La economía venezolana no está para “corralitos”
¿Existe un riesgo real de la aplicación de un “corralito” a las cuentas en divisas abiertas en la Banca venezolana? Un análisis sensato de la situación permite concluir que la posibilidad de que se implante una medida de este tipo es remota, porque en principio significaría terminar de manera radical con cualquier oportunidad de reactivación económica, en el corto y mediano plazo.
Entendemos que cuando se habla de “corralito” se piensa en restricciones para la movilización de las divisas e, incluso, una conversión estatutaria de los depósitos en moneda extranjera en bolívares a tasa de cambio oficial.
La única experiencia de «corralito» que se recuerda en América Latina fue en Argentina, cuando presionado por una devastadora fuga de divisas y, además, una histórica corrida de depósitos bancarios que colocó al sistema financiero al borde del colapso en diciembre de 2001, el expresidente Fernando de la Rúa restringió la libre disposición de los depósitos bancarios, una medida que se prolongó por un año.
En Venezuela, no se presenta ninguna de estas situaciones y, además, es evidente e incuestionable el interés del gobierno de incrementar la entrada de divisas, y por ello está promoviendo acuerdos con capitales privados para dinamizar inversiones, aunque en condiciones de opacidad.
La primera pregunta que habría que hacer es por qué el gobierno tomaría un camino como ese, y salvo alguna pulsión de carácter ideológico, no existe ningún escenario probable que permita suponer que el ejecutivo se pueda proponer una medida tan extrema; en principio, porque no es rentable ni desde el punto de vista económico ni político.
A pesar que los depósitos en divisas en la Banca venezolana representan 67% de las captaciones totales del sistema bancario, en comparación con las estimaciones de a cuánto asciende el circulante en moneda extranjera en la economía venezolana, estos recursos pueden llegar a representar no más de 35% de la liquidez en dólares que se maneja en Venezuela.
Sin duda, restringir, a partir de una decisión ejecutiva la circulación de moneda extranjera depositada en la Banca tendría un beneficio marginal; si es que se puede hablar de beneficio en esta circunstancia.
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