Segundo encuentro entre Uribe y Petro: ¿Conciliación sin rendición?
En el segundo encuentro entre las dos figuras más antagónicas de la política colombiana, destacó el planteamiento de Uribe de que "Petro podría cumplir su labor social sin reforma tributaria". Sin embargo, luego pidió "no estigmatizar más al presidente"
Por segunda vez se reunieron el presidente Gustavo Petro y el exmandatario Álvaro Uribe, las dos figuras más antagónicas de la política colombiana. La reforma tributaria, el aumento en el precio del combustible y la polarización política fueron parte de esta nueva conversación tan solo un día después de que las calles de Bogotá, Medellín y Cali se llenaran de manifestantes en contra de las propuestas de Petro. Sin embargo, el clima de conciliación del encuentro parece ir en otra dirección al sentimiento expresado por miles de colombianos en las calles.
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La reunión fue, en resumidas cuentas, más cordial de lo esperado por la opinión pública. Aún así, Uribe le reiteró al actual jefe de Estado sus preocupaciones en torno a la reforma tributaria ante el peligro de que «desestimule la inversión, ponga en riesgo más de dos millones de empleos y afecte el consumo popular».
Uribe apuesta por la diplomacia. Por ello, luego de la reunión, dijo que desde el Centro Democrático la intención es «contribuir para que el Gobierno de Petro se entienda como una democracia social, no un gobierno del fracasado socialismo”. De parte del mandatario izquierdista no hubo declaraciones luego del encuentro con Uribe, pero en su cuenta de Twitter publicó un mensaje afirmando que el diálogo transcurrió «sin problemas».
«Sin reforma tributaria»
«Una reforma no puede sacrificar el crecimiento de la economía, ni el ahorro o el consumo». La frase la pronunció el representante a la Cámara, Óscar Darío Pérez, quien acompañó a Uribe en el encuentro con Petro.
La economía colombiana ha destacado por su importante línea de crecimiento y recuperación tras dejar atrás los efectos devastadores de la pandemia y del paro nacional contra el entonces mandatario Iván Duque, auspiciado por el hoy presidente Petro, justo para protestar por una reforma tributaria que contemplaba una recaudación que apenas llegaba a la mitad de lo que hoy aspira Petro con su propuesta.
El líder fundador del Centro Democrático sabe que la reforma tributaria igualmente avanzará en Congreso. Sin embargo, aprovechó la reunión de este martes para recordarle al actual mandatario las implicaciones que tendrá. «Hemos dicho que el presidente Petro podría cumplir su labor social sin reforma tributaria. Debe haber un Estado austero y una lucha contra la corrupción, aunque entendemos que esa iniciativa se tramitará, pero es importante lograr la menor afectación posible para los colombianos”, declaró.
La inflación y el aumento del precio del combustible también estuvieron en la agenda, ya que golpearán de igual manera a todos los hogares. Así se lo dejó saber el expresidente Álvaro Uribe a Gustavo Petro.
¿Conciliación sin rendición?
Las amenazas de expropiaciones al campo colombiano levantaron revuelo recientemente cuando Petro mencionó la posibilidad de que ganaderos y agricultores cedan al Estado parte de sus tierras. Las preocupaciones de los ciudadanos fueron transmitidas por Uribe. Así como también le comunicó la necesidad de crear una sala imparcial dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para los integrantes de las Fuerzas Armadas.
En síntesis, el segundo encuentro entre Uribe y Petro sirvió para profundizar lo que se habló en la primera reunión de junio pasado pero conociendo ahora con mayor detalle las propuestas del líder izquierdista. La conciliación es el primer plato que se sirve en la relación entre ambos sectores políticos, que deberán manejarse en medio de reclamos ciudadanos cuando Petro apenas va a cumplir dos meses en la Presidencia.
Posiblemente lo más llamativo e inesperado fue el pedido que elevó posteriormente Uribe a la ciudadanía de «no estigmatizar más al presidente Petro», al mismo tiempo que pidió no seguir calificando al Centro Democrático como «ultraderecha”. ¿Será suficiente este gesto para que el uribismo deje de ser estigmatizado del otro lado? Para el exmandatario, «la oposición debe saber dialogar y oponerse con argumentos». A eso apunta en los próximos cuatro años con la extrema izquierda por primera vez en la Casa de Nariño y una oposición que hasta ahora se ha mostrado más dócil que firme en sus convicciones.
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