El Staples Center de Los Ángeles, California (Estados Unidos) estaba a casa llena. De todas las rivalidades de la National Basketball Association (NBA), la de Los Ángeles Lakers y los Boston Celtics es una de las más antiguas y notables de la liga. Ante las cámaras de todo el país —y del mundo—, el pivote de los celtas, Enes Kanter, entró a la cancha con unas zapatillas personalizadas que buscaban transmitir un mensaje. En una, se veía una caricatura de Nicolás Maduro señalando amenazante junto a un militar con cabeza de cerdo. En el otro, una familia con gorra tricolor que camina bajo la cifra “+6M (millones) de migrantes”.

Más adelante, en redes sociales, Kanter  —quien agregó Freedom (libertad) a su apellido tras nacionalizarse estadounidense en noviembre de 2021— publicó un video con otro mensaje. Habló sobre el éxodo masivo producto de la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela. También del ecocidio en el Arco Minero del Orinoco y la represión del régimen de Maduro contra disidentes y presos políticos.

Además, expresó su apoyo al gobierno interino de Juan Guaidó. Todo esto como parte de la campaña Save Democracy Venezuela, un movimiento creado recientemente para concientizar sobre la situación del país en Estados Unidos. Así como exigir elecciones presidenciales justas y transparentes.

Detrás de los zapatos de Kanter está el pincel de un artista que vivió personalmente lo que expresa.  Hace cinco años el caricaturista Jorge Torrealba, conocido como “el Niño”, migró a Estados Unidos. En entrevista exclusiva para El Diario, consideró un orgullo haber podido enviar un mensaje al mundo con su arte, en un juego sintonizado por miles de personas, y que tuvo en primera fila a celebridades como Ben Affleck y Jennifer López.

 Trabajo rápido

Para la NBA
Foto: Cortesía

Torrealba posee ya 10 años de experiencia haciendo caricaturas, a pesar de haberse formado de manera autodidacta. En ese trayecto obtuvo en 2019 el reconocimiento de la Sociedad Internacional de Artistas Caricaturistas (ISCA, por sus siglas en inglés) como “la técnica más innovadora”, así como en 2017 el premio Legacy Through Art, del World Póker Tour Miami. Incluso ganó un premio Emmy regional, en su capítulo Suncoast, por el corto documental Hay que intentarlo, dirigido por las venezolanas Yulma García y Kristy Espinoza, y que trata sobre su historia de migración, con lo cual colaboró con el guión.

Señala que para la intervención de los zapatos fue contactado por los organizadores de Save Democracy Venezuela, quienes le propusieron la idea. “Obviamente yo dije que sí desde el primer momento, pues quería dar un mensaje de una u otra forma apoyando al país. Más si es de una forma que todas las personas iban a enterarse, porque es un jugador de la NBA en Los Ángeles”, comenta. De ese modo, primero creó el diseño digitalmente, y tras ser aprobado, recibió los tenis de Kanter para pintarlos. Recuerda que fue un proceso contrarreloj, debido a la proximidad del partido. En solo dos semanas desde la propuesta ya estaba viajando a California para entregárselos personalmente al jugador.

Kanter, oriundo de Turquía y férreo crítico del régimen de Recep Tayyip Erdogan, alterna su carrera profesional con el activismo por los derechos humanos. Es vocero de la organización Human Rights Foundation, así como también ha promovido campañas con el Congreso estadounidense en favor de la democracia y libertad de países con sus sistemas autoritarios.

«Es una persona con una calidez humana bastante significativa, que estaba bastante interesado en Venezuela y dijo que quería hacer más cosas. Los zapatos le encantaron, dijo que había hecho un excelente trabajo. De todos los que le han hecho ese es uno de los más llamativos, y así lo pude ver en el juego. Estaba pendiente de sus zapatos todo el tiempo”, rescata Torrealba.

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—¿Qué representó para usted la oportunidad de plasmar la migración venezolana en los zapatos de un jugador de la NBA?

