Rusia canta victoria en referendos «falsos de principio a fin» en Ucrania
Más de 97 % de los electores se inclinó por el "sí", según autoridades prorrusas en zonas invadidas. En una entrevista con una emisora colombiana, el gobernador de Lugansk, Serhiy Haidai, dijo que "Ucrania no va solo a atacar, sino que va a hacer que retrocedan las fuerzas rusas"
El período dispuesto por Rusia para los referendos en zonas invadidas de Ucrania llegó a su fin. Este 27 de septiembre era la última fecha para que ciudadanos de las regiones de Jersón y Zaporiyia, así como Lugansk y Donetsk, en el Donbás, «eligieran» si se adherían o no al país gobernado por Vladímir Putin. Una vez cumplido el plazo, el Kremlin reveló los resultados. Autoridades prorrusas aseguran que más de 98 % de los votantes en el sureste de Ucrania apoyó la anexión.
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De esta manera, Moscú pondrá en marcha el mecanismo para declarar como oficial un proceso electoral que internacionalmente está catalogado como «falso y nulo». Los líderes separatistas anunciaron que viajarán a la capital rusa para reunirse con Putin y así darle continuidad al proceso.
Pero las voces del gobierno de Volodímir Zelenski resuenan. Sobre todo porque estos territorios tienen autoridades legítimamente electas. Serhiy Haidai, gobernador de la región de Lugansk, es uno de ellos.
“Ucrania no va solo a atacar, sino que va a hacer que retrocedan las fuerzas rusas que se encuentran en territorio ucraniano”, declaró al medio colombiano W Radio respecto a qué harán desde Kiev si se concreta la adhesión. Pero no sin antes remarcar que “el referendo ha sido falso de principio a fin» debido a que responde a intereses del Kremlin para expandir su ocupación.
Putin anunció consecuencias «radicales»
El gobernador Serhiy Haidai ya había puesto en duda la legitimidad de estas consultas. Mientras organizadores prorrusos del referendo hablaban de 46 % de participación en Lugansk, el funcionario se preguntaba a qué población correspondía ese número, ya que muchos habitantes huyeron. Solo en la ciudad Severodonetsk salieron 100.000 personas, el 90 % de la población, dijo.
Así se manejaron estos referendos de Rusia. Entre la evidente parcialidad de los organizadores, la opacidad del proceso y las presiones a ciudadanos ucranianos que se encontraron con mesas de votación en autobuses y hasta recibieron la visita en sus casas de militares para que sufragaran.
Aún con esas condiciones e imposiciones, Putin celebra. Durante una reunión televisada con su gabinete, adelantó que habrán consecuencias «radicales» para esos territorios, aún más en materia de seguridad tras las votaciones. Pero el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lo llevó más allá. Afirmó que la situación legal también cambiará «desde el punto de vista del derecho internacional».
Citar el derecho internacional carece de credibilidad. La península de Crimea sigue en un vacío legal desde el referendo de 2014 porque Occidente la considera parte de Ucrania y Rusia la ve como una extensión de su territorio. Putin no ha podido cambiar eso y es poco probable que lo haga con los cuatro territorios sometidos ahora a estos referendos carentes de legitimidad.
Más sanciones en camino
Previamente se conoció la posición de varios países y organizaciones sobre el referendo de Rusia en Ucrania. El G7, la OTAN, la Unión Europea, Estados Unidos y Francia rechazaban los resultados —previsibles— que habrían al terminar el plazo de votaciones. Ahora se unió Israel. El Ministerio de Exteriores publicó este martes un comunicado donde parte del texto indica lo siguiente:
«Israel reconoce la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y no reconocerá los resultados de los referendos en las regiones orientales».
Así se une a las demás naciones y a la aseveración del gobierno de Zelenski de que los referendos de Rusia son una «parodia» sin valor jurídico en Jersón, Zaporiyia, y Lugansk y Donetsk, en la región del Donbás.
El siguiente paso es que el parlamento ruso vote para formalizar la anexión de las cuatro regiones. La fecha más probable que se maneja es el 30 de septiembre, según un funcionario del Kremlin citado por la agencia TASS.
Mientras eso ocurre, EE. UU. se prepara para aplicar más sanciones. Sin embargo, se desconoce cuáles serán. La economía mundial y el mercado energético se tambalean como consecuencia de la guerra. Pero eso al presidente ruso parece no importarle y simplemente repite lo ocurrido en 2014 en Crimea, cuando oficializó la anexión solo dos días después de aquel referendo.
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