Informe establece gravedad de daños ambientales sufridos por Venezuela en 2021
- Un informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) expone los peores conflictos ambientales que enfrentó el país sudamericano en 2021. Entre ellos están los derrames de petróleo, la deforestación, la minería y la falta de agua potable en zonas con cuencas hidrográficas degradadas.
- El reporte señala la dificultad que sigue existiendo para hacer un seguimiento de los parámetros medioambientales en Venezuela debido a la falta de transparencia en todos los niveles del gobierno.
Mientras intentaban elaborar una reseña de lo sucedido con el medioambiente en Venezuela en 2021, los conservacionistas se encontraron con un problema. El Gobierno prácticamente no publica ninguna estadística sobre temas como deforestación, infraestructura o minería y a menudo impide de forma activa que los investigadores estudien las amenazas a los ecosistemas locales.
El año pasado, el Gobierno pareció apoyarse con más fuerza en los recursos naturales del país al ampliar la actividad minera y aumentar la producción petrolera con la esperanza de crear cierta estabilidad económica.
De acuerdo con un nuevo informe del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP), el resultado fue otro año de importante devastación medioambiental. Aunque hay pocas estadísticas confiables que demuestren si fue mejor o peor que los años anteriores, el 2021 estuvo marcado por la pérdida generalizada de la cubierta forestal, contaminación, escasez de agua y violaciones de los derechos de los grupos indígenas.
La organización recopiló informes de noticias, publicaciones en las redes sociales e investigaciones de organizaciones conservacionistas locales para llenar el vacío de datos.
«Falta información oficial sobre las consecuencias ambientales y sociales de la mayoría de los temas», dijo Elsa Rodríguez, miembro del observatorio. «No hay estadísticas que nos permitan conocer las dimensiones y el alcance de muchas cosas».
El impacto de la caída de la industria petrolera
Los reportes gubernamentales sobre los derrames de petróleo, una de las amenazas más preocupantes para la biodiversidad de Venezuela, no se han publicado desde 2016, según el informe. Para entender lo que ocurrió en 2021, el OEP se basó en lecturas satelitales independientes y en las quejas que los pescadores locales publicaron en Internet.
La organización señaló que el año pasado se produjeron al menos 73 derrames en el país. Uno de ellos fue de 3,6 millones de litros de petróleo procedente de una instalación en el estado de Falcón que llevaba años sin recibir mantenimiento. El petróleo se vertió en el océano durante casi dos semanas, lo que ennegreció los ecosistemas marinos y los manglares, fundamentales para prevenir la erosión costera.
En septiembre, la NASA publicó fotos del lago de Maracaibo, con una superficie de 13 000 kilómetros cuadrados, cubierto de manchas de petróleo y floraciones de algas. Este lago es el hogar del delfín costero (Sotalia guianensis) y de la tortuga galápago de Maracaibo (Rhinoclemmys diademata), pero también alberga miles de pozos petrolíferos y oleoductos.
Venezuela cuenta con más de trescientos mil millones de barriles de reservas probadas de crudo, las más grandes del mundo. El petróleo siguió siendo el principal producto de exportación del país el año pasado, a pesar de que muchas instalaciones están averiadas y descuidadas.
«En el caso de Venezuela, lo que vemos son los impactos simultáneos de las operaciones tradicionales de la industria petrolera y, al mismo tiempo, los impactos resultantes del abandono», señala el informe.
La deforestación en sus muchas formas
Otras lecturas satelitales muestran que la extracción de oro, cobalto y otros minerales se expandió de forma exponencial, lo que no solo contaminó muchos ríos y arroyos con productos químicos como el mercurio, sino que también provocó la tala de grandes zonas de bosque en los estados de Amazonas y Bolívar.
En el Parque Nacional Cerro Yapacana, en Amazonas, trabajaron este año al menos 2000 mineros, lo que contribuyó a la deforestación de 2227 hectáreas, según el informe. En el Parque Nacional Canaima se deforestaron 1000 hectáreas para la minería.
En otras áreas protegidas y en los bosques circundantes, fue casi imposible saber con exactitud cuánto se había talado como consecuencia de la explotación minera en 2021 o si el ritmo de la tala significó un aumento o una disminución con respecto a años anteriores.
Basándose en informes locales y en el trabajo de otras organizaciones medioambientales, el OEP identificó la ganadería no regulada y otras actividades agrícolas, junto con la tala ilegal, como otros causantes de la deforestación en todo el país.
«En el caso de Venezuela, la actividad agrícola es la principal responsable de la pérdida de bosques», dijo a Mongabay Rodrigo Lazo, de Provita, una ONG que trabaja en soluciones socioambientales. «Hay mucha información sobre la minería, pero esta solo representa una pequeña parte».
El informe señala que la ausencia de normativas y de gestión medioambiental ha dejado las zonas forestales en gran medida desprotegidas, lo que ha permitido que la tala y el tráfico de madera se lleven a cabo de manera ininterrumpida, en algunos casos en coordinación con las autoridades locales y otras personas poderosas.
«Los delitos medioambientales gozan de una impunidad extraordinaria», se comenta en el informe.
Según dice el documento, incluso en las zonas urbanas, los residentes que sufren escasez de gas para cocinar o que dependen de la producción de carbón vegetal como principal fuente de ingresos, talaron árboles a un ritmo alarmante.
Lee más | Colombia: las expediciones a los montes submarinos de Malpelo para proteger a los tiburones martillo
Crisis en la salud pública
De cuerdo con el informe, los derrames de petróleo, la deforestación y la minería contribuyeron a aumentar la crisis en la salud pública el año pasado. Los residentes estuvieron expuestos a productos químicos tóxicos y a la escasez de agua y se vieron sometidos a un riesgo cada vez mayor de catástrofes naturales.
«Los problemas ambientales no deben tomarse como un elemento separado de los problemas cotidianos que viven los venezolanos», dijo Rodríguez y añadió que «todos estos elementos están conectados».
Señaló como ejemplo los deslaves, ya que el aumento de la deforestación en lugares como el estado de Mérida, donde miles de residentes fueron desplazados durante las temporadas de lluvias de primavera y verano, contribuyó a aumentar las tasas de erosión y dejó el suelo desnudo e incapaz de captar mayores flujos de agua.
La degradación de las cuencas hidrográficas en todo el país también llevó a muchos venezolanos a una crisis de escasez de agua en 2021, según se detalla en el informe. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo que muchas de las protestas del año pasado en todo el país fueron desencadenadas por la falta de acceso al agua potable.
En algunos casos, el agua disponible para los residentes los enfermó porque no estaba filtrada adecuadamente o porque el Gobierno no mantuvo la infraestructura necesaria para crear mecanismos de suministro saludables. En el informe se indica que alrededor del 80 % de la basura del país se encuentra en vertederos al aire libre, que a veces se filtran a los sistemas de drenaje y otros cursos de agua.
«La crisis económica y el colapso institucional, la indolencia y la corrupción y los negocios privados a cargo de los desechos y residuos son algunos de los principales factores que en la actualidad contribuyen a que el Estado no garantice adecuadamente a la población venezolana el manejo adecuado y la sustentabilidad de estos asuntos, lo que lleva a numerosos problemas ambientales y de salud pública», concluye el informe.
Imagen principal: Parque Nacional Canaima. Foto: cortesía de Wikimedia.
Artículo original: https://news.mongabay.com/2022/04/new-report-pieces-together-toll-of-environmental-damage-in-venezuela-in-2021/
No hay comentarios:
Publicar un comentario