Un 2023 como en el fútbol, por Luis Ernesto Aparicio M.
Twitter: @aparicioluis
Pasado el agite de la comida, los abrazos; los presentes y los ausentes; las creencias de unos y las no de otros; las costumbres del mes de diciembre acompañadas de tempestades inusitadas y mortales, que hablan de como este punto azul intenta encontrar soluciones a las alteraciones que le incorporamos los seres humanos y que algunos pretenden aportar algo para ayudarle. Pero lo más interesante, sobre todo para el continente americano, desde el Norte hasta el Sur, fue el agradable regalo que ha llegado desde un deporte: el fútbol –soccer para los de muy al norte–.
En un mundial colmado de criticas y violaciones de Derechos Humanos, la Argentina logró la tercera estrella que, de ahora en adelante, lucirá en su camiseta. La explosión de la celebración fue muy reconfortante, tanto para los argentinos como para aquellos que, aun viviendo en la India o Venezuela, se sentían parte de ese país y por lo tanto seguidores de la albiceleste.
Pero, como decía, el festejo fue apoteósico, con algunos excesos y sucesos que lamentar, pero fue refrescante para un país que se encuentra lejos de comportarse como ese equipo compacto y colectivo. Cada uno de los veintitantos jugadores, tenía en mente jugar con su compañero, comunicarse y sobre todo buscar entenderse en cada una de las jugadas, puesto que de eso dependían. Sabían que ese relacionamiento colectivo los llevaría a encontrar soluciones y ganancias. No obstante, esa regla, en la Argentina y más allá, no aparece en ningún escenario de cara a las agendas políticas del 2023.
Revisemos este 2023: Algunos sucesos políticos en Latinoamérica llamarán la atención durante todo el ciclo que se inicia, siendo la elección presidencial en la Argentina el que llama más la atención, con un mundial de fútbol en el bolsillo y una posible –por qué no– candidatura de Cristina Fernández. Así como lo lee. Es Argentina y cualquier cosa puede pasar.
Mientras tanto, se ha iniciado el periodo presidencial para otro expresidiario: Lula da Silva. Presidencia que puede ser la más complicada para este ya que no cuenta con la mayoría en el Congreso y tendrá que hacer uso de las mejores alternativas democráticas para lograr los consensos necesarios y así llevar adelante sus planes de gobierno, junto a sus promesas. Lo importante es que Brasil vuelva al reencuentro interno y externo.
*Lea también: FútbolLa oreja de Garibaldi, por Aglaya Kinzbruner
También en Colombia, donde se ha estrenado el primer gobierno de izquierda en la historia de ese país, Gustavo Petro intentará una nueva reforma tributaria desde donde espera encontrar los recursos suficientes para cumplir con su programa de mejoras sociales, tal y como lo prometiera en su campaña. Petro tendrá que atravesar, también, las elecciones regionales en ese país, previstas para el 29 de octubre de 2023.
Y volvemos un poco más al Sur, por su gran inestabilidad política, Perú podría sorprender con otro cambio de presidente producto de las muy malas relaciones entre el Congreso y la Presidencia, asunto ya rutinario en la política de ese país, o por el anunciado adelanto de las elecciones presidenciales para este 2023. De todas formas, la situación política de este país sigue siendo la que peores escenarios posee.
En Chile vuelve el reto sobre la propuesta de cambio de la Constitución de Pinochet, versus la nueva versión que se propondrá para alinear todo lo relacionado a los cambios que se proponen desde que una versión muy joven de liderazgo arribó al Palacio de la Moneda, considerado, por cierto, como el político de mejor posición en ese mundo querido y odiado.
Paraguay buscará un nuevo presidente en unos cuatro meses, concretamente el 30 de abril, con otra elección presidencia que se supone sin sobresaltos, tanto para la democracia de ese país, como para sus habitantes. No hay reelección de nadie y los nuevos rostros se hacen presente, uno muy joven representado en el economista Santiago Peña, contra el ya conocido Efraín Alegre.
Por su parte, Venezuela presenta un panorama bastante abierto para el dictador Nicolás Maduro y su camarilla, de cara a las elecciones de 2024. Los vientos que soplan desde una oposición extremadamente dividida y por lo tanto carente de estrategia unitaria alguna, agotada en una discusión entre dos instituciones cuyo funcionamiento queda entre los escenarios monetario y el reconocimiento de los Estados Unidos y no del bien de los venezolanos, despliegan las velas del barco dictatorial.
Mientras Ecuador y Guatemala, van en la búsqueda de modificaciones de la Constitución, más en el intento de encontrar el artículo que les permita a los actuales presidentes, o más poder, o la reelección que Hugo Chávez ha dejado como herencia actitudinal. En esa misma onda, por cierto, andará Andrés Manuel López Obrador, pero en cuanto a los reglamentos y procedimientos electorales.
De tal manera que, la democracia será, como cada orbita solar de la tierra, el punto de estos de siempre, de los poderosos y populistas por un lado y de quienes apuntan a su renovación y fortalecimiento. Solo queda esperar que los americanos todos, Norte y Sur, nos comportemos como esos jugadores unidos o cuando hacemos análisis sobre las jugadas.
Luis Ernesto Aparicio M. es periodista, exjefe de Prensa de la MUD
No hay comentarios:
Publicar un comentario