¿Vuelve el Foro de Sao Paulo o hay una nueva izquierda regional?
¿Se reincide en el modelo autoritario o hay algunas izquierdas más democráticas? ¿Los matices son diferencias de fondo o apenas cosméticas?
Con algunas excepciones, en la mayoría de los países de la región el péndulo parece inclinarse otra vez hacia la izquierda. En Chile acaba de asumir la presidencia Gabriel Boric, en Brasil Lula tiene una intención de voto de 42 %, en Colombia encabeza las preferencias Gustavo Petro, el MAS volvió al poder en Bolivia hace poco más de un año, Pedro Castillo (des)gobierna en Perú y Xiomara Castro ganó los comicios de Honduras.
Las excepciones son Uruguay y Ecuador, y el reciente resultado de las elecciones intermedias en Argentina parece sugerir una salida hacia la centroderecha para 2023.
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En este marco, ¿simplemente se repite el ciclo del Foro de Sao Paulo o hay una nueva izquierda? ¿Se reincide en el modelo autoritario o hay algunas izquierdas más democráticas? ¿Los matices son diferencias de fondo o apenas cosméticas?
Veamos cada caso: hasta el momento, Boric ha hecho esfuerzos para distanciarse de Venezuela primero, y de Rusia recientemente. Ha designado un gabinete mixto, entre técnicos moderados como el ministro de Hacienda y figuras del Partido Comunista. Se presume que está desarrollando una estrategia en dos tiempos, de autocontención mientras se aprueba la nueva Carta Magna y esperando pisar el acelerador radical después.
El proyecto constitucional, aún sin terminar, incluye disparates como la eliminación de las indemnizaciones por expropiaciones, punto que llevaría a Chile al estatismo salvaje. También se plantean cuotas indígenas en un Congreso unicameral, algo que podría asegurarle a la izquierda mayorías artificiales por largo tiempo.
La esperanza es que la opción del rechazo al proyecto está creciendo para el referéndum de salida a realizarse en septiembre, incluso en la centroizquierda, entre los exsenadores socialistas.
En Brasil, Lula da Silva alista una jugada maestra, llevando a Geraldo Alckmin como candidato a vicepresidente. El fichaje del ex PSDB le ayudará a tender un poderoso puente hacia el centro, que hasta podría valerle una victoria en primera vuelta. Debe recordarse, sin embargo, la frase dicha por Lula a Hugo Chávez: “vamos en velocidades diferentes, pero vamos hacia el mismo lugar”.
En Colombia, Petro amagó a una maniobra similar a la de Lula, buscando apoyos en el Partido Liberal y reuniéndose con el expresidente César Gaviria, con quien hablaron de “capitalismo productivo”. Pero finalmente se inclinó por Francia Márquez, ambientalista radical que lo inclinaría aún más a la izquierda.
En Honduras se estaría aplicando el modelo del Foro “puro y duro”, imitando la vendetta boliviana, en ese caso contra los titulares de los poderes del Estado (Legislativo y Judicial) que hace 13 años separaron del gobierno a Manuel Zelaya, cuando éste intentó llevar adelante una Asamblea Constituyente ilegal.
En Bolivia y Argentina, está pasando factura el dualismo o bicefalía entre los “presidentes encargados” y los “líderes históricos”, lo que diferencia a los actuales gobiernos del anterior ciclo forista, siendo además populismos de vacas flacas, algo que tal vez ni el contexto bélico pueda cambiar.
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