A un día de la condena, CFK busca compararse con Lula
La vicepresidente eligió un medio de Brasil para dar su repetida opinión sobre el proceso judicial que tendrá un veredicto este martes

Convencida de que mañana será condenada por ser jefa de una asociación ilícita que desvió fondos públicos para beneficio de un empresario amigo del kirchnerismo, Cristina Fernández de Kirchner busca empezar a darle forma al relato del día después. Con constantes referencias a Brasil y Ecuador, intentando compararse con Lula y Correa, CFK brindó una entrevista a Folha de Sao Paulo con la intención de darle carácter regional a su situación.
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Aunque los términos del intercambio fueron amigables, la vicepresidente argentina no puede evitar dejar en evidencia su complicada situación. Tuvo que reconocer que Lázaro Báez, dueño de la privilegiada Austral Construcciones, era “amigo” de Néstor Kirchner (aunque resaltó que no suyo), pero insistió con la legalidad de las digitadas licitaciones. Hizo referencia a que los delitos por los que se le acusa fueron “cosa juzgada” en la provincia de Santa Cruz, pero lo que probablemente desconozca el público brasileño es que ninguna investigación podía salir del feudo familiar. Sin embargo, la acusación no es precisamente la misma, por lo que Kirchner está siendo juzgada e investigada actualmente por la justicia federal.
La tesis que manifestó CFK en la entrevista no tiene desperdicio. Asegura que la caída del Muro de Berlín trajo a la región el “neoliberalismo”, que generó descontento en los más humildes. Como respuesta a eso, surgieron en varios países de América Latina gobiernos “democráticos y populares”, que luego fueron perseguidos por los herederos directos de los militares de la década del setenta. Es decir, el “partido judicial”. Según la vicepresidente, los jueces no tienen suficiente poder como para engañar a la opinión pública, por lo que utilizan los “medios concentrados” para hacerle creer a la gente que ella o Lula son “ladrones”. El mundo con el que sueña Kirchner es claro: sin justicia ni medios independientes.
“Obviamente habrá condena”, insistió Kirchner, como lo ha venido haciendo ante los medios locales. En el intercambio con la periodista de Brasil, la vicepresidente volvió a insistir en que el tribunal es un “pelotón de fusilamiento”. Sin explicar cuáles, Cristina aseguró haber sido víctima de perder “todas las garantías constitucionales”. Resumiendo, lo mismo de siempre, pero para el público regional. Es que, a horas de la condena, y con pocas oportunidades ante la apelación en Casación y la Corte Suprema, CFK necesita nuevos aliados. Pero, aunque cuente con el respaldo del presidente electo de Brasil y del delincuente prófugo Rafael Correa, la vicepresidente argentina no podrá hacer demasiado para evitar un destino que ella y su fallecido esposo construyeron.
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