Raúl Ochoa Cuenca: Petro, Colombia y la cocaína
El presidente Petro vía redes sociales, le ha recordado a Maduro y socios que la República de Colombia es tierra de asilo y refugio para las personas víctimas de la intolerancia de aquellos gobiernos donde dominan el autoritarismo y el no respeto de los derechos humanos. Buena noticia.
Para algunos observadores de la política colombiana, el aparente, sólo aparente e insisto en esto, alejamiento de Petro de la dictadura de Maduro sería un elemento que le podría beneficiar en el juego de la geopolítica regional y probablemente mundial al ser Maduro y socios sospechosos de pertenecer a las organizaciones que administran esa gran empresa transnacional gansteril como lo es el tráfico mundial de las drogas, siendo Colombia según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en su informe de cierre del año 2020 como el primer productor de cocaína en el mundo.
El documento refiere que en las zonas fronterizas de Colombia con Venezuela se concentra el mayor volumen de narcocultivos, siendo el Norte de Santander (noreste) el departamento de mayor área sembrada con 40.084 hectáreas. Dicha región superó por primera ocasión a la de Nariño, limítrofe con Ecuador, como el departamento con mayor área cultivada de hoja de coca en el país, tras registrar 30.751 hectáreas sembradas, datos estadísticos que confirman de ser y de lejos, el primer productor mundial de ese alcaloide.
No deja de ser parte de este breve y limitado análisis de la situación de la producción y mercado de drogas y siendo Colombia el mayor productor de cocaína en el mundo, el hecho de estar dirigida por un presidente sostenido política y financieramente por grupos de interacción latinoamericanos, de los cuales forman parte muy activa gobiernos acusados de ser parte activa de ese multimillonario negocio. Evidentemente me refiero a los gobiernos de Venezuela y de Cuba. (No hay hoja que vuele en Venezuela sin ser autorizado por las estructuras de inteligencia cubana presentes a lo largo y ancho del país).
Aquí debo referirme al discurso pronunciado por el presidente Gustavo Petro el 27 de agosto, 18 días después de asumir la presidencia. El presidente Petro con su discurso, despenaliza el cultivo de la materia prima de este alcaloide. Es de hacer notar que desde el año 2017 el cultivo de la hoja de coca en Colombia se ha incrementado entre un 17% y un 22% interanual, no obstante que este cultivo era perseguido por la ley. Pues ahora con esta decisión, el cultivo seguramente se incrementará a niveles no imaginados.
Temo que esta decisión del presidente Petro pudiera convertirse en un boomerang. Cito una información del diario El Tiempo de Bogotá en su sección Economía y Negocios en su edición del 2 de diciembre de 2019: “Las preocupaciones que hay en el país por el incremento de los cultivos ilícitos no son para menos. La economía de la cocaína, que es solo uno de los componentes de todo el universo de la ilegalidad en la que se mueve dinero en efectivo y se ‘limpia’ después con inversiones en actividades legales o financiando el terrorismo, tuvo un valor de 18,3 billones de pesos en 2018, es decir, más del doble de lo que produjo el café en ese mismo año: 7 billones”. Así podemos ver que esta ilícita actividad contribuye según el Banco de la República de Colombia con el 3.88 % del PIB, mientras que con el café su contribución a la formación es de solo el 0,8 %.
¿Es posible que se esté constituyendo con la ascensión del economista Gustavo Petro a la presidencia de Colombia un axe, un axe del mal, asumiendo Colombia el rol de productor, la Venezuela de Maduro y Cabello la de financista y transportador mientras la Nicaragua del Frente Sandinista se convertiría en los depósitos centrales y de redistribución, dada su cercanía con la frontera mexicana americana, territorio por el cual transita más de la mitad de la droga que ingresa a los Estados Unidos de América ?
