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Se ha dicho hasta el cansancio y por más de 20 años. Para que haya elecciones justas y democráticas en Venezuela se tienen que cumplir varias condiciones irrenunciables. Una de ellas es la existencia de un Consejo Nacional Electoral imparcial, que entienda que su principal tarea es organizar los comicios sin dar pie a objeciones de ninguna de las partes.

Cuando la Asamblea Nacional chavista nombró a la directiva del actual CNE, en ciertos sectores hubo expresiones de esperanza y en otros de incredulidad. Sin embargo, casi todos coinciden en que es un primer paso para recuperar la confianza en un proceso comicial futuro que saque al país de la pesadilla.

Queda mucho por andar, pero dentro de unos meses tendrá que abrirse una campaña electoral que, si va como denuncia el vicepresidente del CNE, Enrique Márquez, no se diferenciará de las que han montado en el pasado más reciente.

Esta semana el rector lanzó una bengala en el desierto. Señaló que Venezolana de Televisión, el canal que debería ser del Estado pero es del régimen, actúa con ventajismo a favor de los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela. No descubrió el agua tibia. Esto ha sido así desde que Hugo Chávez comenzó a coleccionar comicios tras comicios. Sin embargo, hay que aplaudir el gesto. Aunque solo sea eso, porque es mucho lo que el CNE debe revisar para garantizar unos procesos transparentes.

Bueno es que Márquez asuma que debe imponer sanciones para evitar que, como ha venido ocurriendo en todos estos años, los medios de comunicación en manos del régimen o presionados por él, muestren favoritismo por un solo pensamiento. Es la manera de concebir la comunicación social en tiempos rojitos y no solamente en VTV.

La campaña que se avecina va a ser muy difícil. El régimen destinará, como siempre lo ha hecho, ingentes recursos para mantener la parcialidad política en su propio beneficio, que no es otro que garantizarse los votos que le permitan seguir en el poder.

Así que es mejor que Márquez y sus compañeros persistan en desempolvar las reglas sobre propaganda y uso de bienes públicos para la campaña electoral y se empeñen en imponer sanciones. La equidad en la transmisión del mensaje dirá mucho del tono de estos comicios.

No deben olvidar tampoco que tienen que trabajar por un registro electoral depurado y actualizado y abrir la posibilidad de participación a todos los partidos. Si no lo hacen, estaremos otra vez frente a una campaña de desigualdades en la que se permitirá que continúe el uso abusivo y grosero del dinero de todos los venezolanos para mantener a la cúpula madurista en el poder.