Cuba: presos políticos con coronavirus acorralados en un hospital
El PanAm Post fue contactado por compañeros de los activistas, para informar sobre su situación, con la esperanza que la difusión de lo que sucede pueda ayudarlos a lograr su libertad y sobre todo para proteger sus vidas.
Debajo de la escalera del Hospital Julio Trigo se esconden dos opositores al régimen comunista, tras escapar de un ataque por parte de 15 personas con machetes y tubos de metal.
Reclaman que en la sala comunal donde estaban también había dos niños, debido a que la habitación tenía televisión y atraía a los menores.
Se trata de Alain Yosvany Cruz Chacón, quien forma parte del Partido Republicano y también de Josiel Días Piloto, miembro del Partido Libertario Cubano.
El PanAm Post fue contactado por compañeros de los activistas, para informar sobre su situación, con la esperanza que la difusión de lo que sucede pueda ayudarlos a lograr su libertad y sobre todo para proteger sus vidas.
Ambos son presos políticos. Josiel Dias fue liberado hace dos meses y fue ingresado en el centro asistencial, al igual que Alain Cruz, tras haber contraído el coronavirus.
Pese a que ambos ya salieron negativos en la prueba PCR del coronavirus, no pueden salir del hospital sin autorización. De lo contrario, ambos quedarán detenidos por el delito de “propagación de enfermedad”.
Los dos activistas sufrieron un ataque, luego de haber protestado por los malos tratos recibidos en el hospital.
Para comenzar, les cobran a los pacientes hospitalarios para usar el baño: 50 pesos cubanos, equivalente a más de 2 dólares americanos.
Considerando que en Cuba el salario mínimo es 16 dólares al mes y el empleado público promedio gana 42 dólares al mes, 2 dólares significa más de un día de trabajo en Cuba.
Los activistas además reclamaron por las condiciones insalubres en el hospital, así como la falta de higiene en las instalaciones.
En vista que en Cuba solo es legal el Partido Comunista, ambos corren riesgo al hacer política en un país donde el sistema unipartidista impide el ejercicio democrático.
No solo la política está controlada por el mismo partido, también el sistema sanitario. De modo que los opositores arriesgan su vida, propiedad y libertad cada vez que son hospitalizados.
Por ello es importante destacar para quienes llaman “derecho” a la dependencia estatal y aclaman para que el Estado tenga el control de la salud que cuando esto pasa, como en el caso cubano, ser opositor puede ser un peligro mortal.
Mientras que tener salud privada como alternativa brinda al ciudadano la oportunidad de elegir dónde y con quién atenderse, sin el riesgo de ser perseguido por sus ideas.
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