El canto de sirenas de la lesbiana y el ministerio
Una vez más, Argentina quedó en el medio de un debate estéril, que tiene al kirchnerismo y al macrismo como protagonistas
El año 2023 debería ser una oportunidad para que se debatan las propuestas de fondo que el próximo gobierno que asumirá a fin de año implementará para salir de la larga crisis. Sin embargo, Argentina queda presa una vez más en los debates estériles que surgen del macrismo y del kirchnerismo. Los protagonistas en esta oportunidad son Miguel Ángel Pichetto y Ayelén Mazzina, la ministra del inútil, caro y superfluo “ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades”. En lugar de proponer el lógico cierre de la cartera, el referente de Juntos por el Cambio dijo que deberían dárselo “a una mujer”. Desde el oficialismo aprovecharon el comentario para ir al terreno donde se sienten cómodos y aturdir al país con el canto de sirenas que confunde y corre del debate los enfoques importantes.
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En el marco de una entrevista televisiva, cuando el periodista le preguntó por la utilidad del ministerio en cuestión, Pichetto señaló que está en manos «de una chica que es lesbiana». Aunque aclaró que está en favor de las «libertades individuales» y que votó por todas las «leyes de igualdad» desde el Congreso, el excandidato a vicepresidente de Mauricio Macri manifestó que, para «el ministerio de la Mujer, hubieran puesto a una mujer». Para el referente de la oposición, hoy en día las personas se pueden reconocer como «mapuches» o «binarias». «Es un juego interesantísimo», aseguró Pichetto, que se reconoció como «políticamente incorrecto».
Las reacciones predecibles no tardaron en llegar. Desde el kirchnerismo se le acusó de «homofóbico» y hasta la ministra Mazzina aprovechó para salir a contestarle personalmente. “Soy mujer, lesbiana, feminista y ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y lo invito a Pichetto a hablar de la Educación Sexual Integral cuando se sienta preparado”. De esta manera, el debate quedó estancado una vez más entre dos posiciones irrelevantes, con el usual apasionamiento de «la grieta» kirchnerista-antikirchnerista, que no ofrece ninguna solución de fondo para los problemas del país.
El ministerio de «Mujeres, Géneros y Diverdidad de la Nación», debería desaparecer el primer día de la próxima gestión de gobierno. El género o la orientación sexual de su titular es absolutamente irrelevante. Se trata de una de las tantas dependencias inútiles, que, extrapoladas a todos los ámbitos de gobierno -nacionales, provinciales y municipales- explican en buena manera uno de los principales problemas argentinos: el Estado sobredimensionado, deficitario, que necesita de la deuda y la emisión monetario para poder mantenerse.
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