UN MAYOR
DEL EJÉRCITO QUE SE LUCRÓ COMO PROVEEDOR DEL IVSS
El
viernes 3 de diciembre de 2021 el periodista Roberto Deniz, del portal armando.info, reseñó la historia de
William Hernández Cova, un mayor del ejército que por obra y gracia de la
corrupción se convirtió en uno de los
más grandes contratistas del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
-Una
red de empresas propias y de familiares convirtió al Mayor del Ejército William
Hernández Cova en uno de los principales contratistas del Instituto Venezolano
de los Seguros Sociales (IVSS). Más de 250 contratos cayeron de su lado durante
la década en que esa institución estuvo dirigida por otro colega militar, el
General Carlos Rotondaro Cova. Aquello fue el inicio de una expansión que no
cesa, a contravía del desplome económico del país, y que ha colocado al grupo
empresarial a la cabeza de una compañía petrolera en Colombia, de una clínica
privada y hasta de bodegones en el este de Caracas, entre otros negocios.
Y
agregó:
-Parece
una ironía, pero un Mayor del Ejército destaca entre los mayores contratistas
del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). Se llama William José
Hernández Cova, egresado de la Academia Militar en 1985. A diferencia de
algunos compañeros de promoción que saltaron a la administración pública con la
autodenominada Revolución Bolivariana, como el cuestionado Carlos Osorio
Zambrano, dos veces ministro de Alimentación y ahora a la cabeza de la
Corporación Venezolana de Minería, o el exministro de Interior y Justicia y
actual constituyente, Pedro Carreño, el camino de Hernández Cova fue temprano
el de los negocios.
Lo
que comenzó con las contrataciones públicas mediante empresas propias y de
familiares cercanos, ahora es toda una red de compañías igualmente emparentadas
que incluyen una clínica y bodegones en el este de Caracas, sociedades en
Panamá, Estados Unidos y Reino Unido y hasta una firma colombiana en el
competido sector petrolero: Atina Energy Services.
Señaló
asimismo que la oficina principal de la referida empresa y se desprende de Atina Energy Services Corp, registrada en Panamá.
Aunque creadas en 2009 por una familia ítalo venezolana, pasaron a formar parte
del extenso grupo empresarial de William Hernández Cova en 2014. Como en casi
todas sus compañías, allí comparte directorio con su esposa, Rosmilar Ceballo
Montilla, y su cuñado, Antonio Parada Montilla.
(No está de más
señalar que el teniente coronel ® Hugo Chávez, cual Mao Zedong criollo,
corrompió a la oficialidad castrense para colocarla al servicio del siniestro
socialismo del siglo XXI que destruyó las riquezas y las bases institucionales
de la República convirtiendo a Venezuela de un país próspero en 1999 en el
segundo más pobre de América Latina, con sueldos y salarios de hambre)
También apuntó:
-Precisamente,
ellos tres alternan sociedad y puestos directivos en un pool de empresas que
durante años acumularon centenares de contratos con distintos organismos
públicos en Venezuela, pero especialmente con el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales (IVSS), durante los diez años que estuvo presidido por otro
militar: el General de División Carlos Rotondaro Cova. Entre 2007 y 2017 siete
compañías del grupo se repartieron 271 contratos con la institución sobre la
que descansa buena parte de la cobertura y asistencia sanitaria de la población
venezolana, de acuerdo con el Registro Nacional de Contratistas (RNC).
Rotondaro Cova abandonó las filas del
chavismo en 2017 y dos años después salió al exilio; el país también viró de la
bonanza petrolera al colapso económico; pero en ese mismo lapso, los negocios
del Mayor William Hernández Cova no dejaron de crecer y diversificarse. A
finales de octubre de 2019, por ejemplo, inyectó 2,38 millones de dólares a
Atina Energy Services, la sucursal colombiana de la compañía petrolera, con lo
que el capital total se elevó a casi 14 millones de dólares, según se comprueba
en los documentos de registro. Con ello, entre otras iniciativas gerenciales,
busca reflotar una empresa que está en “reorganización” en el marco de la Ley
1116, que en Colombia regula la protección a compañías en estado de
insolvencia.
