Nuevas turbinas eólicas: energía renovable y… ¿comestible?
Hasta ahora la energía eólica, que ha sido publicitada como limpia (al no ser tan contaminante como la fósil), no ha demostrado ser ecológica por los desechos que genera. Cada torre utiliza enormes palas de turbina que deben ser reemplazadas sistemáticamente. Esto implica desechar una gran cantidad de equipo antiguo.
El impacto ambiental del combustible fósil, los hidrocarburos, está en la agenda internacional. Como respuesta, ha surgido una energía no solo renovable y limpia sino que incluso podría ayudar a combatir el hambre. Científicos de la Universidad de Michigan presentaron una alternativa de energía eólica renovable y comestible. Por medio de una resina reutilizable pueden crear las aspas usadas en la energía eólica.
«La belleza de nuestro sistema de resina es que al final de su ciclo de uso, podemos disolverlo. Eso lo libera de cualquier matriz en la que se encuentre para que pueda usarse una y otra vez en un ciclo infinito», dijo el químico profesor de ingeniería John Dorgan (de la Universidad Estatal de Michigan). “Ese es el objetivo de la economía circular”, agregó el martes 23 de agosto en un comunicado a la American Chemical Society.
Es decir, a su vez pretende ayudar en el plano económico en cuanto a la cultura del consumo. La «economía circular» tiene como fin, como su nombre lo indica, reutilizar y reciclar.
Durante la etapa final de descomposición, la resina desarrollada por los investigadores puede ser usada para elaborar incluso dulces y bebidas deportivas. Estas últimas tienen una carga alta de minerales para compensar lo que se pierde al ejercitar. De manera que pueden ser nutritivas. En el caso de los dulces a menudo es lo opuesto, no tienen mayor aporte alimenticio.
Para lograr este grado de reutilización, la resina se descompone por digestión. Usando químicos básicos, como una solución alcalina de bicarbonato de sodio y agua, dijo Dorgan en la presentación. Cuando se digiere, la reacción química produce un químico llamado poli(metacrilato de metilo), también conocido como plexiglás. Se usa en ventanas, luces de vehículos, barreras transparentes y otros productos. El producto químico también se puede convertir en poli(ácido metacrílico). Es un polímero superabsorbente utilizado en la fabricación de pañales.
La digestión alcalina también produjo ácido láctico, que los investigadores destilaron en lactato de potasio de calidad alimentaria, un ingrediente que se encuentra comúnmente en bebidas deportivas y dulces. “Recuperamos lactato de potasio de calidad alimentaria y lo usamos para hacer dulces de ositos de goma, que comí”, dijo Dorgan en el comunicado de prensa. También dijo que no hay diferencia entre los productos químicos de la reacción y los mismos productos químicos producidos de otras maneras. “Un átomo de carbono derivado de una planta, como el maíz o la hierba, no es diferente de un átomo de carbono procedente de un combustible fósil”, dijo. “Todo es parte del ciclo global del carbono, y hemos demostrado que podemos pasar de la biomasa en el campo a materiales plásticos duraderos e incluso volverlos comestibles”.
¿Cómo funciona?
Dorgan y su equipo de investigación usaron los componentes para crear paneles termoplásticos que sirven para turbinas eólicas y automóviles. El plástico podría disolverse en otros químicos llamados monómeros. Una vez removida la fibra de vidrio, la resina se puede refundir en nuevos paneles.
Cuando la resina reciclada se mezcla con otros materiales, se puede crear piedra sintética que se usa para hacer encimeras de cocina o lavabos de baño; también se puede triturar y mezclar con otros materiales como cubiertas de plástico para productos electrónicos o electrodomésticos, agregó Dorgan en una presentación ante la American Chemical Society.
La energía eólica no era tan «limpia», hasta ahora
Hasta ahora la energía eólica, que ha sido publicitada como limpia (al no ser tan contaminante como la fósil), no ha demostrado ser ecológica por los desechos que genera. Cada torre utiliza enormes palas de turbina que deben ser reemplazadas sistemáticamente. Esto implica desechar una gran cantidad de equipo antiguo.
Dado que a menudo la eliminación de los mismos no cumple con criterios ecológicos, la energía eólica ha sido cuestionada como «energía limpia». Las aspas o cuchillas suelen estar hechas de fibra de vidrio, un material difícil de cortar, transportar y reutilizar. Entonces comúnmente terminan en los vertederos.
Una vez ahí, colaboran a la producción de los gases nocivos que se emanan a la atmósfera e invaden los hábitats naturales de la vida silvestre.
Según un informe de NPR (radio estatal de EE.UU.) de 2021, las aspas de los molinos de viento, que están hechas de fibra de vidrio, son casi imposibles de reciclar y costosas de desechar, por lo que terminan ocupando una gran cantidad de espacio en los vertederos cuando es necesario desecharlas.
“[N]o hay suficiente bioplástico para satisfacer este mercado, por lo que debe haber un volumen de producción considerable en línea si realmente vamos a comenzar a fabricar turbinas eólicas con estos materiales”, dijo Dorgan.
Esto recién es el principio de lo que podría ser una energía eólica renovable y comestible.
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