Los cristianos orientales y africanos son víctimas de la violencia islamista. En Francia, golpeada repetidamente por este tipo de violencia, los cristianos también deben apoyar el laicismo público y laico. Muchos de ellos, en lugar de replegarse en su dolor, se dejan guiar por el Espíritu Santo que los impulsa a reaccionar dando testimonio de su fe en la Resurrección y evangelizando su entorno más próximo.
Porque la religión judeocristiana tiene un sentido propio de la historia que Dios escribió con las naciones bautizadas en el Espíritu de Cristo. "Por la oración de los niños, la Virgen María salvará a Francia", respondió Marta Robin a su padre espiritual que se angustiaba por el futuro en 1947, hace menos de 70 años. Más que especular sobre la desaparición consumada, en curso o anunciada de la civilización cristiana, es mejor que los que tienen corazón de niño sigan orando humildemente para llenar una nueva página de nuestra historia, la cual nunca está escrita de antemano.
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