Las madres lloran en la Revolución
Los voceros del régimen nunca mencionan el sufrimiento de las miles de madres cubanas que perdieron a sus hijos a causa del castrismo.
LA HABANA, Cuba. – Mi viejo amigo Ciro Bianchi, habitual cronista de Juventud Rebelde, se acordó que el pasado domingo 9 de mayo fue el Día de las Madres, una hermosa fecha que tuvo su inicio en 1914, en Estados Unidos.
Años después, atentos siempre a imitar todo lo bueno que surgía en ese país de gran progreso económico, los cubanos quisieron celebrar la noble iniciativa, para lo cual influyeron numerosos periodistas.
Pero de lo que ha pasado en la centuria transcurrida hasta hoy, nada cuentan Ciro Bianchi ni sus colegas. No recuerdan la historia de la dictadura castrista, que no es digna de perdón ni de olvido aunque pasen siglos.
El 5 de enero de 1959, don Raúl Castro fusiló a 100 militares, policías y civiles. Todos los que murieron sin juicio alguno tenían madre. Como también tenían madre los tres jóvenes negros fusilados como escarmiento por orden de Raúl, en 1994; y los miles que murieron de espaldas a las paredes de La Cabaña, en La Habana, a cargo del Che Guevara, Ramiro Valdés y otros.
En muchas ocasiones, a lo largo de 62 años de dictadura cubana, se ha conocido esta historia de sangre en numerosos países a través de actividades políticas y actos religiosos, con exposiciones de fotos personales y los nombres de las víctimas.
Fusilamientos, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones engrosaron los expedientes de “la Revolución” desde 1959, dado el profundo desprecio del régimen castrista por la vida de aquellos seres y el sufrimiento de sus madres.
Las cifras registradas hasta la fecha son impactantes. De 41 695 casos documentados, 10 305 son muertes ocurridas a partir del 1 de enero de 1959 por acciones no combativas: fusilamientos, ejecuciones extrajudiciales y fallecimientos en prisión.
Estos datos fueron recopilados por el profesor Armado Lago y la doctora María Werlau, experta en Relaciones Internacionales y directora del Proyecto Rescate de la Memoria Histórica de Cuba, con sede en Nueva York.
“En un principio ―dice Werlau―, teníamos listas sueltas, redactadas a partir de recopilaciones bibliográficas y de periódicos, que se cruzaban con informes de la OEA u otros documentos. Después acudimos a las fuentes directas: las familias de las víctimas que nos aportaron mucho material y testigos. A medida que se conocía el proyecto, los testimonios se multiplicaban”.
Pero la prensa castrista jamás se hizo eco de estos testimonios. Los periodistas cubanos, con excepción de los independientes, nunca los tuvieron en cuenta. Como era de esperarse, el Día de las Madres tampoco mencionan el sufrimiento de las miles de mujeres cubanas que perdieron a sus hijos a causa del castrismo.
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