A la activista Jacqueline Borrego “la abandonaron, no tuvo la atención médica que debió tener”
La activista del MONR falleció este lunes, después de padecer por varios años una enfermedad no diagnosticada hasta su último ingreso.
LA HABANA, Cuba. – “Si le hubieran dado la atención médica correspondiente ella no hubiera muerto”, denuncia el exesposo de Jacqueline Borrego Cuesta, la activista cubana y miembro del Movimiento de Opositores por una Nueva República (MONR) que falleció este lunes “producto de una desnutrición avanzada”.
Luis Jesús Gutiérrez Campo, quien estuvo a cargo del cuidado de la activista durante su período de postración, explicó a CubaNet que Borrego Cuesta, de 48 años, falleció en su propia vivienda, en el municipio de Marianao.
“Ella fallece en la casa sobre las 11:30 de la mañana después de estar desde el 14 hasta el 27 (de abril) en el Hospital Militar. Se le afectó mucho el sistema digestivo completo y ya venía con dificultades para alimentarse”, explicó Gutiérrez Campo.
El entrevistado también detalló que en las últimas semanas era casi imposible administrarle agua y alimentos, lo que agravó aún más su estado de desnutrición. “Era muy difícil darle un cc (centímetro cúbico) de agua o de un juguito, lo mismo que el puré (de viandas)”, especificó.
El entrevistado explica que el 14 de abril su exesposa fue hospitalizada por una infección en un ojo y por el avanzado nivel de desnutrición que presentaba. Durante su estadía en el Hospital Militar Carlos J. Finlay, de Marianao, Borrego Cuesta recibió entre 10 y 12 sueros intravenosos con antibióticos para combatir la infección e hidratarla.
Desde 2020, Gutiérrez Campos hizo gestiones ante las instituciones del Estado con la intención de salvar la vida de su exesposa, pero confiesa que toda petición “siempre fue en vano”.
“Yo me he dirigido a todos los lugares, incluyendo al médico Rogelio, del consultorio 18, de allí de la zona donde nosotros radicamos… Hombre que nunca aceptó hacerme una dieta que me ayudara con su alimentación”, lamenta.
“Nada más había que verla en las condiciones que ella estaba; cualquier ciudadano se compadecía de ella. En las dependencias adonde fui no hubo una sensibilidad humana con relación a apoyarla”.
Gutiérrez Campos asegura que su exesposa “no tuvo la atención (médica) que debió tener, primeramente porque en las dos ocasiones que ella estuvo hospitalizada fue por urgencia médica y nunca le hicieron un estudio a fondo”.
“En este último ingreso, del 14 al 27 de abril, es que dan respuesta efectiva porque yo pido la presencia de un clínico y un neurólogo (que me dice que) ella lo que padeció fue de catabolia”, asegura Gutiérrez Campos.
Desde 2018, fecha en que Borrego Cuesta enfermó, los médicos siempre refirieron que había sufrido infartos múltiples. Sin embargo, el neurólogo que la atendió durante su último ingreso negó el diagnóstico previo, refiere el propio entrevistado.
“Desde el primer momento en que yo fui al Hospital Militar, en 2018, le mandaron a hacer un estudio, y las doctoras me manifestaron que ella había sufrido infartos múltiples, eso sin tener resultado de ningún análisis ni nada. Desde entonces se repitió siempre lo mismo”.
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