Profundización de fracturas opositoras ponen en jaque las primarias y obliga a dejar intereses partidistas en segundo plano
La eliminación del interinato provocó un nuevo tsunami en la ya maltrecha oposición venezolana. Tanto así, que las primarias, previstas a realizarse a mediados de este año y sobre las cuales estaban cifradas las esperanzas de unidad de gran parte del antichavismo, se están viendo amenazadas y parecen encontrarse a punto del naufragio.
La desvinculación de Voluntad Popular (VP) del llamado G4, tras la defenestración de Juan Guaidó de la presidencia encargada, dejó del otro lado de la trinchera a Primero Justicia (PJ), Acción Democrática (AD) y Un Nuevo Tiempo -ahora reunidos en el G3-, enfrentados en dos nuevos bandos bajo el fuego de acusaciones y reproches que se han recrudecido desde hace una semana.
El último episodio se registró el pasado jueves, cuando Leopoldo López, dirigente de la tolda naranja embistió contra sus antiguos aliados del G4. Durante una entrevista con la Asociación de Prensa Extranjera en Venezuela (Apex), López acusó al dirigente de PJ, Julio Borges, de tener vínculos con el empresario Raúl Gorrín y de conspirar contra el interinato; señaló a Manuel Rosales y Henrique Capriles Radonski de frenar las primarias para imponer un abanderado presidencial de consenso de cara a las elecciones de 2024 y señaló a Tomás Guanipa, de la tolda aurinegra, y Aquiles Moreno, de AD, de ser unos infiltrados, y un “cable directo” con el gobierno de Nicolás Maduro dentro de la Mesa de Negociación de México.
Pero López también fue enfático sobre su apreciación de las primarias. Advirtió que la consulta para escoger al abanderado unitario para las presidenciales estaba “en pico e´zamuro”.
“Hay quienes hablan de primarias de la boca para afuera, pero no las quieren. Nuestra opinión es que hay interesados en ser candidatos y no quieren primarias. No creo que Manuel Rosales (gobernador del Zulia por UNT) las quiera. Creo que Henrique Capriles tampoco las quiere. Creo que están interesados en que este proceso se convierta en un hecho político buscando un candidato por consenso”, aseguró López.
Las posiciones de distintos politólogos y analistas consultados por El Tiempo, sobre el destino real de las primarias se encuentran también divididas.
Por un lado, algunos de los expertos opinan que la consulta interna para escoger un candidato debe seguir siendo el norte para cristalizar una verdadera unidad, pero deberá estar condicionada a una amplia participación de aspirantes.
Del otro, hay quienes piensan que la figura de las primarias está sentenciada al fracaso dadas las profundas divisiones que exhiben hoy los adversarios del Gobierno, por lo que habría que dejar de depender de los partidos para la escogencia.
Para la consultora política, Paola Molina Noguera, llegar en unidad a la consulta de 2024 “no es una opción, es prácticamente una obligación” para el antichavismo.
Molina Noguera apunta que se deben “impulsar y organizar unas primarias en las mejores condiciones posibles”, a pesar de que en estos momentos exista una expresa fragmentación de la oposición. Agrega que el hecho de que haya diferentes tendencias e intereses no excluye el interés mayor que es una candidatura unitaria.
“Asumir el proceso de primarias y respetar los resultados es uno de los caminos para afrontar 2024 en unidad. No se puede seguir operando en dimensiones absolutistas, donde todo se cierre a ‘o estás conmigo o estás a favor del régimen’. La oposición necesita restructurarse, hacer introspección de errores, cambiar procesos para obtener resultados distintos”, agrega Molina Noguera.
Partidos pasan a un segundo plano
Tras las declaraciones de López, la Plataforma Unitaria Democrática, se pronunció pidiendo a todos los factores antichavistas, “elevar el nivel del debate político y, en consecuencia, actuar con el sentido de responsabilidad histórica”.
“El adversario está en Miraflores y no entre nosotros, por lo cual nadie debe atentar contra la unidad haciendo señalamientos y descalificaciones infundadas contra compañeros de lucha”, apuntó la coalición de partidos en un comunicado, en el que también defendió la figura de las primarias como “herramienta de lucha acordada de manera unánime”.
De igual forma, la Plataforma Unitaria se mostró esperanzada de que las negociaciones de México abran las puertas a un proceso de “elecciones libres”. López desconfía, sin embargo, de lo que se pueda lograr en esta instancia, y agregó que en realidad se está considerando el levantamiento de inhabilitaciones políticas puntuales de opositores, de acuerdo con los propios intereses del gobierno madurista y algunos factores de la Mesa.
El consultor e investigador en Gerencia Pública Raniero Cassoni no ve factible que la unidad cristalice de manera efectiva en el seno de la oposición.
