China no puede ser un intermediario honesto para la paz en Ucrania
Cuando a finales de febrero China lanzó su propuesta para poner fin a la guerra de Ucrania, el gigante asiático cobró protagonismo porque, al fin y al cabo, no hay otra propuesta negociadora sobre la mesa. ¿Quiere esto decir que este país tiene posibilidades de convertirse en el líder de un posible proceso de paz?
Aunque hoy Xi Jinping llevará su plan bajo el brazo al inicio de su encuentro con Vladímir Putin, los expertos consultados por La Vanguardia se inclinan por responder negativamente. China está demasiado cerca de Rusia para ejercer un papel objetivo, aseguran. En lugar de esto, los analistas creen que serán Moscú y Washington quienes alcanzarán un pacto que luego impondrán a Ucrania y Europa.
Creo que es muy poco probable. China está lejos de Europa, no comprende la dinámica y la mentalidad dominante que ha surgido de la guerra y hoy tiene malas relaciones tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea. Está demasiado cegada por su amistad y asociación estratégica con Rusia para ser realmente un “intermediario honesto”. Xi ha estado tratando de comunicarse con Zelenski y Ucrania ha respondido bastante positivamente a la propuesta de 12 puntos de Pekín, pero su propuesta sigue siendo demasiado abstracta y alejada de la realidad sobre el terreno para convertirse realmente en un plan de paz; en realidad, está lejos de ser un plan de paz que incluya procedimientos claros de separación y alto el fuego.
Por supuesto, China está tratando de capitalizar su reciente éxito diplomático: el papel que desempeñó para facilitar el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí. Pero en este caso particular, era un actor único para lograr un éxito que ninguna otra gran potencia podría haber logrado. China ha intentado mediar en otros lugares, por ejemplo, en África. Sin embargo, hasta la fecha, no ha tenido mucho éxito. Por ejemplo, no ha jugado un papel importante en la negociación entre Addis Abeba y los rebeldes Tigre en Etiopía para poner fin a la guerra civil en este país. Y el conflicto Ucrania-Rusia es mucho más complicado debido a sus ramificaciones europeas y globales, tanto estratégicas como económicas.
Lo que creo es que, eventualmente, EE. UU. y Rusia se sentarán y harán un trato que se impondrá a los ucranianos y los europeos. Crimea seguirá siendo parte de Rusia, parte de Donbass también. Se elaborará un armisticio, pero cualquier tratado de paz será remoto durante mucho tiempo. Los chinos quedarán fuera, precisamente por la creciente Guerra Fría entre Washington y Pekín.
La Vanguardia de España
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