UE; Noruega y EE.UU. están entendidos para reiniciar el diálogo en Venezuela
No es casual que la secretaria para Asuntos Exteriores, Iberoamérica y el Caribe de España, Cristina Gallach, decidiera ampliar su gira a Venezuela en lo que constituye la primera visita de un alto cargo español desde hace dos años.
Su arribo al país coincide con las gestiones que realiza una delegación noruega, de forma discreta, con el objetivo de reiniciar el diálogo entre los actores políticos venezolanos.
Para el internacionalista Félix Arellano no cabe duda de que estas acciones responden a una estrategia coordinada: “Hay una clara y efectiva coordinación entre Estados Unidos, la Unión Europea y Noruega en beneficio de la construcción de una salida política en Venezuela”.
“La visita de España es muy positiva, conveniente y necesaria. Dentro de la Unión Europea, España se convierte en el líder para Latinoamérica, en particular Venezuela, por los vínculos históricos, las alianzas políticas, la cantidad de españoles en territorio venezolano y de venezolanos en España, el idioma, entre otras razones”, explica.
En su opinión, Estados Unidos sabe que tiene “la llave del candado” que son las sanciones, pero cede un rol más protagónico a la Unión Europea. “Biden no quiere jugar el papel que jugó (Donald) Trump de dispersar y enredar, quiere actuar con prudencia y apela al multilateralismo para ser más efectivo, en la medida en que haya una mayor coordinación hay una presión más efectiva”, expone.
Acuerdo por un nuevo CNE
El Poder Electoral es uno de los frentes en los cuales se intenta presionar por un acuerdo político. Sin embargo, puertas adentro las posturas del chavismo y la oposición que lidera Juan Guaidó se mantienen inflexibles.
Mientras una parte de la oposición, representada por el excandidato presidencial Henrique Capriles y el exdiputado Stalin González, apela por acuerdos incrementales que permitan a la disidencia participar en las próximas elecciones con mínimas garantías; el gobierno interino insiste en que solo aceptará acuerdos integrales que incluyan la repetición de las presidenciales.
Por su parte, el chavismo no está dispuesto a poner en peligro su permanencia en el poder.
Esta parálisis en la dinámica política interna es lo que ha precipitado la intervención de los actores internacionales, en opinión del politólogo e internacionalista Carlos Romero.
“La situación ha llegado a tal punto que la oposición y el gobierno no pueden ponerse de acuerdo por sí solos, necesitan un árbitro, un grupo de gobiernos que den las señales necesarias para que haya confianza que es un elemento que se ha perdido y que impide llegar a acuerdos”, afirma.
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