Otra movida del castrismo para ganar tiempo
El régimen cubano busca ganar tiempo y sobrevivir, lo mismo encarcelando y matando que con una jugada pseudorreformista
LA HABANA, Cuba. — Aunque en el penúltimo mes del año hay fresco y comienzan a llegar los primeros frentes fríos de nuestro modesto invierno, parece que este noviembre va a ser caliente en Cuba. En ese sentido, el régimen no oculta su preocupación y temor por la Marcha Cívica por el Cambio convocada para el 15 de noviembre en varias ciudades del país por el teatrista Yunior García Aguilera y el Grupo Archipiélago.
La fecha de la marcha —que originalmente iba a ser el 20 de noviembre— tuvo que ser cambiada por sus organizadores porque el castrismo decidió sacar las armas a la calle e inventarse un Día Nacional de la Defensa.
La marcha fue declarada ilícita por las autoridades, por ser violatoria del artículo 45 de la Constitución y tener “propósitos desestabilizadores”. En la más alucinada paranoia, aseguran que es parte de una estrategia norteamericana para un cambio de régimen que busca provocar una intervención militar que derroque el socialismo y reimplante el capitalismo en Cuba.
Mientras en los medios oficialistas arrecia la campaña de difamaciones y amenazas contra Yunior García Aguilera y los integrantes de Archipiélago, se efectúan “actos de reafirmación revolucionaria” en los que derrochan odio e histeria.
Aún así, y pese a las amenazas que están recibiendo por parte de la Seguridad del Estado, García Aguilera y los miembros de Archipiélago aseguran que marcharán el día 15. Y con tanto descontento como hay y que no se aplaca con las promesas de Díaz-Canel y sus recorridos por los barrios marginales, probablemente serán miles los que se sumen a la marcha.
A juzgar por la actitud del régimen, todo parece indicar que el 15 de noviembre la represión será igual o peor que la de los días 11 y 12 de julio.
Desde ya se aprecia el despliegue policial en las calles. Y hay informes de que ya se aprestan las brigadas de respuesta rápida, y que han reclutado hasta a estudiantes de institutos preuniversitarios para, provistos de palos y cabillas, usarlos como tropa de choque contra los manifestantes.
Un escenario de violencia represiva es el más probable. Pero en las semanas que faltan pueden ocurrir muchas cosas. Algunos presienten que habrá jugadas raras por parte del régimen. Por ejemplo, puede ocurrir antes del 15N, dada la atmósfera alarmista que busca el régimen, una acción terrorista de falsa bandera que justificaría la imposición de un estado de excepción. Y tampoco se pueden descartar movidas en las altas esferas.
Al respecto, llama mucho la atención y se presta para todo tipo de especulaciones la reaparición del defenestrado Carlos Lage. En un video que comenzó a circular en redes sociales, Lage, de 70 años, quien fuera vicepresidente del Consejo de Estado desde 1993 y hasta su destitución en 2009, dejó clara su lealtad al afirmar que, “ante cualquier disyuntiva que se presente en el futuro, cualesquiera que hayan sido las causas, estaré del lado que beneficie a la revolución”. Pero se pronuncia por “cambios más profundos”.
Esta inusual resurrección de Carlos Lage, luego de doce años de tenerlo castigado trabajando como médico, da mucho que pensar. Si se tiene en cuenta que Lage fue el artífice de los cambios económicos efectuados a partir de la década de 1990 y que contribuyeron a paliar los efectos del llamado Periodo Especial, pudiera pensarse que pretenden rehabilitarlo y utilizarlo para recomponer la descalabrada economía cubana. O, al menos, para que cree en la población la ilusión de que se puede recomponer el tejido económico sin renunciar al socialismo.
Hay quienes, en vista del desastroso desempeño de Alejandro Gil Fernández, ya ven en Lage al próximo ministro de Economía. Otros lo ven sustituyendo al premier Manuel Marrero. Y no faltan quienes, yendo mucho más lejos, aseguran que reemplazará, tras un golpe palaciego orquestado por los generales de las FAR y el Politburó, al presidente y primer secretario del Partido Comunista Miguel Díaz-Canel.
Quienes así especulan, consideran que Lage sería más pragmático y, apartándose de la actual línea semiestalinista, implementaría reformas que le ganarían el favor de gran parte de la población y de la comunidad internacional.
Habrá que estar muy atentos a los acontecimientos de las próximas semanas. Cualquiera que sea la movida que haga, el régimen, que está en una situación desesperada, busca ganar tiempo y sobrevivir. Lo mismo encarcelando y matando que con una jugada pseudorreformista.
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