En otra parte del reportaje se lee:
-William
Hernández Cova fue comandante de un pelotón de paracaidistas entre 1991 y 1992,
pero su verdadero salto llegó al reemplazar el uniforme verde oliva por el
traje de empresario, después de un breve paso como jefe de compras de la Contraloría General de
las Fuerzas Armadas, en 1998, y director de finanzas de la Compañía Anónima
Venezolana de Industrias Militares (Cavim) entre 1999 y 2000.
Con la
compañía MPD Máster, Proyectos y Desarrollos, creada en Caracas en 2004, logró
85 contratos con entes estatales en trece años de operaciones, que van de 2005
a 2018. De ese total, 70 fueron con el IVSS y coinciden en fecha con el inicio
de la presidencia de Carlos Rotondaro Cova, según consta en el Servicio
Nacional de Contrataciones y su RNC.
Una
suerte similar tuvo la compañía Atina Ingeniería, Procura y Construcción,
perteneciente a Rosmilar Ceballo Montilla, ingeniero civil y esposa de William
Hernández Cova. Consiguió un total de 70 adjudicaciones con organismos
públicos, de las cuales 45 fueron con el IVSS, casi todos a partir de 2007.
Sin
embargo, el número de contrataciones de esta compañía con el IVSS pudo ser
mayor a lo que refleja la data del RNC. Un catálogo de Atina muestra que en
2009 estuvo a cargo de la “sala de conferencias de la presidencia” del IVSS y
un año después, en 2010, del “comedor de la presidencia” del organismo en
Caracas, dos proyectos que no están en el listado general del registro de
contrataciones.
Estas
dos empresas -MPD y Atina- tienen también en su haber obras de envergadura como
el “nuevo hospital de Trujillo” y el Complejo Hemato-Oncológico y de
Radiocirugía del IVSS, ubicado detrás del Hospital Domingo Luciani, en Caracas.
Después,
tras referir que desde 2015 hay una filial de Atina
Ingeniería, Procura y Construcción en Bogotá, el autor del reportaje precisó:
-Pero su rastro en el sistema de
contrataciones venezolano arroja otros datos interesantes. Antes de su vínculo
con el IVSS, la empresa ejecutó trabajos en el Regimiento de la Guardia de
Honor Presidencial y Cavim, entidades por donde pasó William Hernández Cova
cuando todavía era militar. Además, acordó obras con el Instituto de
Infraestructura del estado Mérida para la construcción del estadio de fútbol
Metropolitano de esa ciudad para la Copa América de 2007, cuando Florencio
Porras era gobernador de la entidad. Precisamente, Porras fue otro compañero de
la promoción de 1985 de William Hernández Cova.
De igual modo, “Otras cinco empresas
del grupo familiar, con objetivos sociales disímiles, fueron usadas para
obtener contratos con el Seguro Social”, las cuales “son: Build Master, Acierto
Tecnológico, Victus de Venezuela, Constructora Ribelpa y Grupo Raycall”. De tal
manera que “Entre todas suman 156 contratos más que también coincidieron con el
período de Carlos Rotondaro en la presidencia del instituto”.
Sobre el citado reportaje William
Hernández Cova envió a Armando.Info,
una comunicación en la que aseguró que en esa “relación comercial por más de 10
años”, con esa larga lista de adjudicaciones, cumplió la “ley que rige la
materia”. Igualmente fue enfático, además, a la hora de negar cualquier
nexo familiar con el expresidente del Seguro Social, como han sugerido algunas
versiones de prensa. “A pesar de que ambos tenemos el apellido Cova, no poseemos
ningún vínculo familiar”, afirmó
También
rechazó las acusaciones que en 2018 realizó en su contra Winston Flores,
diputado opositor a la Asamblea Nacional, donde afirmó que
“Rotondaro
y otros funcionarios de haber “desfalcado” a la institución por una suma de 100
millones de dólares en complicidad con empresarios como William Hernández Cova”.
Al respecto, el periodista señaló:
-En
cualquier caso, queda claro que el grupo empresarial del Mayor Hernández Cova
durante años estuvo entre las principales contratistas del sistema público de
salud, junto a otros grupos como el favorecido
por ex ministro de Salud Luis López,
la cuestionada familia
zuliana Rangel Barón, o el caso del
militar Vicari Méndez.
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