—Como artista es algo que me llena de mucho orgullo, el saber que puedo usar mi arte para dar un mensaje. Obviamente alguno lo puede hacer desde su trinchera, pero nada como contar con esto que hará que muchas más personas puedan ver ese mensaje. No es lo mismo que yo lo haga en mis redes sociales donde no cuento con la cantidad de seguidores o el alcance que puede tener un jugador como Enes Kanter. Es una persona que no tiene nada que ver con nuestro país, pero que quiere ayudar, ser parte de esto y una voz cuando hay otras personas a las que no les interesa lo que está ocurriendo en Venezuela. Eso me conmovió mucho y quise ser parte de la campaña apenas me dijeron. 

—¿Cómo refleja dentro de su arte la situación de Venezuela?

—Ser caricaturista era uno de mis sueños, porque en Venezuela la única imagen que yo tenía de caricaturas eran las políticas que veía en el periódico. Entonces siempre tuve ese sueño, esas ganas de hacer eso, pero cuando fui creciendo y fui conociendo todo me di cuenta de que no estaba en un país con libertad de expresión para hacer este tipo de trabajos. Incluso los mejores caricaturistas de Venezuela han tenido que migrar porque es peligroso hacer esto.

Yo también tuve que irme y empecé a dibujar desde afuera, pero el tema es que estás en otro país, viviendo una nueva cultura, conociendo otras cosas. Entonces o estás en Venezuela, o estás haciendo lo que tengas que hacer de trabajo. Por ejemplo, con mi arte tengo que hacer cosas que no son de Venezuela, son algo más global. Pero siempre que pueda decir algo, porque necesito decirlo, lo voy a expresar con mi arte y va a ser en una caricatura», completa.

—¿Planea seguir colaborando para la campaña de Save Democracy Venezuela?

—Todo lo que sea para aportar algo en Venezuela y para dar un mensaje positivo, además de expresar lo que está pasando en mi país yo lo voy a hacer. Siempre lo he hecho, así poco a poco en mi Instagram con los modestos seguidores que tengo, pero siempre abocado a esta lucha, que creo es la lucha de todos los venezolanos.  

Sueño americano

Foto: Cortesía

Torrealba comenzó haciendo retratos caricaturizados en las calles de Punto Fijo, Falcón, cuando en 2016 tomó la decisión de migrar. Ese año la crisis económica y social de Venezuela intensificó la escasez de medicinas, alimentos y demás productos básicos. La falta de servicios de primera necesidad fue el detonante del éxodo masivo de venezolanos que perdura hasta la actualidad. Llegó a la ciudad de Miami, Florida, donde vivió durante cuatro años. Hace nueve meses se mudó a Nueva York, donde actualmente lleva sus nuevos proyectos artísticos.

Pero para llegar allí tuvo que atravesar un largo trecho. Cuenta que recién llegado a Miami trabajó en las calles, haciendo caricaturas a los transeúntes. “Hacía dibujos en los restaurantes por propinas o lo que me dieran, y así poco a poco fui conociendo más gente”, relata. Tras hacerse conocido en la zona, comenzó a ganar comisiones haciendo retratos por encargo, o contratado para eventos.

El artista reconoce que su proceso fue menos traumático que el de miles de venezolanos que huyen a pie hacia destinos como Colombia, Perú o Chile. Muchos enfrentando todos los obstáculos y peligros del camino. Ahora ve impresionado la presencia de venezolanos entre las caravanas de centroamericanos que cruzan el río Bravo en su intento por entrar a Estados Unidos. Por eso al pintar los zapatos de Kanter, sintió su propia historia reflejada en la de los caminantes.

Personalmente soy uno de los afectados por todo esto, como más de 6 millones de venezolanos que tuvimos que dejar el país. Además de la separación familiar, que creo es una de las cosas más adversas. Yo también he tenido que vivir lejos de mi familia, y al hacer estos zapatos lo sentí muy personal, pues sabía que muchas personas se iban a identificar con eso”, destaca.

