¿Cómo garantizar el regreso seguro a la escuela? Lea a la pediatra María Graciela López
POR Indira Rojas
PRODAVINCI 21/02/2021
Las escuelas venezolanas tienen once meses cerradas. El gobierno anunció la suspensión de las clases presenciales cuando se confirmaron los dos primeros casos de covid-19 en el país, el viernes 13 marzo de 2020. Desde entonces, el Ministerio de Educación solo ha autorizado el uso de los colegios para recibir, con citas programadas, a estudiantes o padres que tienen dudas sobre las tareas recibidas por correo o WhatsApp.
La Unesco advirtió que 2020 fue el año con “el mayor trastorno de la historia en el ámbito educativo”. El 90% de los estudiantes del mundo quedó fuera de las aulas, enfrentando un acceso desigual a la educación remota. En Venezuela, la Unesco reporta que casi nueve millones de alumnos están afectados por el cierre de los colegios. El 36,5% cursan primaria.
La pediatra infectóloga María Graciela López, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, considera que no se debe esperar a lograr la inmunidad de rebaño para programar el regreso a la escuela. “Hay que volver a clases presenciales porque la educación es una necesidad básica. Tenemos que buscar los métodos más seguros posibles para que esto sea una realidad”, dijo en la tertulia Conversemos de covid en niños, vuelta a clases y nuevo normal. El encuentro en línea fue transmitido el sábado 20 de febrero de 2021 en la plataforma de divulgación Pediatría Autana, y moderado por su directora, la especialista Patricia Díaz Lorenzo.
La doctora María Graciela López habló sobre el impacto del nuevo coronavirus en la salud de los niños, como consideración previa a cualquier estrategia para la vuelta al colegio; explicó cómo las medidas de seguridad implicarán un cambio para las instituciones, y resolvió dudas de los padres sobre la transición de la educación remota a presencial. Prodavinci resumió la información compartida por la especialista en 7 claves:
1. Los niños sí pueden contagiarse de SARS-CoV-2.
La población pediátrica está invisibilizada en la pandemia porque el número de niños contagiados es menor al de los adultos, y generalmente presentan síntomas leves. Por esta razón, la doctora López insistió en recordar que “los niños sí pueden infectarse y presentar la enfermedad”.
El porcentaje de niños con covid-19 en relación a la población total de pacientes varía con el tiempo. “Estamos hablando entre un 8% y 10% del total de las infecciones reportadas en el mundo. En Venezuela, el porcentaje de menores de 19 años con covid-19 ha estado entre 1% y 4%. La cifra más alta se reportó entre julio y agosto de 2020”. En el país se han registrado alrededor de 1.500 casos acumulados de niños y adolescentes contagiados, “lo que constituye porcentualmente alrededor de 1% a 1,5% de los casos”. La doctora aclaró que se trata de datos oficiales. El gobierno venezolano solo considera en las estadísticas a personas con resultados positivos en las pruebas PCR.
La especialista dijo que el Hospital de Niños Dr. J.M. de Los Ríos, donde trabaja, ha recibido entre marzo y enero de 2021 un total de 319 casos sospechosos. Han confirmado 83. Dos murieron. El hospital es una institución de referencia nacional en la atención pediátrica.
2. Los niños presentan síntomas variados, como los adultos, pero la mayoría son manifestaciones leves.
Según los datos publicados por el gobierno de China y de Estados Unidos, más del 90% de los casos pediátricos de covid-19 presentan síntomas leves. La especialista explicó que son variados, y un niño infectado puede tener un cuadro diferente a otros pacientes de su edad:
- Fiebre. Alrededor del 50% de los niños contagiados pueden presentar fiebre.
- Tos. “Al principio se decía que sólo tomáramos en cuenta la tos seca, pero también pueden tener tos con secreciones si el paciente tiene rinorrea, mocos nasales, algo muy común en la población pediátrica”, dijo la doctora López.
- Síntomas gastrointestinales. El niño puede tener diarrea y vómitos, “y no necesariamente estos síntomas gastrointestinales se presentan en conjunto con los respiratorios”. Hay pacientes infantiles que refieren dolor abdominal, y puede ser tan intenso que se confunde con apendicitis. La doctora López señaló que esto ocurre solo en una pequeña proporción de los casos.
- Pérdida del olfato y el gusto. Se ha descrito más en adultos que en niños, y es difícil confirmar estos síntomas en menores de 4 años. Sin embargo, la pediatra aconsejó no descartar a un posible paciente covid-19 solo porque no presente estas señales o no las refiera.
- Erupciones. Los niños también pueden presentar erupciones en la piel. Algunas se asemejan a procesos alérgicos, pero también se han visto casos similares al rash del dengue.
