Declaración de Fatou Bensouda a su salida del cargo de Fiscal de la CPI: “Existen fundamentos razonables para creer que en Venezuela se cometieron crímenes de competencia de la Corte desde al menos de abril del 2017”.

Tarek William Saab ha estado entrado y saliendo de la Corte Penal Internacional “como perro por su casa” (del refranero venezolano), esto sin tener cualidad legal pues no ostenta ninguna designación ni venezolana ni de esa Corte para ello, y allí nadie le dice nada, se le admite a litigar en el caso sin objeciones, su abusiva actividad solo está dirigida a consolidar la impunidad para los crímenes lesa humanidad que vienen ocurriendo por años en Venezuela. Busca obtener el cierre de las decenas de denuncias que desde 2014 se vienen acumulando en las herrumbrosas gavetas de ese tribunal. Su mas reciente maniobra ha sido la de una queja que consignó por ante la Sala de Preliminares exigiendo que se limitaran las actuaciones de investigación que se realizaba desde la fiscalía de Bensouda, esto lo exigió mediante un “recurso confidencial para el control de actividades” alegando que ésta se estaba excediendo en sus atribuciones.

DESDE SUS ORÍGENES EL COMANDO KIRCHNER SE ADUEÑÓ DE LA CPI
Los ciudadanos argentinos Silvia Fernández de Gurmendi fue la primera presidenta de la CPI y actual presidenta de la Asamblea de Estados Parte que es el órgano legislativo de la Corte, la que hace sus reglas, elige a los jueces, al fiscal, etc. También de allí salió el nombramiento de Luís Moreno Ocampo como el primer fiscal de la CPI. Fabricio Guariglia quien fue el jefe de la delegación de Argentina en aquellas actividades para la creación de la CPI, de allí salió como Director de la División de fiscales, cargo que aún ostenta.

Todos son muy bien formados profesionalmente y con excelentes currículos, pero sin duda con sus respectivos compromisos pues el acceso a esos cargos son producto de acuerdos políticos. Y por si fuera poco Baltasar Garzón, abogado de Cristina Kirchner es asesor de la fiscalía de la CPI contratado por Luís Moreno Ocampo. Así que todo el aparato de esa CPI que tiene la función de perseguir la delincuencia internacional ha estado en manos del Kirchnerismo, alto socio del chavismo y ahora del madurismo. Quizás las cosas allí cambien un poco con la llegada del nuevo fiscal, pero por ahora todo ese andamiaje está allí intacto.

HUGO CHÁVEZ
Claro está que Hugo Chávez estuvo muy comprometido apoyando esa composición con los Kirchner con la mirada larga, a futuro. Posteriormente colocó a Haifa el Aissami como su representante ante la CPI bajo el cargo de embajadora que le discernió según consta en gaceta Oficial 39.565 del 2 de diciembre de 2010 y luego ratificada por Maduro. Ella realizó una muy intensa labor de influencias pues era la encargada de votar en las elecciones de los jueces, también la que proveía los dineros que correspondía pagar a Venezuela como Estado Parte, ambas actividades de gran peso que no dejarían de incidir en la impunidad dispensada por Moreno Ocampo y por la misma Bensouda sobre los crímenes que se vinieron denunciando desde 2012 para acá, actitud que se resquebrajó debido al tamaño del escándalo mundial que generaron las atroces violaciones a los derechos humanos ejecutadas por el régimen de Nicolás Maduro que llegaron al clímax de sumar a seis países en una denuncia formal con base a un arduo trabajo de sustanciación de casos que fueron documentados por la OEA bajo la dirección de Almagro.

ENTRA EN ESCENA TAREK WILLIAM SAAB
Rota la muralla de la impunidad con el cambio de actitud de Fatou Bensouda casi al final de su período con la apertura de su examen preliminar, el gobierno de Maduro entró en pánico y apuró una política de ataque tanto mediático como procesal en su contra, y para ello acostumbrados a hacer lo que les viniera en gana en aquel escenario comisionaron a Tarek William Saab sin importarles su falta de cualidad. También en una misteriosa e inmotivada movida cambiaron a Haifa el Aissami por Gladys Gutiérrez.

LA RED DE ESPIONAJE
Tarek, con la asesoría de Baltasar Garzón y ya en función como defensor de Nicolás Maduro y su tren ejecutivo se peleó con Fatou Bensouda y desató una afiebraba actividad para sabotear la marcha del proceso preliminar. Por supuesto que en esa actividad éste cuenta con la red de funcionarios infiltrados en aquella Corte lo cual le es una herramienta formidable para su labor y la cual muy probablemente es la que le ha suministrado información del contenido del examen preliminar de Bensouda para poder presentar esa queja contenida en su demanda de control a sus actos preliminares.

MI APRECIACIÓN

Siempre he sido crítico de la actividad de la Corte Penal Internacional dada la trama de su formación que permitió ser copada por esa oscura alianza Kirchner-Chávez-Yahya Yameh resultando en un macro aparato burocrático con histórica ineficacia en administrar justicia. He estudiado a fondo todo cuanto le implica desde su creación hasta los actuales tiempos y en esa tarea, años atrás hasta me fui a una universidad en Washington, la American University, a cursar un Diplomado sobre la materia. He publicado innumerables artículos sobre ese tema. He escrito sobre la necesidad de que los latinoamericanos formemos un tribunal penal regional pero que funcione de acuerdo con nuestras realidades comunes. Sin embargo, por ahora es lo que hay, y últimamente estoy abrigando esperanzas con el nuevo fiscal, no solo por las informaciones positivas que sobre él se conocen, sino también por la desesperación que viene mostrando el régimen al respecto.

Una vez que el Dr. Khan consigne su informe final a la Sala y sobre el cual soy optimista esperando que solicite autorización para el proceso de investigación penal sobre los actos criminales que se imputen a Maduro y a su camarilla, y entonces toda la expectativa pasará a la Sala de Preliminares y sus tres jueces sobre quienes pudieran estar activos los tentáculos de la tiranía buscando penetrar en búsqueda de impunidad pues allí, en ese escenario será donde Maduro y su cadena de mando verdaderamente se lo estarán “jugando todo”.