Pero es que es un negocio fabuloso, por años se ha llamado el petróleo el oro negro, pues de a estas sustancias las llaman el oro blanco. Veamos. El kilo de cocaína tiene un precio aproximado de U.S. $4.500, fob Colombia para mediados del mes de junio del año 2022, así como el precio de la heroína tenía un valor de U.S $16.810, fob, también producida en las faldas de la cordillera andina, aunque infinitamente en menor cuantía que la producción de cocaína. Un kilo de cocaína puesta en el mercado final, Londres, New York o Roma algunas horas después pasa a tener un valor de hasta tres veces el valor inicial. Es decir si el precio de un kilo de cocaína era entre 35.000 a 40.000 U.S $ al momento de pisar tierra de ricos, después de pocas horas estos se convierten en 120.000 dólares. Y como ¿Por arte de magia? Si, más o menos es así. Ya que la cocaína viene mezclada con sustancias baratas y fácilmente adquiribles las cuales son utilizadas como agentes de corte, que imitan los efectos deseados o las características físicas de la droga que se va a reprocesar. Algunas de las sustancias utilizadas para esos fines pueden tener, además de las ya conocidas por el consumo de este estupefaciente, otros graves efectos sobre la salud del consumidor. Sólo citaré dos de entre ellas. Una más peligrosa que la otra.
Una es la Fenacetina, un analgésico retirado del mercado estadounidense en 1983 después de que se asoció con el cáncer, al daño renal e incluso mayor riesgo de muerte debido a enfermedades cardiovasculares. La otra sustancia sustitutiva es el Levamisol, un antiparasitario para perros. En los Estados Unidos, el Departamento de Justicia informó que el 70% de toda la cocaína analizada dio positivo al Levamisol en 2009, frente al 30% de 2008. El Levamisol daña el sistema inmunológico.
Ahora bien vistas estas cifras y la decisión de Gustavo Petro de despenalizar el cultivo de la hoja de coca, refiero lo que afirmó El Tiempo de Bogotá, en su sección Economía y Negocios de su edición del día 2 de diciembre de 2019: “Las preocupaciones que hay en el país por el incremento de los cultivos ilícitos no son para menos. La economía de la cocaína, que es solo uno de los componentes de todo el universo de la ilegalidad en la que se mueve dinero en efectivo y se ‘limpia’ después con inversiones en actividades legales o financiando el terrorismo, tuvo un valor de 18,3 billones de pesos en 2018, es decir, más del doble de lo que produjo el café en ese mismo año: 7 billones”. Así podemos ver que esta ilícita actividad contribuye según el Banco de la República de Colombia con el 3.88 % del PIB, mientras que con el café su contribución a la formación de PIB es de solo el 0,8 %.”. Ya para el cierre del año 2021, no obstante los esfuerzos del gobierno Duque para que Colombia permaneciera dentro de la legalidad, la economía de la cocaína creció hasta una cifra de todo respeto: 22 mil millones de dólares. A nivel internacional, el 70% de las 1800 toneladas de cocaína producidas a nivel mundial en el 2017, fueron producidas en Colombia; es decir, más de 1200 toneladas métricas. Según las cifras del Banco de la República, en el 2020 el PIB del país se situó alrededor de los 265.675 millardos de dólares, es decir que la cocaína tiene un mayor peso en la economía colombiana que productos tradicionales como el café, siendo históricamente el primer y más importante producto colombiano de exportación. Otro dato de importancia es que esta economía subterránea tiene más valor absoluto que el petróleo colombiano. Durante el mes de abril del presente año la producción fue de 752,7 mil b/d en promedio. Esta compleja Industria aporta el 3,3 % del producto interno bruto (PIB) y por favor permítanme recordarlo, la economía de la cocaína representa el 3.9 % del componente de esa riqueza. Cosas de la vida Don Sancho. www.portafolio.co/economia
Lo cierto es que la producción de cocaína alcanzó en 2020 un máximo histórico de 2.019 toneladas, un 11% más que el año anterior. Ese récord se batió pese a que el área global de cultivos apenas cambió en 2020, de hecho fue un 5% menor que en 2018.
Según el Informe Mundial sobre Drogas de 2022, publicado este lunes 11 de septiembre por la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd), 21,5 millones de personas consumieron cocaína en 2020, es decir, el 0,4% de la población mundial entre 15 y 64 años, segmento de la población mundial de altos niveles de vida. Recordemos que un gramo de cocaína pura tiene un valor en Europa y en los Estados Unidos de alrededor de 100 $ americanos y un kilo la insignificancia de 100.000 dólares.
