- IPS Noviembre 9, 2022
La construcción va al banquillo de los acusados en la COP27
SHARM EL SHEIJ – El consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el sector de la construcción han repuntado desde la pandemia covid-19 y alcanzan un máximo histórico, mostró un informe del Pnuma conocido en el marco de la cumbre mundial sobre el clima que se realiza en esta ciudad egipcia.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), dijo a modo de ejemplo que “el sector de los edificios representa 40 % de la demanda energética de Europa, y 80% de ella procede de combustibles fósiles”.
“Eso hace que el sector se convierta en un área para la acción inmediata, la inversión y las políticas para promover la seguridad energética a corto y largo plazo”, agregó Andersen.
A pesar del aumento de la inversión en eficiencia energética, la demanda de energía para la calefacción, la refrigeración, la iluminación y el equipamiento de los edificios en 2021 aumentó cerca de cuatro por ciento respecto a 2020, y tres por ciento más que en 2019, el año previo a la pandemia.
El sector fue responsable de más de 34 % de la demanda energética y de 37 % de las emisiones de CO2 asociadas a la energía y sus operaciones durante 2021, según el estudio presentado en la 27 Conferencia de las Partes (COP27) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en esta ciudad costera.
Las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en las operaciones del sector alcanzaron el equivalente a 10 gigatoneladas, un registro cinco por ciento más alto que los niveles de 2020 y un dos por ciento sobre el pico de 2019.
Ese crecimiento va a contravía del Acuerdo de París de 2015, por el que la mayoría de las naciones se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de modo que la temperatura global no supere, en el año 2050, los 1,5 grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900).
La descarbonización del sector de los edificios para el año 2050 se considera un factor clave y se debe mejorar el rendimiento energético de esas construcciones, disminuir la huella de carbono de los materiales de construcción, multiplicar los compromisos políticos y aumentar la inversión en eficiencia energética.
Andersen comentó que de no reducirse las emisiones contaminantes en los márgenes establecidos en el Acuerdo de París “tendremos problemas graves”, tal como han alertado muchas otras voces en camino a esta COP27.
El informe señala que ante las crecientes crisis -como la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética, y el aumento del costo de la vida- deben mantenerse las inversiones en eficiencia energética para reducir su demanda, evitar las emisiones de CO2 y moderar la volatilidad de los costes energéticos.
Como ejemplo, el estudio destaca que los efectos combinados del aumento del precio de los combustibles fósiles por la guerra y la crisis causada por el aumento del costo de la vida suponen un incentivo para invertir en eficiencia energética.
“La solución podría estar en que los gobiernos destinen ayudas a las inversiones en edificios de baja y nula emisión de carbono a través de incentivos de carácter financiero y no financiero”, observó Andersen.
Para reducir las emisiones del sector también es fundamental incluir a los edificios en los compromisos climáticos del Acuerdo de París, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), y en los estándares energéticos obligatorios.
El número de menciones de los edificios en las NDC creció de 88 en 2015 a 158 en 2021, pero el avance en las políticas y acciones sobre edificios y construcción sigue siendo lento.
Durante el mismo periodo, el número de países con reglamentos energéticos para la construcción aumentó de 62 a 79. Sin embargo, solo 26 % de ellos disponen de reglamentos energéticos obligatorios para la totalidad del sector.
El informe dedica un capítulo especial a África, ya que 80 % de los 2400 millones de habitantes que tendrá en 2050 vivirán en ciudades, pero el continente es rico en materiales de construcción alternativos, así como en fuentes de energía renovable, solar y eólica, que los países pueden utilizar para alimentar sus edificios.
El informe recomienda crear coaliciones a nivel nacional entre las partes interesadas para establecer una hoja de ruta que permita alcanzar un sector de la construcción y de los edificios sostenible, con cero emisiones de carbono, y resistente.
Los gobiernos nacionales y regionales deben establecer códigos energéticos obligatorios para los edificios y aumentar su inversión en eficiencia energética, y las industrias de la construcción y del sector inmobiliario deben comprometerse a reducir sus emisiones de CO2 en toda su cadena de valor.
A-E/HM
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