San José, su silencio y sencillez, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
José como padre del recién nacido lo circuncida al octavo día y le pone el nombre de Jesús que era un hecho inherente a la misión del padre. José es quien le trasmite a Cristo, su ascendencia y su genealogía y con ello, la descendencia de Abraham y la de David junto a las promesas del reino eterno.
Hablar o escribir sobre San José por su misma simplicidad a veces se complica, es el Santo del silencio, sentido común, sencillez y enseña que es desde el silencio amoroso, desde donde se puede contemplar el misterio más trascendente de la redención, de un Dios que por amor, se ha hecho hombre como nosotros.
La simplicidad de vida, el sentido común, haciendo ordinaria las cosas más extraordinarias y viviendo extraordinariamente lo ordinario porque todo lo vivió en referencia al padre. San José es un santo modelo de la fe, porque supo esperar contra toda desesperanza. Por la fe, aceptó, no dijo nada, simplemente acepto con gran docilidad. Siempre a la escucha de la voz de Dios, siempre dispuesto a obedecer a Dios a pesar de que más de una vez, las cosas que se le mandaban no eran fáciles de aceptar.
Ser cristiano con sentido común es vivir la fe sin buscar protagonismos, vivir nuestra fe con la confianza de las promesas que se han hecho y vivir cada instante de la vida en el amor, sabiendo que solo el amor hace eterno el instante. San José es patrono de la iglesia universal, porque a el se le encomendó el cuidado de Jesús hecho hombre y el cuidado de la Virgen María y es patrono de todos los bautizados porque cuidad desde el cielo a todos nosotros.
El primer titulo atribuido a San José es el de padre amado, esa prerrogativa significa que ningún otro santo después de María ocupa un lugar tan grande en el magisterio de la iglesia. José es un padre amado de Dios, porque Dios le confió a su hijo para que durante el ejercicio de su paternidad fuera la única creatura sobre la tierra que a excepción de María, que a Jesús ha dedicado todos los cuidados afectuosos de su corazón paterno para que influyera sobre el amor filiar de Jesús. Este padre amado ha influenciado profundamente en la vida de Jesús, y también ha influenciado en su obra misionera como predicador de la buena nueva de Dios y con Dios, siempre ganamos.
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