Hora de Reflexión 2020: año de pesadilla
Alfredo Monsalve López
Millones de ciudadanos en el mundo solo desean que acabe por finalizar el 2020 (“año de la Rata”), según el horóscopo chino. Que por cierto, de allá viene la peste que azota el planeta. Ahora, es en febrero donde termina el “año de la rata”. Es decir, llevaremos esa carga hasta el 21 de febrero donde se inicia el “año del buey”. Muchos comensales (no de murciélagos), se atreven a descifrar que a partir de marzo el mundo cambiará. Puesto que el buey es un animal de progreso, prosperidad. De hecho, aún es utilizado para llevar carga en muchas regiones en el mundo. Mientras que el roedor es considerado desgarrador. Todo lo destruye. Para los egipcios, el buey era, y sigue siendo idolatrado, porque les servía de ayuda en sus quehaceres. Era sinónimo de bienestar familiar en las faenas agrícolas. Mientras que la rata busca el lodo, la miseria humana para satisfacer sus caprichos pestilentes;roe, carcome el alma de las sociedades. De su gente.
La esperanza de la humanidad es sentirse segura, estable, sosegada, digna. Y al parecer el año que está por llegar, traerá mejoras y bienestar en cada una de las familias. El año del buey servirá para darle fuerza al ascenso de los pueblos que quieren ir más allá de la vergüenza, que desean traspasar el límite del abandono. Pueblos que ven a sus niños gimiendo por el trato que les dan los Estados o sus gobiernos, o sus regímenes inconsultos. Pesadilla fue aquella que vivimos durante el “fatídico” 2020. Innumerables los acontecimientos nefastos que nos acosaron. Hubo (aún persiste), hambre en muchísimos pueblos. Volvamos la mirada a los hermanos indígenas que habitan la tierra. Miremos las comunidades, donde millones de seres reclamando por su bienestar social y económico. No quedó un “hueso sano” en las grandes ciudades de cualquier continente.
La desgracia para muchos compatriotas, lestocó a su puerta. Blancos, afrocaribeños, negros, pardos, mulatos, fueron víctima de la mala gestión de los que se dicen gobernantes. Tal vez podemos contar con los dedos de una mano, el que le haya cumplido, por mandato constitucional, a su pueblo. Fatídico fueron también, las mentiras y engaños de los llamados “populistas”. No importa el color de su partido. Tampoco importa un rábano si es o fue dictador, demócrata, ultraderechista, tirano, socialista, republicano quien estuvo o está en el poder de la nación que juró satisfacer en sus necesidades. Latinoamérica sufrió como nunca lo había experimentado en su historia reciente. La política rompió los paradigmas que se tejen en cualquiera de los sectores social, político y económico.
Caso Venezuela, no hay palabras para destacar la absurda “felicidad” de su gente. Se necesitarían volúmenes de textos para reseñar los terribles acontecimientos que durante estos últimos veinte años han sucedido en la Patria de El Libertador. Sobre todo, en el nefasto año 2020 que está por llegar a su desfiladero arrastrando consigo la peste que nos mata. Las oraciones cada día se multiplican a la enésima potencia porque llegue el nuevo año 2021. Tal vez tendremos, sobre todo los venezolanos, la verdadera felicidad que tanta falta nos ha hecho. De allí el decir criollo: “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Palabras sabias. Porque, a decir verdad, 2020 fue una pesadilla. Y culmino mi artículo de esta semana, pidiéndoles mucha Fe. Porque hay otro adagio que debemos tomar muy en serio: “La Fe mueve montañas”. Y en función de lo anterior, ojalá que iniciemos el año nuevo, al menos con gas y gasolina,porque tres largos meses (en Rubio) sin estos servicios no es felicidad para ninguna familia en el Planeta Tierra. Duélale a quien le duela. Ambos servicios mueven la economía de los pueblos.Feliz año nuevo 2021. Y … a cuidarse pues. Nos vemos.
alfredo.monsalve10@hotmail.com // @monsalvel
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