“La unidad como ‘chantaje de unidad’ no va a existir. Van a existir son los acuerdos políticos y los intereses se están moviendo más por lo que ‘me interesa a mí’. Pueden generarse unas primarias, pero no va a terminar generando una candidatura que sea potable o que la gente quiera seguir”.
Para Cassoni, el verdadero reto va a ser que se logre la mayor simpatía con el electorado, dentro o fuera incluso de las primarias. “El reto es cómo construir una maquinaria electoral y una movilización sin depender de los partidos políticos que ya no cuentan con la misma maquinaria de antes”.
Según el experto, lo primero que hay que entender es que la coyuntura actual trasciende a los partidos y que oposición no es sólo el G4 -VP, PJ, AD y UNT-, sino que también existe una serie de dirigentes y liderazgos que están por fuera, que tienen su propia simpatía y capacidad de movilización.
“Vimos como en las elecciones municipales, incluso partidos que no contaban ni con el chavismo ni con la alianza de la plataforma unitaria, ni con la unidad del G4, lograron ganar sus alcaldías. Hay varios ejemplos de eso (…) Esto es una elección donde los partidos van a pasar más a segundo plano y van a depender más de la persona que pueda despertar mayor simpatía, y de los acuerdos que se puedan generar entre el liderazgo, más que entre partidos”, agrega.
Cambios inevitables
La carrera interna para ser el abanderado presidencial ha visto emerger figuras que aún no cuentan con esa simpatía mayoritaria de los votantes antichavistas, según reflejan diversas encuestas y sondeos de opinión.
En el ala de AD, dirigida por Henry Ramos Allup, el aspirante sigue siendo Carlos Prosperi, secretario de organización nacional del partido. Dentro de UNT suena la posibilidad de lanzar a Manuel Rosales. Por su parte, Capriles Radonski ha dejado en evidencia sus aspiraciones, aún no oficializadas por PJ. Mientras dentro de VP, y a pesar de la inhabilitación política, el nombre de Guaidó se perfilaba como una opción.
Nicmer Evans, fundador del Movimiento Democracia e Inclusión (MDI) y el ex gobernador del Táchira, César Pérez Vivas, lanzaron sus nombres a la palestra meses atrás y la dirigente de Vente Venezuela (VV), María Corina Machado, ha sonado como posibilidad dentro de los sondeos de opinión.
Pero no son los únicos. Agrupaciones que han cobrado protagonismo emergente en el último año como, Fuerza Vecinal y la Alianza del Lápiz han mostrado interés en tener su propio candidato al margen de la dirigencia tradicional. Incluso hasta se llegó a ventilar en los medios la posibilidad de que el comediante y empresario Benjamín Rausseo, “Er Conde del Guacharo”, se lanzara a la contienda.
Con todo, el surgimiento de un outsider -desvinculado de la política tradicional-, sigue sin vislumbrarse en el horizonte.
Molina Noguera justifica los cambios que se están dando actualmente en la oposición y reitera que eran inevitables. Hace hincapié en que el antichavismo no puede seguir tratando “a la Venezuela de 2023 como si estuviera frente a la Venezuela de 2019”. “El contexto político interno e internacional es absolutamente distinto”, subraya.
Agrega que la dinámica del extinto interinato, no funcionaba como hace cuatro años ya que en la actualidad la Casa Blanca muestra mayor apertura y reconocimiento al gobierno de Maduro, y muchos de los países que en su momento hicieron bloque de apoyo a la oposición, actualmente son gobernados por la izquierda y retomaron relaciones con el chavismo, por lo cual, la figura perdió liderazgo e incidencia en las decisiones.
“La figura de Juan Guaidó como aspirante en una contienda electoral y su posición como encargado del interinato, claramente le ofrecía ventajas sobre el resto de los posibles candidatos, lo que claramente iba a conducir a las fracciones políticas a plantear un piso parejo de cara a 2024”.
El consultor político y abogado, Aldo De Santis es de los que apuestan a que las primarias tendrán éxito, ya que son el único mecanismo que en este momento de crisis, pueden permitir que se elija un liderazgo que tenga oportunidad en 2024, siempre y cuando aglutine a la mayor cantidad de representantes.
“Si las primarias no se producen con la participación del mayor número de candidatos que representen los partidos o las alternativas democráticas, pues poca será la posibilidad del cambio político en 2024”.
Agrega De Santis que la Comisión Nacional de Primarias, encabezada por el abogado Jesús María Casal, instancia que a su juicio fue seleccionada con un “altísimo nivel de representatividad y de liderazgo”, debe encargarse de salvaguardar los principios democráticos y convertirse en un “gran convocante”. Sólo así, apunta, existirá una oportunidad clara de conseguir una candidatura unitaria de cara al 2024.
Caracas / Rodolfo Baptista
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