Un tribunal ad hoc de la CPI, la única esperanza para encarcelar a Putin
La única opción judicial para procesar a Putin directamente sería que Naciones Unidas constituya un tribunal ad hoc de la CPI, para encarcelarlo como ocurrió con el expresidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y el exfiscal de Ruanda, Siméon Nchamihigo, por sus responsabilidades en matanzas masivas.
Sobran los hechos para sentar en un banquillo de acusados al presidente de Rusia, Vladímir Putin, por crímenes de agresión, guerra y lesa humanidad. Está documentado el caso de los civiles maniatados y asesinados a tiros en Bucha, el bombardeo de la maternidad de Mariúpol, los ataques a apartamentos, escuelas y teatros con refugiados, La lista de atrocidades cometidas por Moscú en Ucrania es larga. Sin embargo, el mandatario continúa la arremetida sin sobresalto ante las vagas posibilidades que tiene de enfrentar a la justicia internacional.
- Lea también: Dolor, tristeza y unidad: el balance de Zelenski a un año de la guerra
- Lea también: Los ucranianos canalizan a través de la música las emociones de la guerra
Si bien la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación sobre los crímenes cometidos en Ucrania, carece de jurisdicción para proceder cuando ni Rusia ni Ucrania —agresor y agredido— forman parte del Estatuto de Roma —como tampoco Estados Unidos, China e India— y sólo una autorización del Consejo de Seguridad haría posible su accionar.
A pesar de las limitaciones, la CPI intenta visibilizar con tibios pasos lo que el mundo sabe: Putin utilizó la fuerza armada contra la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de Ucrania, causando 30 000 muertes de civiles, daños a bienes y al medio ambiente con sus fuerzas regulares, bandas armadas, grupos irregulares y mercenarios lo cual constituye un crimen de agresión.
Pocas opciones legales
La única opción judicial para procesar a Putin directamente sería que Naciones Unidas constituya un tribunal ad hoc de la CPI, para encarcelarlo como ocurrió con el expresidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y el exfiscal de Ruanda, Siméon Nchamihigo, por sus responsabilidades en matanzas masivas.
Esa es la petición de Ucrania: lograr la creación de un tribunal ad hoc en La Haya, independente de la CPI, con capacidad para perseguir y enjuiciar por el crimen de agresión a la cúpula del Kremlin, incluido Putin.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insiste junto a sus aliados en ello pero la persecución de un crimen de este tipo es un territorio jurídico muy inexplorado. Solo existen como referentes los juicios de Nuremberg y Tokio que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. En este momento, el exhorto es hasta es poco realista porque desacreditaría a la instancia en futuros juicios por agresiones transfronterizas.
Caminos legales con protocolos
Putin sabe que la Corte Internacional no juzga a ausentes, que sería necesaria una orden de arresto o una entrega voluntaria. Si la primera llegara a concretarse podría esquivarla evitando viajar a los 123 países miembros de la CPI que estarían obligados a detenerlo si pisa su territorio. La segunda es prácticamente impensada ante su delirio de poder.
Los otros caminos judiciales son poco satisfactorios. Uno de ellos conduce a procesar a los usos a través del sistema jurídico ucraniano por crímenes de guerra o lesa humanidad en un tribunal avalado por extranjeros y con jueces internacionales o permitir a la CPI enjuiciar sólo los crímenes de guerra y de lesa humanidad rusos.
Para esto último, Ucrania tendría que reconocer a la autoridad del tribunal de La Haya, lo cual es viable. Ucrania ya reconoció la jurisdicción del Tribunal de manera temporal en 2014 para que investigara la dura represión de las manifestaciones de la plaza Maidan, que dejó más de 100 muertos; y, después, en 2015, volvió a reconocerlo para que pudiese ser investigar los crímenes cometidos en Crimea y el Dombas.
Una esperanza ínfima
Lo más viable sería enjuiciar a mandos militares rusos capturados por Ucrania pero si comienza un proceso de paz, servirían como moneda de negociación.
La ínfima esperanza de justicia es que los crímenes de guerra, agresión y lesa humanidad no prescriben y pueden ser enjuiciados en cualquier momento mientras que los cargos políticos fenecen en el momento menos esperado.
Si los tribunales rusos competentes no aplican el Código Penal de la Federación Rusa y no condenan la incitación a la guerra de agresión ni la planificación, preparación y ejecución como tampoco la fabricación de armas de destrucción genocidio, utilización de mercenarios y el ataque a personas sujetas a protección internacional – crímenes que implican una condena de entre siete y veinte años de cárcel- entonces, actuará el Tribunal Penal Internacional. ¿Llegará el día?
Una presión en aumento
La presión internacional para que se establezca un tribunal ad hoc de la CPI para juzgar a Putin aumenta. La Unión Europea aprobó una resolución no vinculante en enero donde solicita una “estrecha cooperación con Ucrania para crear el tribunal especial por el crimen de agresión contra Ucrania”.
Holanda, sede de varias cortes internacionales, ya se ofreció a albergar la corte y las iniciativas en esa dirección ya emergen. Un “tribunal del pueblo” anunció un juicio contra Putin esta semana por el crimen de agresión. La medida es simbólica porque la corte no tiene facultades pero su meta es cerrar una “brecha de rendición de cuentas” ante la ausencia de un tribunal internacional con jurisdicción.
Este “tribunal del pueblo” es una iniciativa del grupo de derechos Cinema for Peace, el Centro de Libertades Civiles de Ucrania y Ben Ferencz, el último fiscal sobreviviente de los juicios de Nuremberg posteriores a la Segunda Guerra Mundial contra los líderes nazis indignado ante el abandono tratado de armas nucleares por Putin para presionar a Occidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario