Gobierno de Petro va de la «paz total» a la «confrontación total»
"El Gobierno está tomando unas líneas que son muy aventureras, que son muy peligrosas para la democracia", dijo a PanAm Post el abogado y especialista en administración pública, Álvaro Forero, quien advierte sobre la radicalización que se observa en el hecho de que "Petro se ha refugiado en el discurso que incita a la movilización popular" ante la falta de apoyo en los partidos
La moderación del Gobierno de Gustavo Petro duró poco. El fracaso de la reforma política y los obstáculos que ha encontrado en el camino la reforma al sistema de salud ha llevado al oficialismo a la radicalización, pues a pesar de que esta última fue radicada en el Congreso hace un par de días, la búsqueda de consenso en torno al proyecto demostró que los partidos que le tendieron la mano en un inicio a la actual Administración no son incondicionales. Es así como han surgido del petrismo propuestas como una eventual constituyente o la conformación de un partido único oficialista, las cuales recuerdan el camino que tomó el chavismo en Venezuela. Pero, ¿están dadas las condiciones para que Colombia avance en la misma dirección?
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El abogado y especialista en administración pública, Álvaro Forero, dijo a PanAm Post que si bien el mandatario colombiano tiene «una visión ideológica muy fuerte y es difícil que cambie ese postura», considera que «no hay ambiente político» para una constituyente ni tampoco luce viable en el corto plazo la unión de todas las organización de izquierda que forman parte del Gobierno en un solo partido. Sin embargo, no por ello se dejará de tensar la cuerda para medir hasta donde el petrismo puede avanzar, alejándose de las promesas de pacificación y reconciliación del país.
«Creo que el Gobierno está tomando unas líneas que son muy aventureras, que son muy peligrosas para la democracia, y que pueden hacer que nos dividamos más, que aumente la polarización y, eventualmente, que aumente la violencia, y en lugar de producirse la ‘paz total’ se produzca la confrontación total».
¿La movilización social como chantaje político?
El analista que también tiene estudios de Filosofía y es profesor de Teoría Jurídica advierte sobre el peligro de convertir la movilización social en chantaje político para el Gobierno poder llevar a cabo sus reformas, siendo la constituyente un instrumento que al requerir un consenso y respaldo muy amplio -que no tiene- se usaría para tratar de presionar a la opinión pública y las instituciones con mecanismos distintos a los contemplados en la Constitución y el normal desenvolvimiento del sistema democrático.
«La movilización no se puede traducir en una aprobación automática de la ley. La movilización es simplemente una expresión de opinión ciudadana, pero el escenario natural para a discusión y los debates es el Congreso de la República».
Fue justo después del fracaso de la reforma política que la senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, y el exprecandidato presidencial por esta coalición, Alfredo Saade, propusieron desde sus redes sociales convocar a una constituyente para poder llevar a cabo las reformas que prometió en campaña Gustavo Petro.
¿Partido único oficialista?
Aunque hasta el momento no ha habido un respaldo masivo a esta iniciativa, los dos aliados de Petro lograron abrir el debate en la opinión pública. Incluso, la senadora María José Pizarro, -desde la misma acera política- calificó la propuesta de la constituyente como un «exabrupto». No obstante, ella también lanzó luego otro globo de ensayo comparable con el libreto chavista, al apuntar en una entrevista con El Colombiano a la fusión de todos los partidos oficialistas en uno solo, lo que recuerda la desaparición en Venezuela del Movimiento Quinta República, Patria Para Todos (PPT), Podemos y Movimiento Electoral de Pueblo (MEP), entre otros, para conformar el Partido Socialista Unido de Venezuela como única organización política chavista.
«Sobre la fusión de los partidos que ahora son de Gobierno y que respaldan ‘incondicionalmente’ a Petro y la posibilidad de buscar la vía chavista, no veo esto fácil tampoco, en tanto en la izquierda existen también divisiones muy profundas y celos muy grandes. No creo que sea muy viable en el corto plazo una unión de todos en un solo partido», estima Álvaro Forero.
La radicalización del discurso
Pese a la complejidad para poder concretar estas propuestas que se han venido asomando desde distintos sectores del petrismo, el analista concluye que «el Gobierno de Petro se ha venido radicalizando en la medida en que ha manejado con bastante torpeza la coalición de gobierno», y este giro se habría dado desde la salida del ministro de Educación, Alejandro Gaviria, quien representaba la unión de los espacios políticos que apoyaron a Gustavo Petro sin compartir las propuestas de la plataforma petrista integralmente.
Ahora, ante la falta de respaldo a sus propuestas, «el presidente lo que ha hecho es tratar de refugiarse más en un discurso que incita a la movilización popular como recurso para buscar el apoyo que no ha tenido dentro de los partidos políticos», lo que a juicio del entrevistado confirma que el mandatario y el Gobierno están radicalizando su discurso. «Y esto es inconveniente para Colombia e inconveniente para a democracia».
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