Pío Tamayo, un disidente gomecista que encontró la muerte en la cárcel, por Oscar Castro Leal
José Pío Tamayo es uno de esos larenses que universalizaron su pensamiento. Nació el poeta en la población de El Tocuyo el 4 de marzo de 1898. Ávido lector desde muy joven, a los 11 años ya era asiduo visitante de la biblioteca de su ciudad natal.
En 1912 su padre se muda a Barquisimeto y lo inscribe en el Colegio La Salle, pero luego, tras la muerte de su progenitor, Pío Tamayo regresa a El Tocuyo. Se hace cargo de la hacienda familiar y abre una sala de cine y una línea de taxis. Luego hace un intento por fundar un central azucarero sin buenos resultados.
Pero ya desde esos días, el joven Tamayo manifestaba su aversión al régimen de Juan Vicente Gómez. Escribe una novela cuyo contenido no gusta a la dictadura gomecista y es exiliado. El 11 de julio de 1922 sale de Venezuela por vía marítima.
En 1923 llega a New York y allí conoce grupos opuestos al régimen venezolano. Ese mismo año viaja a Cuba e inicia un periplo por las Antillas. En 1927 regresa a Venezuela aprovechando una amnistía concedida por la dictadura de Gómez.
Trabaja en la revista Élite y como colaborador en el diario Mundial, pero Pío Tamayo no deja sus actividades subversivas, acción que lo llevará a la cárcel y en 1928 se involucra en las revueltas estudiantiles de Caracas.
Es detenido con los integrantes de lo que se conocerán como la famosa «Generación del 28«. José Pío Tamayo es enviado al Castillo de Puerto Cabello a pagar condena y allí sucumbe ante una enfermedad pulmonar que diezmó por completo su salud.
En 1934 es entregado a sus familiares en Barquisimeto en estado terminal y fallece el 5 de octubre de 1935, noticia que fue publicada por El Impulso. José Pío Tamayo fue una de las últimas víctimas de la dictadura gomecista. Dos meses después de su fallecimiento, el 17 de diciembre moría en Caracas el dictador Juan Vicente Gómez.
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El Impulso
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