De la mano de Argentina, Rusia incrementa su influencia en la región
La “Sputnik Industria Nacional” fue aprobada por el Instituto Gamaleya y, gracias a un afortunado laboratorio local, comenzará la producción masiva para América Latina
Europa no presta demasiada atención a América Latina. Es más, parece que el poder de lobby de los agricultores franceses es suficiente como para congelar un acuerdo trascendental como el tratado de Libre Comercio con el Mercosur. Estados Unidos, tampoco. A pesar de todo lo que se dijo del supuesto “aislacionismo” que representaba Donald Trump, lo cierto es que la gestión de Joe Biden no tiene a este rincón del mundo como prioritario. Algo absolutamente predecible, ya que lo mismo ocurrió durante su gestión de vicepresidente junto a Barack Obama. Pero los espacios que Occidente descuida, otros los ocupan. Los desastres políticos de Venezuela y Argentina, han sido la puerta de entrada para el incremento de la presencia e influencia de Rusia y China en la región.
El populismo demostró que, más allá de su discurso, lo único que importa son los intereses políticos y sus negociados. Incluso por encima de la salud y la vida de las personas. No es casual que las vacunas que circulan hasta ahora en Argentina sean en su gran mayoría la Sinopharm de China y la Sptunik-V de Rusia. Más allá de la cuestión técnica (que me excede) sobre las virtudes médicas de cada una, lo que es innegable e indiscutible es que, al limitar el número de proveedores, más lento será el proceso de vacunación y la salida de la pandemia. De más está decir que esto se traduce en más contagiados y fallecidos. No es un dato menor el poco interés que las autoridades peronistas demostraron a la hora de cerrar el acuerdo con Pfizer, que abastece a varios países de la región.
Pero el “estilo ruso” (o chino) va más allá de del contenido de la vacuna. El capitalismo de amigos (o de Estado) también se hizo presente a la hora de pensar la Sptunik argenta. ¿Tendrá algo que ver que el laboratorio Richmond, proveedor afortunado del negocio, digo…de la producción local, en el pasado fue señalado como una empresa modelo por la misma Cristina Kirchner? ¿Hay vacuna para la desconfianza?
Como sea…en la jornada de hoy, las autoridades del Instituto Gamaleya aprobaron las vacunas producidas en suelo argentino. La información fue confirmada por la ministra de Salud, Carla Vizzotti. Con el aval de Moscú, ahora comenzarán a llegar los principios activos para la producción y envasado en territorio nacional.
De esta manera, en cualquier momento comenzará la producción masiva en las plantas del Gran Buenos Aires, y se espera abastecer a todo el país antes de las elecciones de octubre. Los planes de Richmond van más allá de la provincia y el país. La idea es un gran negocio exportador, que alcance varios países de América Latina y Central.
Triste balance general: mayor influencia de una Rusia que guarda las mañas soviéticas en materia de política exterior, lenta (y asesina) campaña de vacunación nacional, retorno a la normalidad lejano (y mayor desastre económico), pero beneficios multimillonarios para los amigos del poder.
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