UN PAÍS EN FUGA
Con toda razón la diáspora venezolana fue calificada por Carlos Canache
Mata, dirigente de Acción Democrática como un país en fuga.
Lo hizo en el artículo de igual
título publicado en el portal Analítica
el 31 de enero de 2023, que se reproduce a
continuación, por su importancia como
esclarecedor del éxodo que ha llevado al exterior a casi ocho millones de
personas de todas las edades, de todos los géneros y de diversos oficios y
profesiones, sin que Venezuela esté en guerra externa o interna, excepto la
declarada por la narcodictadura de Nicolás Maduro con el criminal propósito de
establecer el socialismo del siglo XXI, en contra de la voluntad de la
ciudadanía:
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-En días pasados, cuando conversábamos sobre
el éxodo masivo de venezolanos a países del exterior, me decía Luis José
Oropeza que éramos un país en fuga,
frase que tomo para titular este artículo. El 25% de la población reside en el
exterior. Según ACNUR, la migración venezolana es la segunda crisis de
desplazamiento externo (éxodo) de mayor magnitud en el mundo, después de la
siria.
La gente se va del país porque aquí
no hay democracia y porque las remuneraciones de los empleados públicos y de
los trabajadores no alcanzan, según la Encuesta de Condiciones de Vida
(Encovi), para cubrir el costo de la Canasta Básica; y en año 2022 el 48,4% de
la población vive (malvive) en pobreza extrema al no poder satisfacer el costo
de la Canasta Alimentaria. En el ranking de salarios mínimos (en dólares) en
América Latina, Venezuela ocupa el último lugar. De acuerdo con la tabla
publicada en Focus Economics sobre el Índice de la Miseria, tomando
en cuenta la inflación y la tasa de desempleo, “Venezuela ostenta el dudoso
honor de proyectar su economía como ‘la segunda más miserable del mundo en
2023’, solo superada por Cuba, nación con la cual compartimos cabeza a cabeza
desde 2016”, como lo recuerda el editorial de El
Nacional del 15 de diciembre de 2022.
A fines de diciembre pasado, el
director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
Antonio Vitorino, declaró y pidió, en entrevista a la agencia EFE, “que la
guerra de Ucrania no deje que se olviden otras crisis humanitarias, como la
provocada por el éxodo venezolano. Entre otras cosas, afirmó que “claramente”
se inscriben “la situación de Venezuela” y el impacto que tiene en casi toda
América Latina, que impone “necesidades humanitarias urgentes”. Señaló que,
entre otros países, actualmente se estima que hay unos 2,5 millones de
migrantes venezolanos en Colombia, unos 1,7 millones en Perú, otros 400.000 en
Brasil e igual número en Chile, y cerca de 700.00 en Ecuador.
En las selvas del Darién, un
inhóspito territorio que separa a Colombia de Panamá, convertido en ruta para
el tráfico de personas, en el año 2021, según datos de la OIM, fue atravesado
por 133.000 personas, número equivalente al que pasó por esa zona en los diez
años anteriores, y que en 2022 esa cifra subió a cerca de 250.000. Según Vitorino, alrededor del 60% de
quienes arriesgan sus vidas en el Darién son venezolanos, con la esperanza de
llegar a Estados Unidos. Las redes del tráfico de personas “hacen su negocio a
costa de la vulnerabilidad humana”. Hay víctimas que quedan dentro de la selva
y en el año 2022, “en la región del Caribe fueron hallados 321 migrantes muertos”.
Las comunidades de acogida a los venezolanos sufren una presión fuerte, pues
“ven llegar un significativo número de personas que tienen derechos y desbordan
la capacidad de los servicios sociales”, dijo Vitorino.
Durante la gestión del
expresidente Donald Trump se adoptó la medida, conocida como Título 42,
conforme a la cual se deporta inmediatamente a migrantes ilegales. La Corte
Suprema de EE.UU. decidió, a finales de diciembre, que seguiría vigente, por lo
que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) advirtió a “los
ciudadanos venezolanos que intenten entrar en EE. UU. por zonas ubicadas
entre los puertos de ingreso también siguen siendo devueltos a México”.
Quienes deben irse del país no son
los venezolanos. Es Nicolás Maduro quien debe irse del poder que usurpa.
(No basta sólo que Nicolás Maduro
salga del poder para restituirle al pueblo sus derechos secuestrados, sino que
simultáneamente él y el resto de los integrantes de la corporación criminal que
preside deben responder de los delios de lesa humanidad ante la Corte Penal
Internacional, si es que este organismo toma la decisión de actuar en
consecuencia)
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