Agricultores devastados por las altas temperaturas de Cachemira
Srinagar, India – El aumento de las temperaturas este año en el norteño estado indio de Cachemira es una calamidad para los agricultores de la región. La zona, conocida por sus arroyos esmeralda, sus exuberantes colinas verdes y sus capas de hielo, sucumbe bajo el excesivo calor, atribuido al cambio climático.
La intensidad de la ola de calor dejó la mayor parte de los canales de agua secos y sin vida, instalando en esta conflictiva región una aterradora crisis agraria.
Perturbado, Ghulam Mohammad Mir intenta sembrar arroz en su parcela de dos acres (unos 0,81 hectáreas) en la zona de Ganderbal, en el centro de Cachemira. Mir expresa consternado que los meses de duro trabajo probablemente se desperdicien, ya que la tierra se ha vuelto casi estéril por el calor abrasador y la escasez de agua.
«Tenemos temperaturas de 37 grados centígrados. Una ola de calor como esta no es común en Cachemira. La tierra se ve estéril, y si sembramos algo aquí, tememos que se convierta en ramas secas y muertas en los próximos días. Las escenas son aterradoras de imaginar. Queda poca agua acumulada por la lluvia en los campos», precisó Mir en diálogo con IPS.
El agricultor, de unos 50 años, relató que se dedica al cultivo de arroz desde la infancia, pero que nunca había visto una sequía con la intensidad actual. Mir recordó que los canales de agua nunca estuvieron tan secos como ahora, y que en los tres primeros meses después de la primavera boreal -de marzo a junio- no llovió, y que luego llovió intensamente durante cuatro días, con descenso repentino de las temperaturas a apenas 15 grados centígrados.
«Y entonces, el mercurio volvió a subir, y en apenas una semana, las temperaturas se elevaron a casi 37 grados. ¿De dónde vamos a sacar agua para regar nuestros campos? Los arrozales se quemarán con este calor abrasador. Es un desastre total», se lamentó.
Según la investigación «Proyección del cambio climático en el valle de Cachemira», realizada por la Universidad de Agricultura de la región, los estados de Jammu y Cachemira sufren el impacto del cambio climático. El estudio prevé que en esta área se registre un aumento en el número de días de lluvia para 2030.
«Asimismo, es probable que la temperatura promedio anual aumente en el próximo siglo, con respecto a 1970. También se prevé una tendencia al aumento de las temperaturas máxima y mínima anual, así como de las precipitaciones en esta región según el Informe Especial sobre Escenarios de Emisiones (IE-EE).»
En los últimos años, el valle de Cachemira registró precipitaciones irregulares. En los primeros cinco meses de este 2022, hubo una disminución de 38% de las lluvias, según el Departamento de Meteorología (MeT) de Srinagar, capital de este estado.
Además, esos datos revelan que el valle de Cachemira también experimentó una importante falta de precipitaciones premonzónicas en los últimos años. Entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de este año, la región recibió 99,5 mm de lluvia, 70% menos que el promedio. Comparativamente, entre marzo y mayo de cada uno de los años anteriores -2017, 2018, 2019, 2020 y 2021- se registró un déficit hídrico de 16, 28, 35 y 26%, respectivamente.
Mohammad Iqbal Choudhary, director del Departamento de Agricultura y Bienestar de los Agricultores de Cachemira, dijo a IPS que la mayoría de los canales de riego se secaron en esta región, lo que hizo que la mayoría de los arrozales no se hayan cultivado.
Por su parte, Arshid Jahangir, profesor de Estudios Ambientales en la Universidad de Cachemira, explicó que los modelos climáticos muestran un panorama bastante sombrío para la región.
Se prevé que en el futuro los fenómenos extremos serán más frecuentes en el Himalaya, que incluye a Cachemira, añadió Jahangir.
«La región de Cachemira sufrió numerosos fenómenos meteorológicos extremos en los últimos 10 años, como inundaciones, frecuentes chaparrones, olas de calor, sequías, corrimientos de tierra y nevadas tempranas. En la historia climática de la región, estos sucesos nunca fueron típicos. Estos eventos extremos no sólo seguirán ocurriendo, sino que su frecuencia aumentará. Además de las pérdidas económicas, las vidas de todos corren peligro», advirtió.
Si la situación no mejora, agricultores como Mir, no tendrán más remedio que abandonar el campo para siempre.
«Nuestros hijos no quieren hacer este trabajo. Se preguntan: ¿qué gracia tiene trabajar tan duro sólo para tener pérdidas al final? Podríamos vender esta tierra y dedicarnos a otro negocio», dice Mir.
La mayoría de los cachemires son agricultores y utilizan diversas técnicas adaptadas al entorno de la región. El arroz se planta en mayo y se cosecha en septiembre. Los principales cultivos de verano son el maíz, el sorgo, el mijo, las legumbres, el tabaco y el algodón, y el principal cultivo de primavera es la cebada.
En la zona de Pulwama, al sur de Cachemira, Mumtaza Bano estaba ocupada arando su tierra de dos acres (alrededor de 0,8 hectáreas) con su marido. Sin embargo, Bano se muestra pesimista respecto a la posibilidad de obtener un rendimiento rentable este año.
«El suelo está duro y es difícil de arar. Estamos en julio y no tenemos ninguna instalación de riego. Los canales se están secando, al igual que nuestras esperanzas de obtener una buena cosecha. Todo el pueblo está pensando en abandonar la agricultura y dedicarse a otros trabajos. Es una pérdida de tiempo», se lamentó.
El renombrado científico especializado en ciencias de la tierra de Cachemira, el profesor Shakil Ahmad Ramsoo, dijo a IPS que es necesario actuar a nivel mundial para resolver la crisis que afecta a la región del Himalaya.
«El cambio climático global es una realidad. Habrá periodos de sequía prolongados intercalados con prolongados aguaceros de alta intensidad. En los últimos 30 o 50 años, se registra una tendencia: las nevadas en invierno están actualmente por debajo de la media; el otoño es cada vez más seco; la primavera lluviosa está cada vez más seca. Por ello, la crisis requiere una atención global para poder mitigarla», explicó Ramsoo.
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