El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia confirmó que en los últimos días recibió una carta por parte de un grupo de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que mantiene secuestrados a ocho militares venezolanos. 

En ella, los paramilitares piden a la Cruz Roja “sus buenos oficios para establecer los protocolos y mecanismos necesarios”, además de la “intermediación” del CICR para entregarles a los ocho militares activos que, aseguran, fueron secuestrados en un combate el pasado 23 de abril en el estado Apure.

Militares venezolanos que se encuentran secuestrados

Teniente coronel Jhan Carlo Bemón
Primer teniente Jonny Jaguay
Teniente de Fragata Álvaro Junio Flórez
Sargento mayor de tercera José Antonio Ramos
Sargento segundo Estiben José Aular
Sargento primero Luis Coba
Sargento mayor tercero Paúl Hernández
Sargento primero José Torrez

El grupo armado considera a los militares venezolanos como “prisioneros de guerra”. Por ello, reclaman que la CICR actúe como un organismo mediador en el conflicto entre los disidentes colombianos y el régimen de Nicolás Maduro.

La Cruz Roja Internacional es un organismo de socorro que puede brindar ayuda y mediación humanitaria durante conflictos de violencia armada. Esta organización, sin embargo, reconoce en su página web que una posible resolución implica un proceso largo y complejo que requiere de una posición neutral.

¿Cómo puede mediar la Cruz Roja?

En situaciones de emergencia humanitaria, la institución puede ofrecer sus buenos oficios. Así, el CICR cumple la función de intermediario neutral para establecer vínculos de comunicación, lograr un acercamiento entre las partes o proponer alternativas con respecto a la solución violenta del conflicto.

Básicamente es un facilitador y mediador en asuntos humanitarios, pero no trabaja por sí sola. La labor de mediación de la CICR se apoya en instituciones de la sociedad civil, pues lo considera fundamental. 

¿Qué puede y qué hacer la Cruz Roja como mediador para la liberación de los ocho militares venezolanos en Apure?
Foto: EFE

Entre dichas instituciones figura la Cruz Roja Colombiana, con la que la delegación trabaja estrechamente en el ámbito de la asistencia humanitaria en favor de las personas desplazadas por la violencia.

La Cruz Roja también puede desempeñar una “función de freno”, colocando en contexto de las partes los abusos cometidos, explicándoles la percepción de la situación que tienen las víctimas y obteniendo algunas concesiones de índole humanitaria. 

Al producirse un secuestro, el CICR interviene para que, al menos, se respeten algunos derechos fundamentales del rehén como: seguridad personal, trato humano, asistencia médica y correspondencia con los familiares.

Visitas a los rehenes

Siempre que las circunstancias lo permiten, los delegados de la organización internacional se entrevistan con los rehenes sin testigos. 

La visita de un delegado del CICR tiene por objeto fortalecer psicológicamente a las víctimas. De esta manera, la persona puede recibir o enviar “libremente” mensajes de la Cruz Roja. 

¿Qué puede y qué hacer la Cruz Roja como mediador para la liberación de los ocho militares venezolanos en Apure?
Foto: AFP

En algunos casos, los delegados participan en la puesta en libertad, dado que acompañan y protegen a la persona secuestrada desde la zona de peligro hasta su casa. En este punto, la CIRC destaca que no acepta, en ningún caso, negociar con los secuestradores. 

“La Cruz Roja Internacional no puede hacerse cómplice de un hecho contrario al derecho internacional”, advierten en el documento.

La mediación del CICR solo tiene posibilidades de éxito cuando se trata de situaciones en las cuales sus involucrados están claramente definidos. Si el conflicto depende de factores de poder interregionales, explican, o si no se puede identificar claramente a los responsables, la tarea del mediador es “increíblemente difícil”.

Los 70 soldados liberados en Cartagena de Chiará

Uno de los casos más simbólicos que la CIRC toma como referencia en situaciones de mediación fue la liberación de 70 militares e infantes de marina colombianos que permanecieron en cautiverio durante nueve meses a manos de la FARC en el año 1997.

El 20 de mayo el presidente de ese entonces, Ernesto Samper, accedió a la demanda guerrillera de retirar el Ejército de una zona del Caquetá para la entrega de los soldados.  

Foto: E. Mora

Las partes acordaron que las víctimas serían entregadas a los delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Comisión Nacional de Conciliación (integrada por representantes de la Iglesia católica y de la sociedad civil), quienes, una vez que verificaron el estado de salud de los soldados, procedieron a entregarlos al gobierno colombiano.

60 de los militares liberados fueron emboscados por las FARC durante un ataque al puesto militar Las Delicias, en el departamento de Putumayo, el 30 de agosto de 1996. Los 10 restantes fueron capturados en otro ataque en febrero en el departamento de Chocó.

La captura de los soldados y su secuestro durante más de nueve meses fue considerado por analistas como el más grave golpe de la guerrilla contra el ejército y una muestra de su poderío militar.