Voz de la razón

Torrealba junto a su obra «La odisea del migrante». Foto: Cortesía

La campaña Save Democracy Venezuela fue pensada para calar en la sociedad estadounidense, de allí que sus videos y mensajes estén principalmente en inglés. Cuando asiste a las convenciones internacionales de caricaturistas, Torrealba afirma que muchas veces las personas con las que habla desconocen por completo la magnitud de lo que ocurre en Venezuela. En otros casos, incluso caen en las campañas de propaganda que el régimen de Maduro dedica para limpiar su imagen en el exterior.

El caricaturista rescata una anécdota que le ocurrió en Los Ángeles, precisamente yendo al aeropuerto de regreso a casa tras el juego de la NBA. Tomó un uber (un tipo de taxi) conducido por un hombre de nacionalidad haitiana, quien al enterarse que era venezolano, exclamó “I love Maduro (yo amo a Maduro)”. “Haití fue un país al que el gobierno de Venezuela ayudó mucho y ellos sienten que le deben algo. Tuvimos una conversación bastante larga hasta que le hice entender que uno no puede idolatrar a una persona solo porque te ayudó, sabiendo todo el mal que le está haciendo a Venezuela y a más de 6 millones de personas que están escapando de ahí”, completa.

Dentro de esa misma línea, gran parte de su arte también ha estado dedicado a temas sociales, en narrar su origen y cultura a través de sus caricaturas. En agosto de 2021 “el Niño” inauguró su primera exposición en solitario en la galería Art One Space de Nueva York. Se llamó  Discount for ugly people (Descuento para gente fea), en alusión a un chiste que se volvió su marca en sus tiempos de hacer retratos callejeros. 

Allí exhibió varias obras referentes a la Gran Manzana, icónos de la ciudad que captaron su atención al mudarse, pero también dejó una obra que le recordaba cómo fue que llegó allí: se titula La odisea del migrante, y representa un ave volando hacia la Estatua de la Libertad. “No estaba centrado nada más en Venezuela sino en toda Latinoamérica que migra hacia Estados Unidos a través de la frontera”, agrega.

En la gran ciudad

Foto: Cortesía

“Cuando me vine a Nueva York fue como que todo comenzó a fluir. Me fue demasiado bien y tener la oportunidad de que recién llegando te dieran para hacer una exhibición, que eso no le pasa a muchos artistas, para mí fue una bendición”, relata el artista de 31 años de edad.

Destaca que Descuento para gente fea estaba planeada para durar solo siete días, pero que debido a su éxito, la galería decidió extenderla por tres semanas. Al terminar, le dieron vía libre para organizar una nueva exposición, de temática libre, para el año 2022. “Es un logro emocionante. La verdad fue una de las mejores cosas que me pasó este año”, recalca.

Actualmente Torrealba sigue metido de lleno en el mundo de las caricaturas. Continúa haciendo comisiones y pronto abrirá una tienda de ropa en línea, a la vez que prepara las obras para su próxima exhibición. Aspira seguir trabajando para ser como Pedro León Zapata, Rayma Suprani, Roberto Weil y Eduardo “EDO” Sanabria, a quienes llama “los Cuatro Fantásticos” y fueron su inspiración para dibujar.

—¿Qué mensaje le das a los artistas en Venezuela que sienten que por la situación del país no pueden vivir del arte?

—Para todos los artistas vivir del arte es muy difícil, más cuando estás en un país como Venezuela, como lo estuve yo en Punto Fijo hace más de seis años.  Yo pensaba que las cosas que hoy estoy logrando nunca las iba a poder hacer, o visitar los lugares a los que he ido. Los veía como un sueño tan lejano. Pero yo seguía creyendo en mí, en mi talento, siendo constante con lo que hacía,  y teniendo fe de que la gente iba a conocer mi trabajo. Entonces yo creo que lo más importante es ser constante en lo que te apasiona y eso te va a llevar a lograr cosas que tú creas que son imposibles.