Los casos más graves desarrollan el síndrome inflamatorio multisistémico, “un proceso inflamatorio que es posterior a la infección por covid-19. Cuando hay un caso severo puede haber compromiso cardiaco, abdominal, o respiratorio. Ha llamado la atención la presentación del síndrome de Kawasaki”.
La especialista advirtió que no existen medicamentos para tratar la covid-19 en pacientes con manifestaciones leves. “En ese caso se tratan los síntomas. Por ejemplo, acetaminofén para controlar la temperatura, mantener al niño hidratado, o usar probióticos para la diarrea. No funciona la ivermectina. Menos los esteroides, porque pueden agravar el curso clínico de la enfermedad. No se necesitan antibióticos porque estamos tratando un virus”. Recomienda tener a mano el número de un médico de confianza para llamarle en caso de sospechar que el niño o algún miembro de la familia tiene covid-19.
3. Los países que han abierto las escuelas lo han hecho de forma progresiva.
La doctora López explicó que el impacto del regreso a clases presenciales en otros países ha sido heterogéneo, incluso en regiones de un mismo territorio. “Estados Unidos es un gran ejemplo de esto. Vemos regiones en las cuales han tenido brotes amplios en escolares, como se ha descrito en California y en Nueva York, y hay regiones donde no hay reportes, como es el caso de Texas”. Se concentró en las experiencias exitosas, ya que considera que se puede regresar a los colegios “sin esperar la inmunidad del rebaño. (…) No hay vacunas aprobadas para aplicarse en niños, aunque eso va a venir”.
Mostró una foto de un aula en Costa Rica, imagen divulgada por la Unicef. Pueden verse cinco niños y un profesor. La distancia entre los estudiantes es más amplia de lo usual y todos usan tapabocas. Para la especialista, el caso costarricense es un ejemplo a seguir.
Las primeras escuelas en abrir fueron aquellas ubicadas en zonas rurales. “Empezaron por las comunidades que han sufrido un mayor impacto por su vulnerabilidad, pero que adicionalmente tienen menor número de estudiantes y podían tener actividades al aire libre. Si un salón tenía 20 estudiantes, hacían burbujas (grupos) de 10. Unos veían clases los lunes y martes, otros miércoles y jueves”. La estrategia se replicó en otras regiones poco a poco. En los sectores con mayor acceso a Internet, los planteles se inclinaron por la educación híbrida.
La pediatra dijo que la experiencia de Uruguay también ha sido significativa. “Ellos iniciaron la escolaridad precozmente. En marzo empezó la cuarentena y entre mayo y junio iniciaron las clases presenciales, también en comunidades más vulnerables”.
4. Las medidas de prevención deben ser aplicadas de forma rigurosa.
Diferentes organismos de las Naciones Unidas y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) prepararon guías y protocolos con sugerencias para abrir las escuelas. La doctora López dijo las cinco indicaciones más importantes, citando un resumen de la CDC realizado por la también pediatra Lila Vega:
- Uso adecuado y permanente de mascarillas.
- Distancia física de dos metros entre los estudiantes en el aula.
- Higiene de manos frecuente: lavado de manos con agua y jabón, o con gel alcoholado.
- Limpieza de superficies permanente, luego de cada jornada, mínimo una vez al día.
- La identificación de los casos, el aislamiento de los mismos, y la posterior identificación de los posibles contagios al rastrear los contactos del niño o niña con sospecha de covid-19.
La especialista considera que colocar alfombras de desinfección y el uso de guantes son innecesarios. “Son medidas que pueden ser costosas y que realmente no disminuyen la transmisión del virus”.
Recordó que entre las medidas más efectivas está el uso adecuado de la mascarilla. Se inclina por los estándares de la CDC, que recomienda colocar el tapabocas a niños de 2 años en adelante. “Es para todos, incluso para aquellos con condiciones especiales. No todos los niños se acostumbran rápidamente y probablemente este entrenamiento tome más tiempo. Entonces, tómese el tiempo para hacerlo como padre”. Añadió que el uso de pantallas faciales no sustituye al tapabocas, es solo un complemento.
No se aconseja el uso de la mascarilla al hacer ejercicios físicos de alto impacto, “que eleven la frecuencia cardiaca por encima del 80%”, dijo la pediatra. “Pero si estamos hablando de actividades recreativas para niños pequeños, y estas no implican un esfuerzo intenso, hay que estimular el uso de la mascarilla”.
