Gustavo Coronel: Entre Biden y Trump prefiero a Australia
Los Estados Unidos tiene unos 330 millones de habitantes. Es el país con la mayor cantidad de premios Nobel. Sus 4360 universidades incluyen siete de las mejores diez en el planeta. Disfruta de las más avanzadas instituciones médicas en el mundo y muestra con orgullo grandes artistas, novelistas y poetas. Llegó primero a la Luna y probablemente llegará primero a Marte. Es el país de gran tamaño más rico del mundo ya que los seis países con mayor PIB per cápita son de pequeño tamaño. Su democracia ha sido por largos años la ciudad luminosa en la colina de la cual hablaba John Winthrop.
Y, sin embargo, en 2024 el electorado estadounidense tendrá probablemente que elegir de nuevo entre Joseph Biden y Donald Trump para la presidencia de la nación.
Enfrentado con esta decisión creo que prefiero mudarme a Australia. Encuentro increíble y trágico que un país de este tamaño, tan lleno de gente brillante de todas las edades, con tantos ciudadanos honestos e intelectuales de gran calibre, científicos notables, artistas y grandes líderes cívicos solo pueda ofrecernos la alternativa de:
*Un anciano estadista, claramente deficitario ya en vigor físico y en la claridad mental indispensable para enfrentar los inmensos desafíos que le esperan a esta nación en los años por venir,
*Un hombre, también de edad, aunque aún vigoroso, pero cuyos bajos niveles éticos lo hacen claramente inelegible para ser el presidente de esta gran nación
Uno de los puntos débiles de nuestra democracia es que las elecciones presidenciales parecen, cada vez más, sucesiones monárquicas: Los Roosevelt, los Kennedy, los Bush, quizás los Clinton, por qué no los Obama y los Trump? La alternancia en el poder ha sido uno de los requisitos de la verdadera democracia pero hoy vemos que existe una tendencia a conservar la presidencia en pocas manos, algunas con lazos de familia. Aunque la ley prohíbe la elección indefinida le permite a los presidentes ser re-elegidos por una vez y a los ex-presidentes a competir de nuevo después de una interrupción de su mandato. Por esta razón estaremos probablemente en necesidad de decidir entre Biden y Trump en 2024.
Mi caso contra Joseph Biden como candidato
Mi objeción a la candidatura presidencial de Joseph Biden tiene que ver, esencialmente, con su edad y con lo que percibo como debilidad de liderazgo. Creo que ya no posee el vigor necesario para llevar la carga presidencial de manera efectiva. Su contacto con la gente es insuficiente y no lo veo capaz de transmitir sus políticas con claridad. Los Estados Unidos enfrenta grandes desafíos y él parece incapaz de enfrentarlos con determinación, aunque comprendo que algunos problemas tales como inmigración y el déficit fiscal requieren de una cooperación y buena voluntad por parte del partido opositor que no existe. El país parece andar a la deriva.
Mi caso contra Donald Trump
Mi caso contra Donald Trump tiene que ver con su bajo nivel ético y sus negativas características como persona. En base a lo que he visto, oído y leído sobre su conducta en la presidencia y su actitud sobre política y filosofía de la vida, considero a Donald Trump inelegible como presidente de los estados Unidos. Machista, mujeriego, bastante ignorante aunque pretende saber de todo más que nadie, muy narcisista, ansioso de poder, agresivo, con desprecio por la verdad, Trump ha erosionado la confianza de los estadounidenses en sus instituciones, particularmente el electoral, a fin de mantenerse en el poder. Ha tratado de colocarse por encima de la ley.
Recientemente lo escuché diciendo que, al ser reelegido, sería un vengador, representaría la “retribución” para aquellos quienes han sido maltratados. Esta es una frase inaceptable por quien aspira a ser presidente de todos los estadounidenses
Cualquiera de estos defectos sería suficiente para descalificarlo como pretendiente a la presidencia., La combinación de estos defectos le ha ganado diversas acusaciones civiles y criminales en tribunales, algunas de las cuales ya han decidido en su contra.
Ya investigo lugares en Australia aunque esto es realmente un ejercicio ilusorio. A mi edad no tengo ya adonde ir. Quizás Robert Burton tenía razón cuando escribió en “Anatomía de la Melancolía”:
Lo que no puede ser curado deberá ser soportado.
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