Vivió dos años en un baño, ahora no tiene inodoro ni cocina: el día a día de una anciana cubana
“Durante dos años estuve viviendo en un baño de un metro y medio de ancho por dos metros de largo, aunque donde estoy ahora es más o menos parecido”, lamenta Miriam Castanedo Morales.
LA HABANA, Cuba. – Con una pequeña frazada, Miriam Castanedo Morales recoge el agua que se acumula en el cuarto después de bañarse. La tira al suelo, la empapa y la exprime con fuerza en el cubo, el mismo que le sirve de inodoro.
Así son todos los días de su vida desde hace cuatro años, cuando fue ubicada por el Gobierno a un local sito en Figura 209, entre Monte y Tenerife, en Centro Habana. Ni en ese momento ni ahora el espacio donde reside acumula las condiciones mínimas condiciones para ser declarado habitable.
“Primero fui ubicada en el baño de lo que era [la Dirección Municipal de] Vivienda de Centro Habana. Después me trasladaron a aquí, a este local más amplio que no tiene baño ni cocina”.
“Verdaderamente aquí no hay condiciones para tener a nadie; esto es para vivir por poco tiempo y de forma transitoria, porque puedes contraer una enfermedad grave o morir bajo los escombros”, denuncia la anciana, que ha informado su situación “a todos los niveles gubernamentales”.
“He tramitado, canalizado, dialogado, desde la base con todas las entidades pertinentes hasta la provincia, pidiendo ayuda para que mi caso sea atendido y resuelto, pero nadie resuelve nada”.
“Me personé a ver el delegado de la comunidad, fui al Consejo de la Administración del Poder Popular de Centro Habana, a la Dirección Municipal de Vivienda; fui a la oficina de Atención a la Población de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al Consejo Provincial del Poder Popular, a la Fiscalía de Centro Habana, fui al Partido Provincial, y todo lo que vi en esos lugares fue indolencia y faltas de respeto con el pueblo; solo dicen mentiras y más mentiras”, lamenta.
“Estoy cansada, desesperada, porque no es fácil verme metida en este lugar donde no hay ningún tipo de higiene y estoy expuesta a contraer el dengue, el Zika o hasta el mismo COVID-19. No entiendo cómo es que pueden jugar así con la vida de los seres humanos”, expresó.
La entrevistada cuenta a CubaNet que luego de perder su casa debido a una estafa, tuvo que dormir durante años en la Terminal de Ómnibus Urbanos de Santiago de Las Vegas, en el municipio de Boyeros. Desde entonces comenzó su batalla.
“Estuve deambulando por toda la capital hasta que empecé a dormir en la terminal [del ómnibus] P12 en Santiago de Las Vegas. Iba todos los días a la [Dirección de] Vivienda de Centro Habana y después de muchos años, el 7 de junio de 2017, me ubicaron en un baño de la anterior sede de la Vivienda de ese municipio. Luego me trasladaron y así es como llegué a este local”, detalló la anciana.
“Durante dos años estuve viviendo en un baño de un metro y medio de ancho por dos metros de largo, aunque donde estoy ahora es más o menos parecido”, lamentó.
Asimismo, denuncia que el inmueble que habita actualmente tiene numerosos salideros de aguas albañales, las cuales se mezclan con el agua potable almacenada en la cisterna del local.
“Eso se ha planteado a nivel municipal; he escrito al Ministerio de Salud Pública y en ninguno de esos lugares me han dado respuesta. Por eso el pueblo salió a las calles el 11 de julio: a buscar la justicia social que no existe, y eso lo tienen que saber los gobernantes”, terminó la anciana.
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