A los padres les preocupa que no se pueda replicar lo que hicieron otros países en Venezuela, debido a las deficiencias del sector educativo y a las fallas de los servicios públicos. Una madre dijo en el chat del encuentro que garantizar el cumplimiento de las medidas sería un desafío y temía ser parte de las estadísticas de infectados. Un doctor señaló que el contagio podría producirse camino al colegio. Contó que en Apure, donde vive, la población se traslada en autobuses, donde pocos siguen las medidas de seguridad. Otros preguntaron cómo podrían garantizar el lavado de manos en los colegios públicos donde el servicio de agua no es constante.
La doctora López admitió las dificultades, pero insistió en buscar las mejores estrategias adaptadas a la realidad. “Hay muchas carencias en el sector público, pero sí hay alternativas”. Algunos planteles ya han empezado a citar a sus estudiantes a clases presenciales una o dos veces a la semana, tomando medidas de seguridad.
5. Las escuelas deberán ser creativas para ajustar horarios y espacios.
En Estados Unidos, a partir de agosto de 2020, varios distritos escolares probaron abrir las escuelas públicas con medidas de distanciamiento en los salones y uso obligatorio de mascarillas. No fue suficiente. Dos fotografías de los primeros días de clases en la Escuela de Secundaria de North Paulding, en Georgia, se hicieron virales. Se veía el pasillo principal abarrotado de estudiantes, algunos con los rostros descubiertos. La escuela reportó al poco tiempo nueve casos de covid-19 y desistió de las clases presenciales. Lo mismo ocurrió en Illinois, Indiana y Mississippi.
Experiencias como esta sugieren que regresar a las aulas implica un cambio estructural. La escuela prepandémica no volverá en mucho tiempo. La doctora López recomendó:
- Empezar las clases presenciales de forma escalonada, creando turnos diferentes para cada grado o días alternados.
- Evitar que estos turnos duren más de 4 horas, para reducir las posibilidades de contagio. Además, “los niños no soportan el uso de la mascarilla por un tiempo prolongado”.
- Reformular los horarios para evitar que grupos numerosos de niños se concentren en espacios cerrados. “Es importante trabajar en grupos pequeños. Hacer burbujas o cápsulas, es decir, dividir el número de estudiantes en el aula para que no haya intercambios que puedan aumentar la transmisión”.
- Establecer protocolos estrictos sobre cómo será el ingreso al colegio y la salida.
- Garantizar una buena ventilación en las aulas. Si es posible, preferir los espacios abiertos (patios, jardines) para dar las clases.
- Usar las primeras clases para reafirmar las medidas preventivas.
6. Los padres y madres deben participar en la creación de estrategias para el retorno a las aulas.
La pediatra señaló que se pueden crear estrategias efectivas si se cuenta con la participación activa de los padres y cuidadores. “Ya no se puede pensar en enviar al niño a la escuela sin que el representante se involucre con lo que ocurre dentro. (…) Le digo a los padres que vayan al colegio. Involúcrense con el plan para el regreso a clases y hagan sugerencias”.
Explicó que en algunos países de Europa el regreso a las aulas no fue obligatorio, para respetar la voluntad de alumnos y representantes. “Al principio tenían un 60% de concurrencia de los estudiantes. Meses después, en la medida que los colegios se ganaron la confianza, la asistencia aumentó a un 80%. Tenemos que aprender a vivir en pandemia, a involucrarse y ser parte de las soluciones”.
Además, la educación en el hogar es el primer paso para garantizar que el niño cumpla las medidas fuera de casa, porque “ellos aprenden con el ejemplo”.
7. No lleve a su hijo al colegio si sospecha que está contagiado.
Por último, la especialista insistió en que los niños enfermos o con sospecha de covid-19 no se pueden llevar al colegio, “y esta es una lección que debe quedar para toda la vida”. Propuso pasar una encuesta a los padres en la tarde o en la noche, que esté coordinada por el profesor o por un representante asignado. El objetivo es identificar si algún niño presenta síntomas respiratorios o gastrointestinales. También se podría hacer este control por teléfono. “Es una medida práctica que no depende del gobierno y no genera ningún costo”. Recomendó a los padres y a los maestros “tener un médico de referencia que pueda contactar vía telefónica y que pueda ayudarlo a decidir cuál es la mejor forma de proceder”.
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Enlaces útiles:
Marco para la reapertura de las escuelas | Guía de la Unesco.
Recomendaciones para el regreso seguro a la escuela | Material audiovisual de la Unicef.
Escuelas y programas de cuidado infantil. Planifique, prepárese y responda | Recursos varios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (en Español).
Consideraciones de los CDC para el funcionamiento de las escuelas durante la pandemia del COVID-19.
Estrategias de reapertura de escuelas durante covid-19 | Banco Interamericano de Desarrollo.
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