Luis Bravo: El lamentable estado de la Educación venezolana
El estudio realizado por el Movimiento Simón Rodríguez que se expone en este Nº 876 retrata las drásticas limitaciones de la apertura del año escolar en tiempos de Covid-19, señales de una clara agresión a los derechos humanos constitucionalmente establecidos. Algo parecido reporta Tal Cual con datos de UNICEF respecto a la baja en la escolaridad que en la niñez emigrante en América Latina. De igual modo clama al cielo Caritas por los resultados de un estudio sobre la alimentación del pueblo en Monagas donde campea impunemente el hambre con todas sus letras.
Informan esas evaluaciones, de forma clara y sustentada, las raíces del lamentable estado de la Educación de los venezolanos dentro y fuera del país. También insulta la conciencia colectiva que en América latina más de cuatro millones de venezolanos padezcan del sectarismo pedagógico de sociedades con baja capacidad de escolarización masiva. Dentro del país todo señala la ausencia real de previsiones contra la plaga del COVIT-19, azote del derecho humano a la Educación, sobre todo para quienes son mayoría y no están incluidos en el circuito privilegiado de la escolaridad.
Esperemos que el oficialismo no reaccione en Educación como lo hizo en la derrota en las regionales, cuando el voto popular le fue adverso para responder con un nuevo golpe judicial contra el CNE y el pueblo de Barinas. Esperemos que no judicialicen a los autores y difusores de los estudios que demuestran el colapso de la Educación y su entorno. Que se ocupen de los grandes problemas de país que configuran el colapso general de las funciones socio-económicas del Estado a que obliga la Constitución de 1999.
El Ventajismo, la abstención, el golpe judicial y la dispersión de la alternativa democrática, es parte de la tragedia nacional que se expresa en la imposición de una minoría oficial bien equipada políticamente para quedarse en el poder, pero rotundamente incapaz de gestionar las inmensas necesidades de país. Tamaña contradicción que habrá de entenderse y gestionarse si se quiere realmente cambiar el estado de cosas que tienen a nuestra sociedad en el extremo más pobre de la cola de la civilización planetaria.
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