Petro se inmola por su Min-Defensa y Guatemala lo acusa de cometer «error de guerrillero»
La Justicia de Guatemala tiene indicios de que el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, facilitó negocios de Odebrecht en el país centroamericano. Gustavo Petro se rehúsa a cualquier investigación y prefiere hablar de "persecución", lo que generó una dura respuesta del presidente guatemalteco
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La Fiscalía Especial contra la Impunidad del Ministerio Público de Guatemala tiene indicios de que el ministro de Defensa del gobierno de Gustavo Petro, Iván Velásquez, participó en la pérdida de más de 384 millones de dólares en la trama de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. La instancia lo acusa de presuntamente facilitar acuerdos cuando ejercía como el jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICG), pero Petro lo niega con fervor y se rehúsa a cualquier tipo de investigación, mientras su homólogo guatemalteco, Alejandro Giammattei, lo llama a la cordura y le recuerda su pasado de guerrillero, abriéndose con este capítulo un conflicto diplomático entre ambos países.
Para la justicia de Guatemala, Velásquez podría haber incurrido en los delitos de obstrucción a la justicia, conspiración y abuso de autoridad, y por ello arriesgaría una pena de 20 a 25 años de prisión. «Tenemos documentos que incriminan al señor Velásquez. Lo logramos establecer a través de declaraciones y correos electrónicos», reveló el fiscal Rafael Curruchiche, según reseña Semana.
Tensión diplomática
Estas sospechas de Guatemala contra el ministro de Defensa de Petro detonaron una tensión diplomática que crece con el paso de las horas. «Jamás aceptaré la orden de captura de nuestro ministro Velásquez. Demostró luchar contra la corrupción y no permitiremos que la corrupción lo persiga», aseguró el mandatario colombiano, quien insiste en sus redes sociales en defenderlo, optando por recusar públicamente al fiscal y al juez guatemalteco que llevan la causa.
La embajadora de Colombia en Guatemala, Victoria González fue llamada a consulta. ¿Es desmedida la reacción de Petro? La Cancillería guatemalteca asume que sí. De hecho, en un comunicado lamenta que «el gobierno de Colombia vuelva político un tema de orden legal, tomando decisiones abruptas sin seguir los pasos diplomáticos correspondientes».
La versión de Petro es que «si Guatemala insiste en apresar hombres justos, nada tenemos que hacer con Guatemala», asomando así un tácito congelamiento de las relaciones.
Relaciones en remojo
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, lo asumió de esa forma cuando también decidió llamar a su representante diplomático en Bogotá, Reagan Vega, advirtiendo a su homólogo colombiano que el caso no se trata de una «persecución penal».
Incluso, lo llama a la «cordura» tras insistir que «es un problema que puede ser visto desde las cancillerías y cualquier explicación que requieran con mucho gusto se puede dar». Giammattei mantiene la prudencia con dosis de mordacidad al asegurar que dejará que Petro «siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político» porque «las diferencias entre las naciones deben ser resueltas por la vía diplomática para evitar que los conflictos escalen después a lugares donde ya es difícil salir».
Un mensaje sin acertijos
El mensaje del presidente de Guatemala está servido. «No hay que salir despotricando porque no beneficia a nadie», dice Giammattei, quien cree que «tal vez el problema es que después de Petro haber sido perseguido y traficante no comprenda mucho que retirar a los embajadores nos pone al borde del rompimiento».
Además, considera que «tirar al traste» los 200 años de relaciones diplomáticas, culturales y de cooperación por un proceso de investigación que ni siquiera se sabe en qué va terminar es un «absurdo». Hasta recalca que «a veces en los temas de relaciones entre países lo último que debe haber es una respuesta no pensada, no meditada».
Giammattei evita «caer en el juego de Petro» por varias razones, ente estas destaca una en particular: «A diferencia de allá (Colombia), hasta donde sé, y no me meto en los asuntos internos de los países, están dejando libres a narcotraficantes, a personas que asesinaron gente durante el conflicto armado, allá ellos y su Justicia, en mi país si algo hemos procurado es la independencia de los poderes del Estado».
Aunque no se ha emitido una orden de captura contra el titular de la cartera de Defensa colombiana, el fiscal Curruchiche confirmó que interpondrá acciones legales en contra de Velásquez para que responda por «sus actos ilegales, arbitrarios y abusivos» cometidos junto a la exfiscal de Guatemala, Thelma Aldana, cuando lideraba a la CICIG.
Sobre Aldana ya fue expedida una orden de captura, mientras Velásquez alardea en redes sociales que siente «tranquilidad de que el trabajo adelantado en el país centroamericano se realizó con total transparencia y dentro del marco legal que amparaba el funcionamiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala», pero el fiscal de Guatemala lo desmiente al destacar que «tenía pleno conocimiento de las oscuras y corruptas negociaciones que se estaban realizando con la empresa Odebrecht».
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