El libro sobre la inflación como delito que recomienda Javier Milei
Ricardo Manuel Rojas publicó “La inflación como delito” y el diputado libertario aseguró que es un texto que deja en evidencia la estafa monetaria de la clase política. El autor explicó a PanAm Post que "si las personas ven reducido el valor adquisitivo de su dinero, producto de la emisión monetaria de los políticos, lo lógico sería que se trate de un delito"
El economista libertario y diputado nacional Javier Milei tuvo, hasta ahora, dos etapas en la vida pública argentina. La primera, como ideólogo y escritor, trabajando y contribuyendo en lo que él mismo denominó “la batalla cultural”, donde aseguraba que siempre se iba a quedar (salvo que lo convoquen a cerrar el Banco Central). La segunda, la política “agonal”, como le gusta decir a Ricardo López Murphy. El mismo Milei la ha denominado como “el barro” en el que se tuvo que meter. Cada vez que un periodista chicanero le recuerda su posición previa con respecto a la política activa, el referente libertario responde resignado que no tuvo otra alternativa. Lo curioso es que el mismo Milei parece no darse cuenta de que, en su caso, la distinción entre política y batalla cultural no tiene una frontera determinada.
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Desde donde dijo que no se iba a meter, está haciendo mejor que nunca (y con cada vez más alcance) lo que había venido a hacer en un primer momento. Y por ahí llega incluso a la presidencia para cerrar el Banco Central como prometió y todo…
Históricamente, siempre se habló de la academia y las ideas como el espacio de discusión y difusión que luego llegaba diluido al orden de las políticas públicas. Sea cual sea la orientación ideológica de los conceptos en sí. Pero la influencia del Milei político es tal, que hasta podría, desde la política, correr el eje en el ámbito académico. Esto podría haber estado haciendo hoy, cuando se deshizo en elogios para con el último libro de Ricardo Manuel Rojas: La inflación como delito. Desde sus redes sociales, el diputado calificó como “maravilloso” al texto, generando un predecible interés en sus jóvenes seguidores, muchos de los cuales se acercarán a Rojas por primera vez. En su comentario, Milei afirmó que la obra permitirá al lector comprender lo que la política le esconde mediante la manipulación monetaria. “Es tan bello encontrar un libro que los deje en evidencia con tanta claridad y precisión…”, aseguró el referente libertario.
Lo cierto es que la obra que Milei recomienda, además de difundirla entre su amplia red de seguidores, también aportará a correr el eje del debate en el ámbito académico. Es que, hay que reconocerlo, en el mundillo intelectual liberal la idea de cerrar el Banco Central no era para nada mayoritaria. La influencia de Chicago en este ámbito era muy superior a la austríaca, que se limitaba más que nada a dos solidísimos estandartes: el mismo Rojas y Alberto Benegas Lynch (h). Ambos trabajaron toda su vida con pasión y generosidad en defensa de la más sana intransigencia intelectual (algún “no austríaco” lo calificaría como “desinteresadamente”, pero los formados en Mises sabemos que el término no sería del todo exacto). Digamos que ambos dedicaron su vida a esto, sin ambiciones “crematísticas”, como dice Benegas Lynch. Todo “por la camiseta” y sin la certeza que aparezca un referente popular que las visibilice masivamente, como terminó ocurriendo.
Aunque el ámbito intelectual liberal tenía grandes exponentes, que ponían el derecho de propiedad como una cuestión fundamental, la vinculación con la emisión monetaria y la pérdida del poder adquisitivo de los tenedores forzosos de pesos no se hacía del todo. Sí se criticaba la inflación, sí se advertía que complicaba a los asalariados y jubilados, pero siempre desde la visión mainstream del “banco central independiente”, aunque, como bien lo explica Benegas Lynch, esto sea una quimera total.
Probablemente, para los que defendimos siempre la necesidad de finiquitar el monopolio monetario, uno de los aportes fundamentales de Milei en los grandes medios sea la pregunta/latiguillo: “¿Vos estás a favor del robo?” Aunque muchos periodistas no comprenden a lo que va (pero tienen pudor de repreguntar y manifestarlo) la vinculación de la falsificación monetaria gubernamental para paliar sus déficits imprimiendo dinero con “el robo” es tan cierta como necesaria.
Vamos a un ejemplo con números. En el caso «A» tenemos a un trabajador que está en un país con 50 % de inflación anual y que percibe un incremento salarial de 10 % por semestre. En el caso «B», un asalariado de un lugar con una economía mediante sana, que le roban la billetera con el efectivo que tiene encima dos o tres veces por año a punta de pistola. En lo concreto, al primero le roban más recursos que al segundo. Lo que ocurre es que el primer ladrón tiene un sutil guante blanco que los gobiernos denominan “política monetaria”. Lo que proponen Milei y Rojas es quitarle el velo a esta estafa, para que la gente perciba que se trata de un robo tan o más impune que el otro.
En diálogo con PanAm Post, Ricardo Manuel Rojas advirtió que se trata de «un truco» vincular la inflación con el aumento de los precios y no con la oferta del dinero y que los argumentos que da la política a la hora de explicar la problemática inflacionaria «tiene patas cortas». «Si las personas ven reducido el valor adquisitivo de su dinero, producto de la emisión monetaria de los políticos, lo lógico sería que se trate de un delito», señaló.
Claro que es lógico. Solamente hace falta que más gente pueda hacer esta reflexión. En este sentido, la presencia de Javier Milei en la política y los libros de Rojas como «La inflación como delito» ayudan. Mucho.
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