Alberto Fernández, a un paso de ver su peor pesadilla hecha realidad
Por cómo vienen los datos de pobreza y fallecidos en Argentina, el oficialismo tendrá que lidiar con un complicado archivo del año pasado.
Marzo de 2020: Alberto Fernández confirma que los argentinos se tendrán que quedar en sus casas por unos días, ante los primeros pocos casos de COVID-19 en Argentina. El presidente el sacó pecho. Se mostró como el epidemiólogo en jefe del país y la gente, de vacaciones pagas en sus hogares, aplaudió en su gran mayoría al oficialismo. Hasta la oposición se rindió a sus pies. Las encuestas le daban un índice de aprobación norcoreano que superaba el 80 %. La épica le duró menos que a los militares la gesta de Malvinas. Y como ellos, Alberto se tendrá que ir, fracasado, por la puerta de atrás.
Cuando la misma gente que le brindó el apoyo incondicional al presidente comenzó a aburrirse en sus casas y, sobre todo, al ver que sus fuentes laborales corrían riesgo de desaparecer, todo cambió repentinamente. Sin embargo, Fernández se mantuvo firme a la estrategia inicial, mientras cosechaba insultos por todos lados. Cuando los cuestionamientos por una cuarentena temprana y extendida se incrementaron exponencialmente, Alberto dijo una frase que le podría salir muy cara al oficialismo de cara a las elecciones legislativas de este año:
“Prefiero tener 10 % más de pobres y no 100.000 muertos por coronavirus”. La baja letalidad de las primeras cepas y los pocos casos registrados en el país, daban a entender que la cifra de los cien mil era tan exorbitante, como lejana, como imposible. Casi en soledad, el periodista y analista internacional Luis Rosales le advirtió que se cuide, ya que podría conseguir “lo peor de los dos mundos”. Es decir, que Argentina fracase tanto en el escenario vinculado a la salud, de la mano de un incremento considerable en los índices de pobreza y desocupación. Exactamente lo que pasó.
No es ningún secreto que el Gobierno fracasó en todo sentido. Cerró filas con China y Rusia para vacunar geopolíticamente y Argentina terminó con un bajísimo número de vacunados al día de hoy. El Estado no perdió ningún privilegio y le hizo pagar la cuenta a un golpeado sector privado que está cada vez más escuálido. ¿El resultado? Predecible… La pobreza terminó a finales de 2020 ubicada en el 42 %. Es decir que los primeros meses de cuarentena dura se tradujeron en un incremento del 6,5. ¿Alguien duda que este año pueda arrojar algo mejor que una caída menor al 3,5? El 10% de nuevos pobres que Alberto Fernández prefería a los 100.000 muertos ya los tiene asegurados.
El problema es que le falló también el otro lado de la ecuación. Al que le puso el énfasis y la prioridad. Al día de hoy, la cantidad de fallecidos por complicaciones vinculadas al COVID-19 es de 68.311 personas. Pero, más allá del número, lo terrible es la proyección: en las últimas tres semanas, Argentina duplicó el número de fallecidos. De un promedio de 220 diarios, se saltó al complicado 445. Las curvas de los gráficos le muestran al presidente argentino que está a un paso de ver hecha realidad su peor pesadilla.
Las primarias, finalmente, tendrán lugar en septiembre y las definitivas en noviembre. Es posible que la oposición tenga un duro archivo para achacarle a un Gobierno golpeado, que sigue sin rumbo, pero cada día que pasa se vuelve más kirchnerista.
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