El “palo ensebao”, 175 años de tradición zuliana que se fortalece con cada generación
Los 25 de diciembre son días de fiesta popular en El Calvario de Los Puertos de Altagracia, en Zulia, donde una familia descendientes de un capitán bucanero sigue encabezando un juego popular que se ha hecho tradición, el «palo ensebao»
Desde el año 1847 en la plaza Domitila Flores «El Calvario» de Los Puertos de Altagracia, estado Zulia, se celebra con gozo el tradicional juego del «palo ensebao», donde varios concursantes en equipos, jóvenes residentes del municipio, demuestran sus destrezas, habilidades e inteligencia, mientras que el pueblo mirandino observa y se divierte con gran alegría a la expectativa del equipo ganador.
El sector El Calvario comenzó a subirse en el «palo ensebao” a finales de la primera mitad del siglo XIX cuando los antiguos pobladores tomaron el mástil de los barcos bucaneros hundidos en la batalla naval del lago de Maracaibo, los rociaban con aceite de coco y después de sembrarlo en la tierra intentaban subir hasta alcanzar la punta.
El 25 de diciembre de 1847, en las fiestas patronales en honor a la virgen de Altagracia, fue la primera vez que Samuel Sthormes y demás familiares descendientes directos del capitán bucanero Peter Sthormes, instalaron un mástil en la barriada de El Calvario, convirtiéndose desde entonces en la tradición popular más antigua de la región zuliana.
Desde entonces, la actividad se prolongó en el tiempo. Se ha proyectado como uno de los eventos más esperados del año, porque la gente de otras zonas, estados e incluso países han venido a ver este juego que ha sido patrocinado por una familia puramente calvariera y altagraciana.
La familia Sthormes Leal ha sido la encargada de organizar el «palo ensebao” de El Calvario, conjuntamente con la inclusión de sus entretenidos «juegos jocosos».
Cuando Samuel Sthormes murió, su hijo Yldemaro “Manuelito” Sthormes siguió la tradición, asumiendo la organización y la recreación del evento. Después fue el turno de su heredero, Jorge Sthormes. “Desde los 12 años me estuve preparando para seguir con la tradición de papá, ahora tengo 74 años de vida y 62 haciendo el palo ensebao», dijo a TalCual.
Jorge Sthormes, hijo de «Manuelito Sthormes» y Lucila Leal, explicó que para lograr la meta de llegar al tope solo hace falta tener ganas de intentarlo, pues es un deporte relativamente fácil para cualquier persona que desee practicarlo. La edad, estatura y peso no son impedimentos al momento de incursionar en esta actividad.
«El palo ensebao tiene casi siete metros de altura, tiene un metro y medio casi de diferencia en la altura de un poste eléctrico. En otros tiempos se usaba un tubo de madera, agrega Sthormes.
La subida del «palo ensebao” consiste en realizar ascensos sobre un tubo grasoso, siendo imposible de lograrlo solo con las extremidades superiores (brazos y manos) y que por tanto requiere utilizar las extremidades inferiores (piernas y pies). Participan por cada equipo de dos a tres personas para lograr su cometido y minimizar el riesgo de sufrir algún accidente.
Para subir se necesita tener fuerza y mucha resistencia, y trabajo en equipo: uno de los competidores debe tener servir como base de apoyo al resto. El vestuario debe ser pantalón corto tipo licra. Los competidores deben pasar por encima del otro, en una dinámica que asemeja a una escalera. Para ganar, uno de los competidores llegue a la meta y tome la bandera.
Año tras año otros juegos tradicionales y jocosos se han realizado antes de iniciar la competencia por alcanzar la bandera en lo alto del poste. Antiguamente se hacían carreras de burros, competencias de cintas, del huevo en la cuchara, el medio en la harina y el mordisco en la manzana. Actualmente se mantienen los juegos del huevo en el aire, fuerza y resistencia, y las carreras de sacos, entre otros.
La celebración de “el palo ensebao” de El Calvario, allí junto a la plaza Domitila Flores adyacente a la plaza Las Tres Cruces, es la ocasión que reúne a los pobladores del lugar cada 25 de diciembre para celebrar la navidad. Algunas personas han insistido en que el espacio físico se ha quedado pequeño y proponen cambiarlo de sitio. Pero Jorge Sthormes dice haber consultado a los vecinos de El Calvario, que prefieren mantener la tradición de la fecha y el lugar.
Cada diciembre, el “palo ensebao” es la excusa perfecta para el reencuentro con la familia, amigos y vecinos en Zulia. Es una tradición que reúne a más de cinco mil personas en un solo lugar y, junto a grupos musicales de gaitas y otras músicas bailables, lo convierten en el evento más esperado en el año, una actividad que es patrimonio cultural del municipio Miranda.
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