Augurios de un desplome por venir
El régimen está entrando en una etapa de decadencia y, por tanto, más tarde o más temprano está abocado a su desplome
SAN JUAN, Puerto Rico.- La dictadura está confrontando una de las crisis sociales más severas desde que se apropió del poder en 1959. El incremento del rechazo del pueblo a las medidas económicas y sociales recién tomadas por el régimen han aumentado el nivel de disgusto entre la población. A esto se le suma las cada vez más marcadas y abismales diferencias económicas y sociales entre la minoritaria casta gobernante y la población en general. Situación que ha provocado protestas y críticas públicas de los ciudadanos contra el régimen en distintas partes del país, inclusive por sectores que hasta el presente estaban resignadamente sometidos al régimen.
Así vemos cómo los artistas y trabajadores de la cultura integrados al Movimiento San Isidro han realizados protestas en aras de la libertad de expresión cultural y artística ante el Ministerio de Cultura del régimen.
Además, los miembros de dicha organización difundieron una canción, cuyo efecto ha sido viral dentro y fuera de del país, bajo el título de “Patria y Vida”, en la cual se critica al régimen y se reclama el derecho del pueblo a tener un nuevo país donde se dignifique a los cubanos todos y se les respeten sus derechos humanos.
El rápido efecto viral de la canción y el lema “Patria Y Vida” fue impactante, ya que esta se contrapone al inhumano lema de “Patria o Muerte” de la dictadura. De hecho, la frase “Patria y Vida” ha sido adoptada por los opositores y la población, pintándolo en sus cuerpos, en las paredes de sus casas en ciudades a lo largo y ancho del país.
Tales actos han destapado una oleada represiva de la tiranía contra la población. Pero la realidad es que el terror que los opresores pretenden infundir a la población tiene su origen en el inmenso miedo que los jerarcas del régimen le tienen a un pueblo enardecido y lanzado a las calles en su contra.
En vano el régimen está tratando de frenar el efecto viral de la canción, para lo cual sacó una chapucería rítmica que destapa la contradictoria realidad cotidiana entre discurso oficialista y el diario vivir del pueblo cubano: “Patria o Muerte por la Vida” es un absurdo inaceptable.
Pero más allá de los artistas y escritores, otros sectores de la población también están realizando protestas en distintas partes de la isla, como es el caso de los agricultores en Las Tunas y en San José de las Lajas, que han protestado por el decomiso de sus cosechas y ganados; así como los trabajadores de los muelles en La Habana, que reclamaron sus derechos laborales y mejores salarios.
También es notorio el hecho de que cada vez es más frecuente que los ciudadanos se les abalancen a las fuerzas policiales cuando van a detener o abusar de un ciudadano por cualquier injusta razón. Se han dado situaciones en que los ciudadanos han sacado a los detenidos de las patrullas donde habían sido introducidos por las fuerzas represivas. Hechos que denotan en la población la disminución del miedo difundido por la dictadura durante décadas.
Otro hecho significativo fue, ante las respuestas violentas del régimen contra el pueblo, el pronunciamiento emitido por un grupo de militares retirados, tanto de las Fuerzas Armadas como del Ministerio del Interior, en el que condenan la represión contra los ciudadanos y les piden a sus colegas en servicio activo que no repriman al pueblo.
Y mientras las penurias y el hambre afectan al pueblo, se destapan los lujos con que viven los altos jerarcas y sus allegados. Las lujosas mansiones de la oligarquía gobernante, que contrastan con las precarias viviendas de los trabajadores. Los suculentos banquetes de los “mayimbes”, mientras el pueblo pasa hambre. Los lujosos yates de los miembros de la cúpula gobernante que usurpa el poder, mientras los ciudadanos perciben un salario miserable que apenas les alcanza para sufragar su sustento. Los autos de lujo de los hijos y los nietos de los miembros de la casta gobernante, como fue el caso de Sandro Castro, nieto del tirano Fidel Castro, mientras el cubano carece de transportación adecuada. Y las millonarias cuentas bancarias en paraísos fiscales que poseen los miembros de la minoría gobernante, cuentas abiertas con dineros robados al país y que le corresponden al pueblo cubano. Todas esas riquezas han sido mal habidas, producto de la explotación de los trabajadores cubanos y el corrupto latrocinio de las riquezas e ingresos del país.
Y como parte del miedo de la oligarquía, en su desespero, surge publicado por los medios bajo el control monopólico de la tiranía una encuesta hecha por el régimen en la cual demuestra un significativo rechazo de la población a las medidas del llamado “Rrdenamiento”. El sondeo reflejó que para el 91% de los encuestados las medidas no han mejorado la calidad de vida del ciudadano, y al 66% el salario no les alcanza para satisfacer sus necesidades básicas. Un resultado demostrativo del profundo malestar social, el cual es general en todo el país y continúa aumentando y los problemas que afectan a la población se incrementan con el decursar del tiempo y la incompetencia e imposibilidad del régimen para resolverlos.
Indiscutiblemente las medidas de la llamada Tarea Ordenamiento, tomadas por la cúpula gobernante, son el reflejo de otra debilidad del régimen que infructuosamente la dictadura trata de ocultar. Cuba está económicamente en quiebra. No hay dinero. Y gran parte de ello tiene que ver con el derrumbe económico que atraviesa su principal subsidiador, el régimen chavista de Venezuela, también sumido en una seria crisis económica y social que le dificulta ayudar al gobierno castrista.
En consecuencia, en su desesperado intento por buscar divisas a toda costa, la dictadura abre con irracionales limitaciones algunos reglones para negocios pequeños en el cuentapropismo interno; además, anuncia que permitirá a los cubanos del exterior invertir en negocios en Cuba. Y para remachar, impone altos impuestos a los ingresos de aquellos cubanos que viven y trabajan en el exterior, pero que solicitaron al régimen el estatus de “repatriados” como requisito para conservar sus beneficios.
Habrá de esperar más medidas anti-populares en el curso de este año. La dictadura ha convocado al congreso del Partido Comunista de Cuba para abril próximo, ocasión en la cual es predecible que la casta gobernante adopte nuevas medidas para aumentar la represión contra al pueblo, exprimir más los bolsillos de las personas y aumentar el adoctrinamiento político entre los estudiantes y a la población. Medidas que disfrazarán con guirnaldas propagandísticas unas y silenciarán otras, pero todas buscando infructuosamente sobrevivir a un destino de desplome inevitable.
Todos estos hechos son indicadores del agrietamiento en las estructuras de la dictadura. El régimen está entrando en una etapa de decadencia y, por tanto, más tarde o más temprano está abocado a su desplome, razón por la cual, ahora más que nunca, se requiere fomentar, mantener e incrementar la presión social interna, así como la internacional contra la dictadura, para que pueda producirse la necesaria explosión social masiva a nivel nacional, del mismo modo que a finales de la década de los ochenta ocurrió en Polonia, en Checoslovaquia y otros países de la Europa del Este.
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