Creo no marginal en este trabajo, el recordar que no obstante estos datos sobre el precio de la cocaína, el 10% de la población mundial, 736 millones de personas, sobreviven cada día con menos de 1,90 dólares. No puedo, por infinidad de razones, no mencionar el caso de Venezuela, un país que podríamos considerar excepcional, entre otras causas porque el salario mínimo es el más pobre del mundo entero, ya que desde el 4 de marzo de este año el gobierno de esa nación fijó en unos 28 dólares el salario mínimo mensual. Caro lector no tiene que buscar su calculadora, son exactamente 93 centavos de dolar por dia. (4 marzo 2022). Por otra parte es necesario, aun a mi pesar, significar lo cuantioso que estos gastos directos de la guerra contra las drogas puedan ser, “es algo que palidece junto a los costos indirectos de la prohibición contra las drogas, entre los que existen: ejecuciones extrajudiciales a gran escala, inseguridad e inestabilidad de comunidades, efectos negativos a la salud pública, desplazamiento forzado de la población, altos niveles de corrupción y una pérdida de legitimidad de instituciones del Estado”, además de darse el caso que fuerzas militares irregulares de Colombia ocupan ilegítimamente una gran faja del Catatumbo venezolano que se utiliza, en su complejo, como parte de la infraestructura que gerencia el negocio de las drogas. Esto con la particularidad que no se conoce a ciencia cierta si es con la complicidad de las más altas autoridades del gobierno de facto de Venezuela.
Según un estudio hecho público por la Open Society Foundation, inspirada y creada por Georges Soros, polémico y muy rico hombre de negocios hungaro americano, la mayor parte de los gastos globales antidrogas, manejan un presupuesto en los Estados Unidos de América el cual ronda los $25.5 mil millones de dólares anuales.
Además, para tener una idea sobre lo que cuesta esta, para mi justa y necesaria batalla, debemos incluir los presupuestos de las agencias gubernamentales de los países de Europa y países desarrollados del continente asiático, en esta batalla. Menester es reconocer el inmenso esfuerzo que diariamente realiza el primer país productor de cocaína, la República de Colombia para contrarrestar la producción y comercio de este flagelo, invirtiendo recursos de un país, aún hoy con niveles importantes de pobreza extrema. El cual no es sólo económico, el esfuerzo también que vemos en las pérdidas de vidas en esta lucha que tiene su origen en la debilidad de los componentes de sociedades que han nacido, crecen y se conservan en la opulencia. Y no solo grupos de sociedades que pueden pagar estos precios, recuerdo que muchos pobres, los miserables de esta película de terror también consumen, pero es solo el excremento de los estupefacientes de aquellos que cuestan 100 dólares el gramo.
Los consumidores de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas en Estados Unidos gastaron alrededor de USD 150 mil millones en 2016, según un informe divulgado por el portal de noticias argentino www.Infobae.com el. 20 agosto de 2019. La comprobada tendencia al alza de los costos y al consumo, nos demuestra que los consumidores de estos alcaloides como, especialmente la cocaína, gastaron, basado en datos extraoficiales durante el año 2020, aún con las restricciones consecuencia de la pandemia, una cifra cercana a los 180 mil millones de dólares, solo en los Estados Unidos de América. No obstante esta realidad el nuevo presidente de Colombia, tomó como una de sus primeras decisiones como fue la ya mencionada decisión la despenalizar el cultivo de la hoja de coca.
Según las investigaciones del Centro Internacional de Estudios Estratégicos contra el Narcotráfico (Ciena) el Sistema de Información Estadístico Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía (Siedco) y la misma Dirección Antinarcóticos, en el primer trimestre del año pasado la arroba (12,5 kg) de hoja de coca costaba $25.817 y en el mismo lapso del 2020, el precio subió a $46.111, mientras que el kilo de clorhidrato de cocaína costaba U.S. $4.679. Esta información apareció el 4 de agosto de 2020 en el diario bogotano El Nuevo Siglo. Lo que significa que por cada tonelada de hoja de coca que este trabajador agrícola recoge recibe por parte del laboratorio la cantidad de 823.25 dólares americanos. Estos precios eran del mes de junio del año 2020.
“El gobierno plantea una pronta reunión con los productores de hoja de coca, “bueno al final son también empresarios” pensará el presidente Petro. Se trata de que los campesinos acepten cambiar los 832.25 U.S $ que obtienen por tonelada de la hoja de coca por los 290 U.S $ que recibirían por tonelada de maíz (actual precio de mercado).
Concluyo preguntando ¿Realmente esa será la propuesta del gobierno? O ¿Simplemente es el pago de una deuda electoral del candidato Gustavo Petro ?
Anfi del Mar el 16 de septiembre del año 2022.
casablancaitalia@gmail.com
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