El gobierno de Nicolás Maduro no puede dolarizar los sueldos, si así lo quisiera
Aunque es cierto que los economistas concuerdan que el mal manejo de las políticas económicas desencadenó la crisis, las promesas de dolarizar sueldos no pueden ser cumplidas en el corto plazo, así el gobierno cambie
¿Por qué el gobierno venezolano no puede dolarizar los sueldos?
Además de que se vaya la pandemia y la comida llegue a la mesa, los trabajadores públicos de Venezuela siguen pidiendo lo mismo: dolarización de los sueldos. Es la conversación común entre trabajadores que vivieron bonanza y ahora viven pobreza, es la petición que se leyó en pancartas en las protestas de educadores, médicos, petroleros y pensionados durante todo el 2020. Sin embargo, uno puede pedir la luna y las estrellas pero eso no quiere decir que los astros bajarán. En Venezuela el sector público no puede dolarizar los sueldos, así quiera hacerlo.
No es una cuestión de intención, es una cuestión de posibilidad. El Gobierno de Maduro no puede dar lo que no tiene, y en este momento el gobierno no tiene dólares.
Cálculos sencillos hacen ver la imposibilidad de que todos los trabajadores de la administración pública tengan sueldos en dólares. Durante el 2020, la estatal petrolera venezolana cerró con unos ingresos que el economista Asdrúbal Oliveros estima en 5 mil millones de dólares. Por su parte el economista y diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra, es más conservador con la cifra: «Pdvsa recaudó apenas 3 mil millones de dólares».
Basándonos en la cifra más optimista, los 5 mil millones de dólares siguen siendo un mínima parte de lo que Venezuela recibía por ingresos petroleros en 2013 ($56 mil millones).
Menos dinero y más trabajadores
Además de los mermados ingresos en divisas, también está la abultada nómina pública. Para el año 2000 los trabajadores públicos llegaban a ser cerca de 1 millón de personas. Para el 2018 la nómina del gobierno alcanzó los 2,7 millones de empleados.
Ahora, con unos ingresos en divisas reducidos, y una casa llena, repartir los ingresos es mucho más difícil.
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