Crece presión internacional contra Daniel Ortega por ola de arrestos
La Organización de Naciones Unidas y el Parlamento Europeo se pronuncian en contra de los arrestos a opositores y exigen a Ortega parar la represión y ofrecer garantías electorales
La ola de arrestos del régimen de Daniel Ortega en contra de sus opositores provoca una tempestad que la comunidad internacional ya no puede evadir. El encarcelamiento de 19 adversarios, entre ellos cinco candidatos a la Presidencia de Nicaragua, desata condenas dentro y fuera del país.
Los “conceptos penales ambiguos y sin suficiente evidencia probatoria” utilizados por el sandinismo para privar de libertad a Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora, a quienes acusa de “traición a la patria” junto a dos exvicecancilleres, dos históricos exguerrilleros sandinistas disidentes, un exdirigente empresarial, un banquero, una exdiputada, un periodista, cuatro activistas y dos excolaboradores de una ONG comprueban que se “restringen los derechos políticos de los afectados y al mismo tiempo de la ciudadanía a elegir”, aseguró la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, en la sesión de este martes.
Esta vez, con menos demora para pronunciarse y sin complacencia institucional, acusó a Ortega de limitar «indebidamente» la participación política usando la Fiscalía como instancia de persecución judicial. Lo peor es que la funcionaria admite que “esta crisis no presenta visos de ser superada sino que se ha agudizado de manera alarmante”.
Sembrar el terror
Bachellet atina en esta apreciación. Ortega encendió todas las alarmas. Intenta sembrar el terror entre la población nicaragüense, reafirmar su desinterés por unos comicios limpios y probar a la administración de Joe Biden, que está obligada a revisar la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA) y las actividades de Rusia en el país para supervisar y sancionar cualquier préstamo de una institución financiera internacional.
De ahí, la volatilidad política del exguerrillero que pretende un cuarto mandato. Sobre todo, cuando al mismo tiempo Canadá y la Unión Europea evalúan incluir a Nicaragua a la lista Engel que cataloga a los involucrados en corrupción.
Hay quienes se adelantan para evitar correr la misma suerte. El periodista Carlos Fernando Chamorro, galardonado en los 38º Premios de Periodismo Ortega y Gasset, anunció en Twitter su exilio para resguardar su libertad, considerando que la última detención reportada es la del periodista deportivo Miguel Mendoza.
En una serie de mensajes, afirmó que después del allanamiento policial en su casa, tres vehículos con civiles abordo mantuvieron vigilancia afuera de la vivienda de su madre, la expresidente Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), próxima a cumplir 92 años.
Un estado policial. Eso es Nicaragua hoy cuando las investigaciones de la Fiscalía en contra de los detenidos giran en torno a periodos pasados de 2015 y 2019 aplicando la ley 1055 aprobada en diciembre pasado con carácter retroactivo.
Consecuencias diplomáticas
Las acciones de Daniel Ortega tendrán consecuencias internacionales. El Parlamento Europeo le remitió una carta en la que le advierte que expulsarán a Nicaragua del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica si no ordena la liberación de los presos políticos, restaura el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos y permite elecciones transparentes, libres y justas en la jornada comicial de noviembre.
En la misiva, los parlamentarios señalan que las reformas electorales del régimen se desmarcan de los parámetros democráticos de la comunidad internacional al designar un Consejo Supremo Electoral con magistrados militantes y simpatizantes su partido y al despojar con arbitrariedad de personalidad jurídica al Partido Conservador y al Partido de Restauración Democrática.
“Todos estos hechos refuerzan la idea de la voluntad de mantenerse en el poder, violentando las aspiraciones de un pueblo nicaragüense de elegir a sus autoridades, vivir en libertad, paz y democracia”, señala la carta.
Quizá ello condujo a México y Argentina –dos naciones aliadas ideológicamente– a llamar a consulta a sus embajadores en el país centroamericano por las «preocupantes acciones político-legales realizadas» por el régimen de Daniel Ortega que han derivado en casi una veintena de arrestos en los últimos días.
En un comunicado conjunto difundido en Twitter, ambos países informaron que instruyeron al embajador de México, Gustavo Alonso Cabrera, y al de Argentina, Mateo Daniel Capitanich, a trasladarse a sus respectivas capitales para consultarlos sobre las medidas que «han puesto en riesgo la integridad y libertad de diversas figuras de la oposición (incluidos precandidatos presidenciales), activistas y empresarios nicaragüenses».
Es un giro diplomático confuso, considerando que se abstuvieron de firmar la declaración conjunta en la que 59 naciones condenan la violación de los derechos humanos en Nicaragua.
Tensión entre el clero
Los activistas y líderes católicos en Nicaragua temen ser los próximos en la ola de arrestos. Según Catholic Herald, las figuras que han sido blanco del régimen –líderes políticos, precandidatos y ejecutivos de empresas– son anunciadas previamente por el periodista afín al sandinismo, William Grigsby, en su programa de radio, Sin Fronteras .
“La operación aún no ha llegado a los de sotana”, asomando que es posible que el clero engrose la lista. Desde su cuenta en Twitter, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, profesa que “en la tormenta se necesitan políticos sacrificados, empresarios solidarios, periodistas valientes, jóvenes soñadores y personas que amen y defiendan la vida». La fe es por ahora una opción.
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