partido de Trump le basta con ganar al menos uno de los dos puestos en disputa para mantener el control de la Cámara alta.
El peligro de acumular tanto poder
En lo que corresponde a la Cámara de Representantes, los demócratas sufrieron una reducción de 9 escaños en los pasados comicios. Sin embargo, superaron el umbral de 218, lo que les permite mantener el control con una relación de 222 demócratas frente a 211 republicanos.
Si el Partido Demócrata logra hacerse con los dos puestos que están en disputa en Georgia, Joe Biden contaría con mayoría en ambas cámaras para aprobar sus propuestas sin mucho trámite. Esto incluye ratificar a sus nominados al gabinete, jueces de la Corte Suprema, embajadores y otros cargos de confianza.
En cambio, si el Partido Republicano logra mantener el control del Senado, se estaría garantizando el equilibrio democrático establecido desde 1787 en la Constitución de Estados Unidos para evitar que cualquier individuo o partido acumule demasiado poder.
El nuevo Partido Demócrata: más cerca del socialismo
La exembajadora de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Nikki Halley, hizo recientemente una advertencia a los votantes de Georgia. “El Partido Demócrata no es el Partido Demócrata de sus abuelos”.
Halley se refería al candidato a senador Raphael Warnock, quien evadió en un debate a su rival republicana, Kelly Loeffler, cuando le pidió explicar su postura frente al socialismo. Warnock era además pastor en la iglesia de Nueva York que acogió a Fidel Castro en 1995, cuando este viajó a EE. UU. a participar en la Asamblea General de la ONU.
El Partido Demócrata efectivamente no es el mismo de hace un par de décadas atrás. Ya no se trata solo del senador Bernie Sanders y el llamado “escuadrón”, conformado por las congresistas, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib, y Ayanna Pressley. El ala socialista de los demócratas sigue creciendo peligrosamente en el Congreso.
El pasado 3 de noviembre resultó electo por el distrito 16 de Nueva York el congresista Jamaal Bowman, quien no oculta su ideología marxista, llegando incluso a afirmar que “el capitalismo es esclavitud con otro nombre”.
Gregory Weldon Meeks, elegido como nuevo presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, es otro congresista demócrata vinculado con la izquierda latinoamericana, tanto así que asistió al velorio de Hugo Chávez en Caracas.
Una elección muy reñida
Las elecciones que se llevan a cabo en Georgia este martes son de gran importancia no solo por el hecho de que definen el control del Senado sino que una eventual victoria de Raphael Warnock representa la incorporación al Poder Legislativo de la primera potencia mundial de una ficha más de la izquierda.
Antes de las elecciones del 3 de noviembre, Georgia no representaba una preocupación para los republicanos, que habían mantenido un dominio histórico en este estado desde 1996. Con los resultados adversos al presidente Donald Trump se empezó a abrir una oportunidad para los demócratas. Y con la información filtrada este fin de semana que compromete al mandatario, el panorama se ha tornado incierto.
Las últimas encuestas dan una ventaja de 1,8 % y 2,3 % a los demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock sobre los republicanos David Perdue y Kelly Loeffler, respectivamente, según reseñó este lunes Newsweek. No obstante, la publicación aclara que esta estrecha diferencia entra dentro del margen de error de la mayoría de los estudios de opinión, que rondan el 4 %. Por tal motivo, se espera una final “cabeza a cabeza”, imposible de predecir.
Estos números se dieron a conocer este domingo, el mismo día que The Washington Post reveló un audio de una llamada telefónica entre el presidente Trump y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que le pide examinar los resultados de la elección presidencial para encontrar al menos 11780 votos que permitan anular el resultado.
El papel de los grandes medios y las encuestas
Los tentáculos del globalismo demócrata se extienden a todas las esferas de poder, incluyendo los grandes medios de comunicación que desde la campaña para las elecciones presidenciales tomaron partido a favor de Joe Biden. Ahora, justo 48 horas antes de celebrarse la segunda vuelta en Georgia en la que se definirá el control del Senado, The Washington Post filtra la grabación de una llamada al presidente Trump que compromete su imagen en ese estado.
Georgia es uno de los seis estados donde el equipo legal del líder republicano ha presentado demandas para impugnar la elección. La ventaja de votos populares a favor de Joe Biden en Georgia fue de apenas 11779, equivalente a 0,2 %. La campaña de Trump mantiene la disputa en el terreno judicial por situaciones similares en Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
La credibilidad de las encuestas no atraviesa su mejor momento. Para las elecciones del pasado 3 de noviembre otorgaban a Joe Biden una ventaja amplia y la posibilidad de ganar Texas y Florida, en los que Trump confirmó su liderazgo. El escepticismo sobre de los sondeos de opinión es aún mayor si se evalúa el desempeño en las elecciones de 2016, en las que todas las encuestadoras daban como contundente ganadora a la demócrata Hillary Clinton.
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